Por Agroempresario
El anuncio del Gobierno argentino sobre las negociaciones para un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos generó expectativas en el sector agroindustrial. Tras la confirmación del vocero presidencial, Manuel Adorni, de que la Cancillería y el Ministerio de Economía trabajan en un pacto comercial con Washington, empresarios del rubro destacaron el impacto positivo que podría tener en productos como vinos, carnes, biodiésel y aceites esenciales.
El interés de la administración de Javier Milei en avanzar en un entendimiento con la potencia norteamericana recibió un guiño del expresidente Donald Trump, quien aseguró que "consideraría" la posibilidad de un acuerdo. De concretarse, permitiría a la Argentina mejorar la competitividad de sus productos en el mercado estadounidense y ampliar su volumen de exportaciones.
Uno de los sectores que ve con mejores ojos la posibilidad de un tratado es el vitivinícola. Mario González, presidente de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), destacó que EE.UU. es uno de los principales destinos de los vinos argentinos y que un acuerdo facilitaría el crecimiento en ese mercado.
En 2024, las exportaciones vitivinícolas argentinas alcanzaron los 933 millones de dólares, un 15,3% más que en 2023. Según datos del Observatorio Vitivinícola Argentino, el incremento fue impulsado por el mosto o jugo concentrado de uva (+57 millones de dólares), las pasas de uva (+37 millones) y el vino fraccionado (+22 millones).
Un acuerdo de libre comercio podría reducir aranceles y barreras comerciales, fortaleciendo aún más la posición del vino argentino frente a competidores como Chile o Australia, que ya gozan de ventajas arancelarias en el mercado estadounidense.
Desde el Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas ABC señalaron que el acuerdo "generaría nuevas posibilidades de exportación e incremento de cuotas". Actualmente, la Argentina cuenta con un cupo de 20.000 toneladas de carne vacuna libre de aranceles para EE.UU., pero fuera de ese límite debe pagar un 26% de impuestos.
En junio pasado, la industria frigorífica local solicitó al Gobierno que negociara la ampliación de esta cuota, tomando como referencia a países como Australia y Nueva Zelanda, que disponen de hasta 300.000 toneladas, aunque muchas veces no logran completarlas. La intención del sector es acceder a parte de estos cupos y aumentar la presencia en el mercado estadounidense.
El potencial de la carne argentina en EE.UU. es alto, dado el reconocimiento internacional por su calidad. Con menos barreras comerciales, se abrirían oportunidades para cortes premium, menudencias y productos procesados que hoy encuentran dificultades para ingresar al país norteamericano.
Otra industria que busca sacar provecho de un posible acuerdo es la del biodiésel. Luis Zubizarreta, presidente de la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio), destacó que hay conversaciones en curso con la Cancillería y que confían en una apertura del mercado estadounidense para este producto.
El biodiésel argentino fue expulsado de EE.UU. en 2016, cuando el gobierno de Trump impuso aranceles tras denuncias de productores locales. Desde entonces, Argentina ha intentado sin éxito revertir la medida. Un tratado de libre comercio podría representar el regreso de este biocombustible al principal mercado mundial, lo que generaría un impacto positivo en la industria y en las exportaciones de aceite de soja, su materia prima.
Las expectativas en torno al acuerdo ya han tenido efectos en los mercados financieros. Adorni destacó que las acciones de empresas argentinas en Wall Street subieron hasta un 8% tras el anuncio del Gobierno, reflejando la confianza de los inversores en un posible entendimiento con EE.UU.
Además, los datos de exportación del sector agroexportador muestran una tendencia positiva. La liquidación de divisas creció un 5,2% en febrero respecto del mes anterior, alcanzando los 2.181 millones de dólares, según la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC).
Mientras avanza la negociación con EE.UU., el Gobierno argentino implementó un sistema de monitoreo de exportaciones de jugo concentrado de limón, una de las principales producciones citrícolas del país. La medida, oficializada en febrero a través de la Resolución 18/2025, busca garantizar el cumplimiento del Acuerdo de Suspensión de la Investigación de Derechos Antidumping al jugo de limón, firmado en 2016 y renovado recientemente.
El nuevo mecanismo abarca el 100% de las exportaciones de jugo de limón concentrado hacia EE.UU. y restringe los envíos a empresas que hayan adherido al acuerdo y cumplan con los precios de referencia. Actualmente, 14 fábricas en Argentina producen este jugo, y la medida busca evitar prácticas desleales que puedan poner en riesgo su acceso al mercado estadounidense.
El posible tratado de libre comercio entre Argentina y EE.UU. no sólo impactaría en la agroindustria, sino que podría marcar un punto de inflexión en la relación bilateral. Para Argentina, representaría una oportunidad para diversificar mercados y reducir costos de exportación, en un contexto donde la competitividad global es clave.
Aunque todavía no hay definiciones concretas, los sectores productivos ya empiezan a proyectar los beneficios de una mayor integración con la mayor economía del mundo. La expectativa crece y, con ella, el anhelo de una apertura comercial que potencie la producción y el comercio exterior argentino.