Por Agroempresario.com
El conflicto yerbatero en la provincia de Misiones, que viene siendo noticia desde el inicio de 2025, continúa escalando con protestas de productores que alertan sobre las graves consecuencias sociales que podrían desencadenarse si no se llega a una solución urgente. Los manifestantes, en su mayoría pequeños productores, están exigiendo una mejora en los precios de la yerba, que actualmente rondan los $220 por kilo, muy por debajo de los costos de producción, que superan los $450. En los últimos días, decenas de colonos se han movilizado, llevando a cabo acampes y bloqueos en las rutas, impidiendo la circulación de hoja verde y yerba canchada, como medida de presión.
La crisis en el sector yerbatero se ha agudizado por el bajo precio al que la industria paga la materia prima. Según datos del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), en 2024 se procesaron 986.737.613 kilogramos de hoja verde, un aumento significativo del 27,43% respecto de 2023, cuando la producción alcanzó los 774.537.154 kilogramos. Sin embargo, a pesar de este récord de producción, los productores se encuentran con precios que no cubren los costos básicos de la actividad.
Ariel Hettinger, un productor de Hipólito Yrigoyen, Misiones, quien participa activamente en las protestas, explicó que la falta de rentabilidad en el sector ha llevado a los productores a tomar medidas extremas. “La realidad es que los productores no decidieron levantar la cosecha de yerba por los bajos precios que hay. Si no se paga un buen precio, el tarefero no puede trabajar, y la consecuencia de esto será un estallido social”, advirtió Hettinger.
El conflicto no solo involucra a los productores, sino también a los tareferos, quienes dependen de la cosecha de yerba para subsistir. Con los precios bajos, los cosecheros no reciben un salario adecuado, lo que genera una tensión creciente en la región. Este panorama podría derivar en una crisis social más grave si las autoridades no toman medidas rápidas y efectivas para solucionar el conflicto.
De acuerdo con los cálculos del INYM, el costo de producción de la yerba en secadero asciende a $359 por kilo, mientras que la industria paga entre $220 y $240, lo que deja a los productores con una ganancia prácticamente nula. A estos costos se le suman los gastos logísticos de $100 por kilo, lo que agrava aún más la situación.
Ángel Orseñuk, otro productor que participa de la movilización, indicó que los industriales no están actualizando los precios de la yerba de acuerdo a los costos reales. “No vamos a parar hasta que las industrias se pongan a tiro. Si no se soluciona, vamos a cortar todo el tránsito de la hoja verde y yerba canchada en la provincia, e incluso vamos a bloquear el ingreso de yerba importada”, expresó Orseñuk.
Javier Otto, uno de los referentes de la protesta en Andresito, explicó que con el pago actual de $220 por kilo, los productores apenas cubren sus costos, restando poco o nada de ganancia. Según sus cálculos, descontando los servicios y los aportes gremiales, los márgenes de ganancia se han vuelto insostenibles.
El conflicto también ha sido interpretado por algunos sectores como una movida política, sobre todo en el contexto de las próximas elecciones de medio término. Si bien muchos productores ven la protesta como un reclamo legítimo por los bajos precios, existen opiniones que consideran que las manifestaciones en las rutas tienen tintes políticos que distorsionan el verdadero problema del sector.
Darío Bruera, un productor de la zona norte, expresó que no está de acuerdo con las marchas y los cortes de ruta, pero reconoció que el problema de los precios es grave. “El productor no fija el precio, solo lo toma. La crisis de precios está afectando a toda la cadena productiva”, indicó Bruera. Agregó que la crisis debería haber explotado antes, en 2021 o 2022, pero que las condiciones climáticas, como la sequía de ese período, habían retrasado la manifestación del problema.
Por otro lado, algunos productores critican la falta de respuesta del gobierno provincial, que, según ellos, no ha enviado fuerzas de seguridad para manejar las protestas en las rutas. Esto ha generado la sensación de que las autoridades están dejando que el conflicto se agrave, posiblemente con fines políticos.
La protesta no solo afecta a los productores, sino también a los cosecheros, quienes dependen directamente de la cosecha para su sustento. Si la cosecha de yerba no se realiza por los bajos precios, muchos de estos trabajadores se quedarán sin empleo. Esta situación podría generar un estallido social si los tareferos, al no encontrar trabajo, comienzan a movilizarse masivamente en busca de respuestas de los gobiernos locales y provinciales.
El sector yerbatero, que está conformado en su mayoría por pequeños productores, enfrenta una situación compleja. El 62% de los productores yerbateros tienen menos de 10 hectáreas de yerbales, lo que los convierte en los más vulnerables a los cambios de precios y las fluctuaciones del mercado. A pesar de ser responsables de una porción importante de la producción de yerba, estos pequeños productores son los más afectados por la crisis económica que atraviesa el sector.