Por Agroempresario.com
La siembra de soja en la campaña 2025 concluyó con una superficie de 18,4 millones de hectáreas, lo que representa un aumento del 6,36% en comparación con los 17,3 millones de hectáreas de la campaña pasada. Así lo dio a conocer el último informe del Panorama Agrícola Semanal (PAS) de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA). Este aumento en la superficie sembrada refleja la confianza de los productores, que optaron por ampliar sus áreas de cultivo debido a la mejora en las condiciones climáticas y a las buenas perspectivas de rendimiento.
El informe destaca que, a pesar de las lluvias registradas durante los últimos días en varias zonas del país, la condición hídrica de los cultivos se ha mantenido adecuada a óptima, lo que contribuyó a la finalización de la siembra. El 72% de la superficie sembrada con soja se encuentra en estado “normal a excelente”, lo que augura una buena cosecha para esta oleaginosa, especialmente en las áreas núcleo del país.
En cuanto a los cultivos de soja de primera, casi el 50% de los lotes ha iniciado las etapas críticas de desarrollo, y si bien las lluvias recientes han sido beneficiosas, aún se requieren más precipitaciones para garantizar un buen rendimiento. Por otro lado, la soja de segunda, que ya ha alcanzado los estadios reproductivos en el 6% de la superficie sembrada, presenta una mejor condición hídrica en el norte del país, aunque en el sur los cultivos enfrentan una mayor demanda de agua.
El maíz con destino a grano ha alcanzado un avance del 98,7% sobre las 6,6 millones de hectáreas previstas para la campaña 2025, con un crecimiento del 0,4% respecto a la semana anterior. A pesar de los avances, los productores del norte del área agrícola aún se encuentran finalizando las labores de siembra, que se espera concluyan en los primeros días de febrero. Sin embargo, las condiciones de sequía están afectando la condición de algunos cultivos, con un deterioro del 2,9% en la proporción de lotes en estado “normal a excelente” en la última semana.
Un aspecto preocupante para el maíz tardío es el inicio de su fase crítica, con el 24,5% de los cultivos en este estadio. La falta de lluvias podría comprometer el rendimiento de estos lotes, lo que resalta la importancia de las precipitaciones en las próximas semanas.
Por otro lado, el cultivo de girasol muestra avances en la recolección, con un 7,2% de la superficie apta ya cosechada, aunque con un retraso del 9% respecto al promedio de los últimos cinco años. Las labores de cosecha se concentran en los núcleos girasoleros del norte, donde la demora en las siembras iniciales de la campaña ha provocado que algunos lotes aún no lleguen a su madurez.
En cuanto al rendimiento, se registra un rinde medio de 20,5 quintales por hectárea, un 14% mayor que el promedio de los últimos cinco años, lo que es una señal positiva para los productores. Actualmente, el 40,5% del girasol se encuentra en plena floración, y el 81% de los lotes está en “condición normal a buena”.
En el caso del sorgo, la siembra avanzó al 94,9% en los últimos 15 días, alcanzando prácticamente la totalidad de la superficie proyectada. En el norte del área agrícola, la siembra está próxima a finalizar, mientras que en el centro del país el cereal se encuentra entre los estadios de encañazón y grano pastoso.
Un desafío recurrente en la campaña actual es la presencia de plagas, especialmente el pulgón amarillo en los cultivos de sorgo, donde se ha registrado una alta presencia de la plaga, lo que ha llevado a la aplicación de insecticidas para reducir sus poblaciones. La “chicharrita” también ha hecho su aparición en diversas regiones, aunque con niveles bajos que no comprometen el desarrollo de los cultivos hasta el momento.
En general, la campaña agrícola 2025 se perfila de manera positiva, con la soja en un estado saludable y una mayor área sembrada en comparación con el ciclo anterior. A medida que los cultivos avanzan hacia su etapa de desarrollo crítico, será fundamental el monitoreo constante de las condiciones climáticas, especialmente en cuanto a la disponibilidad hídrica, que podría determinar el rendimiento final de los cultivos. Las lluvias en los próximos días jugarán un papel clave para garantizar una cosecha exitosa en la próxima campaña.
La actual situación en el campo argentino refleja una creciente adopción de tecnologías de precisión y prácticas de manejo más sostenibles por parte de los productores, lo que contribuye a optimizar los rendimientos y enfrentar los desafíos climáticos de manera más eficiente.