Por Agroempresario.com
Si algo caracteriza a los pequeños pueblos bonaerenses es su capacidad de preservar tradiciones mientras evolucionan con nuevas propuestas. Villa Ruiz, una localidad que podría pasar desapercibida en el mapa, se ha convertido en un destino gastronómico emergente. Con opciones que van desde parrillas y panaderías tradicionales hasta innovadoras experiencias culinarias, este rincón del partido de San Andrés de Giles invita a una escapada para disfrutar de la buena mesa y el aire puro.
Uno de los pilares del circuito gastronómico de Villa Ruiz es La Posta del Camino Real. Este restaurante de campo ofrece un ambiente relajado con un extenso parque de 400 metros donde se puede disfrutar de un día al aire libre. Su propuesta culinaria gira en torno a los sabores tradicionales argentinos: lechón al horno de barro, carnes a la parrilla y un abanico de guarniciones que resaltan por su frescura.
Fabián Brenner, socio y parrillero del lugar, explica que el sistema de autoservicio en la parrilla reduce el desperdicio de comida y genera una experiencia más interactiva. "Cada comensal se acerca al asador con su chapita térmica y elige el punto exacto de la carne que desea comer", comenta. Además, el predio cuenta con espacios para que los más chicos jueguen y un arroyo cercano que se convierte en un refugio natural en los días de calor.
La apertura de Sobremonte ha sido una de las novedades más comentadas en la región. Este restaurante, ubicado en una antigua construcción reciclada, combina lo rústico con lo moderno. Esteban Comisso y Leonardo Balostro, dueños del emprendimiento, apostaron por una carta reducida pero cuidadosamente diseñada.
El chef Víctor Molina fue el encargado de crear platos que rinden homenaje a la cocina casera con un toque gourmet. Entre sus especialidades se encuentran las empanadas de matambre, la bondiola con puré de batata al cognac y los fideos caseros con mariscos. "Nos enfocamos en ingredientes de calidad y en una ejecución precisa. La idea es que cada plato cuente una historia", señala Comisso.
Con una terraza que se convierte en el punto de encuentro ideal para las noches estivales, Sobremonte busca posicionarse como una opción imprescindible para quienes visitan Villa Ruiz.
El aroma del pan recién horneado es una de las postales sensoriales de Villa Ruiz, y gran parte de ello se debe a la panadería Los Crosato. Fundada hace tres generaciones, esta panadería sigue fiel a sus raíces, apostando por el horno de leña y las recetas tradicionales.
Sebastián Crosato, actual encargado del negocio familiar, creció entre harinas y levaduras. "Desde chico aprendí a reconocer el punto justo de cada pan. El horno tiene sus mañas y hay que saber entenderlo", comenta mientras alimenta las llamas con eucalipto. En su local se pueden encontrar desde los clásicos panes de piso hasta facturas que evocan los sabores de la infancia.
Junto a la panadería, Sebastián también impulsa La China, un café de especialidad donde se pueden degustar exquisitos blends y acompañarlos con su afamada bollería artesanal.
El Comedor Elvira y Magnolia son dos de los restaurantes que han convertido a Villa Ruiz en un destino ideal para los amantes de las pastas caseras. En Elvira, Ariel Cortes combina la herencia culinaria de su abuela con las técnicas adquiridas en la escuela del Gato Dumas. Sus ñoquis sardos gratinados y su tortilla de papas son aclamados por quienes buscan una cocina reconfortante.
Por otro lado, en Magnolia, Mariqui e Ivana Riboni han creado un espacio donde cada plato es una expresión de amor por la cocina. "Cocinar es mi manera de demostrar cariño", afirma Ivana, quien prepara artesanalmente cada tortellini y cada linguini con una dedicación casi obsesiva.
El circuito gastronómico de Villa Ruiz se completa con otros espacios que mantienen viva la esencia del pueblo: la parrilla Las Flores, La Pulpería de Carolina Garate, la pizzería de Diego y la cantina del club. Todos estos lugares tienen en común la hospitalidad de sus dueños y la pasión por la buena mesa.
A esto se suman las festividades locales, como la Fiesta de la Asunción de la Virgen y la del Camino Real, donde la gastronomía juega un papel central en la celebración de la identidad del pueblo.
Con sus calles de tierra, su plaza con estación de tren y su comunidad que conserva el espíritu de los pueblos bonaerenses, Villa Ruiz se posiciona como una escapada ideal para quienes buscan desconectar de la ciudad y conectar con la autenticidad de la cocina tradicional.