“Nos está salvando”: La lluvia llega al campo y revive la esperanza tras la sequía

Las lluvias alivian la sequía y traen nuevas esperanzas para la cosecha en la región pampeana

“Nos está salvando”: La lluvia llega al campo y revive la esperanza tras la sequía
jueves 06 de febrero de 2025

Por Agroempresario.com

La inesperada llegada de lluvias en la región pampeana ha dado un respiro crucial a los productores agropecuarios, quienes, tras semanas de desesperación debido a la falta de precipitaciones, se enfrentaban a un panorama cada vez más complicado por la sequía. Las abundantes precipitaciones registradas en los últimos días, aunque no suficientes para revertir los daños ya causados, han dado una nueva oportunidad para que los cultivos de soja y maíz continúen su desarrollo.

En las últimas 48 horas, la región experimentó acumulados que superaron los 70 y 80 milímetros, especialmente en el norte de Buenos Aires, el centro-sur de Santa Fe y el sur de Córdoba. Localidades como Baradero, Laboulaye, Pergamino y Salto recibieron lluvias que ayudaron a frenar el deterioro de los cultivos y reavivaron las expectativas de los productores.

Lluvias

Impacto positivo pero insuficiente

A pesar de los daños ya sufridos en muchas zonas, estos milímetros de lluvia son vistos como un alivio que podría evitar que la situación empeore. Para muchos productores, estos registros fueron una salvación, ya que les permitieron mantener en pie la soja de primera y mejorar las perspectivas de la soja de segunda, un cultivo que había sufrido considerablemente por la falta de agua.

Marcelo Bengoechea, productor de Roldán, Santa Fe, quien vio caer 90 milímetros en su campo, explicó que las lluvias llegaron justo a tiempo para mitigar el estrés hídrico y permitir que parte de la cosecha pudiera salvarse. Sin embargo, reconoció que para algunos cultivos ya era demasiado tarde. “La soja de segunda tiene algo de esperanza, pero muchos lotes están completamente secos. En cambio, para el maíz de primera, el agua ya no hace diferencia”, lamentó. Aunque la lluvia trajo un respiro, para el maíz sembrado temprano no hay forma de recuperar el rendimiento que se había esperado.

Florencia Poeta, analista de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), resaltó que, a pesar de que las precipitaciones no revierte las pérdidas de rendimiento en muchas áreas, tienen un impacto significativo en la soja de primera y en la soja de segunda. “Estos milímetros no solucionan todo, pero frenan el deterioro y mejoran las perspectivas en los cultivos que aún pueden aprovechar el agua”, señaló.

Marcelo Bengoechea

El alivio llega con retraso

Germán Millet, productor agropecuario de Colón, Buenos Aires, fue tajante: “La lluvia nos está salvando”. En su campo, las precipitaciones fueron fundamentales para que la soja de primera pudiera continuar su desarrollo. En su región, se registraron 130 milímetros, un alivio especialmente esperado dado que desde mayo de 2024 hasta ahora solo se habían acumulado 350 milímetros de lluvia. Sin embargo, las pérdidas ya eran evidentes en el cultivo de soja, que sufrió una merma de al menos un 30% por la falta de agua.

Para el maíz sembrado en septiembre, las lluvias llegaron demasiado tarde. Millet advirtió que los cultivos de maíz se cosecharán antes de lo previsto y con una caída importante en el rendimiento. “Si esperaba 11.000 kilos por hectárea, creo que apenas sacaré la mitad”, comentó.

A pesar de que las lluvias no han resuelto la crisis hídrica, las precipitaciones recientes ofrecen un respiro a muchos productores. En Junín, por ejemplo, se registraron más de 105 milímetros de lluvia, lo que mejoró significativamente un panorama que hasta hace unos días parecía desalentador. Gustavo Frederking, productor agropecuario de la zona, destacó que aunque no será una cosecha récord, los 105 milímetros registrados dieron un alivio crucial a la soja de segunda, que sin lluvia habría sido prácticamente irrecuperable.

“Con estas lluvias se acomodó lo que se preveía. Ahora, el escenario es otro. La soja de primera también se vio beneficiada, aunque no va a recuperar todo lo perdido”, explicó Frederking.

German Millet

El camino sigue siendo incierto

El déficit hídrico acumulado durante los últimos meses y las altas temperaturas impactaron fuertemente en los cultivos, lo que llevó a la Bolsa de Cereales de Buenos Aires a ajustar sus estimaciones de producción. En su último informe, la Bolsa redujo las proyecciones para la cosecha de soja y maíz en un millón de toneladas, con estimaciones de 49,6 y 49 millones de toneladas, respectivamente.

Cecilia Conde, jefa de estimaciones agrícolas de la Bolsa de Cereales porteña, señaló que las lluvias recientes fueron un respiro importante para mitigar la sequía, pero enfatizó que es fundamental que continúen en las próximas semanas para sostener los cultivos. “Las lluvias fueron clave para la soja de primera, que estaba transitando su período crítico. Si las lluvias no hubieran llegado, las pérdidas habrían sido mucho mayores”, explicó Conde.

Rehabilitación parcial y expectativas para el futuro

Aunque las lluvias no pueden deshacer los daños ya causados, los productores coinciden en que el agua caída les dio una nueva oportunidad. Para Rubén Hugo Airet, productor de Rojas, las lluvias fueron un salvavidas para la soja de primera. Airet había sembrado 650 hectáreas, y aunque ya había sufrido pérdidas del 10% en el rendimiento, las precipitaciones mejoraron sus expectativas. “Con esta lluvia, podríamos obtener entre 30 y 35 quintales de promedio, en lugar de los 45 quintales que esperábamos al inicio”, señaló.

El maíz sembrado en 500 hectáreas, en cambio, fue otro de los cultivos más afectados por la sequía. Airet estimó que perderá entre el 40% y 50% de su rendimiento. “Esperaba obtener 120 quintales por hectárea, pero ahora sacaré entre 60 y 70 quintales. A pesar de todo, las lluvias evitaron que la situación fuera aún peor”, añadió.

La importancia de la continuidad de las lluvias

Para los productores de la región pampeana, las lluvias recientes fueron un alivio crucial, pero el camino aún es incierto. Las perspectivas de cosecha dependen en gran medida de las precipitaciones que se registren en las próximas semanas. A pesar de los daños sufridos, los cultivos como la soja de primera y la soja de segunda tienen una oportunidad para mejorar su rendimiento, siempre y cuando las lluvias continúen en el momento adecuado.

El impacto de la sequía ha sido devastador para muchos, pero estas lluvias han renovado la esperanza y dado un respiro a la producción agropecuaria. A medida que avanza la campaña, será crucial que las precipitaciones sigan siendo generosas para evitar un colapso total y lograr una cosecha que, aunque no sea récord, pueda mitigar las pérdidas y garantizar la estabilidad de la producción en la región pampeana.

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