Renace la Laguna Setúbal: un viaje en kayak entre nuevas islas y ecosistemas recuperados

Una travesía única por el delta de una laguna renacida, llena de fauna, paisajes y nuevas islas

Renace la Laguna Setúbal: un viaje en kayak entre nuevas islas y ecosistemas recuperados
jueves 06 de marzo de 2025

Por Agroempresario.com

En un escenario natural que parece suspendido entre el tiempo y la tierra, la Laguna Setúbal revive de sus cenizas tras una histórica sequía que la mantuvo al borde de la desaparición. Hoy, este ecosistema restaurado invita a los amantes de la naturaleza a vivir experiencias únicas a través de una travesía en kayak que se adentra en el delta de la laguna. Aguas abajo, nuevos esteros, islas flotantes, y un mundo salvaje de fauna nativa dan forma a este paraíso acuático.

“Perderse acá es mágico”, dice Carlos David Busaniche, guía experimentado y fundador de Setúbal Kayak, una empresa dedicada a ofrecer paseos y recorridos por la laguna. Con su kayak como única embarcación, conoce cada rincón del delta, un lugar donde la naturaleza, siempre cambiante, se expresa en su máxima magnitud.

El renacer de un ecosistema

El escenario que se despliega frente a nosotros es sobrecogedor: esteros y arroyos se entrelazan en una maraña de agua y vegetación, dibujando nuevos cauces que nacen y desaparecen a medida que el agua sube y baja. Este delta de la Laguna Setúbal es un lugar único, un microcosmos de vida y transformación, en el que el agua es la protagonista. Tras años de sequía, la laguna ha vuelto a su nivel habitual, trayendo consigo nuevas islas, bañados y corrientes que animan el paisaje.

“Este renacer es como un milagro, una de esas cosas que ocurren muy pocas veces. La pandemia, en este caso, ayudó a que la laguna se regenerara, y que todo el ecosistema volviera a florecer sin la intervención del hombre”, explica Busaniche, mientras remamos entre pequeños islotes de camalotes y pastizales que emergen de la laguna. En algunos de estos recovecos, el agua forma pequeñas cascadas, resultado de un antiguo dragado que, con el tiempo, se ha transformado en una nueva maravilla natural.

El kayak se convierte en la embarcación ideal para recorrer este paisaje, ya que su bajo calado permite llegar hasta donde las lanchas no pueden, adentrándose en arroyos y esteros de difícil acceso. En el trayecto, se cruzan con nuestra mirada caballos, vacas, carpinchos, y aves exóticas que se posan en los árboles cercanos o surcan el cielo en busca de su presa. Entre los sonidos de la naturaleza, los guías van señalando las especies de flora que se encuentran en el entorno, muchas de ellas características del litoral santafecino, como los alisos, los sauces, y las especies de juncos que se extienden por las riberas.

Garza

El hombre y el agua

Pero no sólo la naturaleza es protagonista de esta travesía. A medida que se adentra en el delta, uno descubre las huellas de los humanos que han hecho de este paraíso acuático su hogar. En las orillas de la laguna, los pescadores y puesteros dan vida a la historia de los habitantes de la región. Jorge Alejandro Picovsky, conocido como “Yara”, es uno de esos hombres que, desde hace años, vive en armonía con el agua.

Yara, herrero y pescador, relata cómo la vida en la laguna ha sido siempre cambiante: “Un día la pesca es excelente, y al otro te inundas, o simplemente el río ya no te da de comer”. Sus relatos, de una vida dura pero llena de sabiduría, nos enseñan la importancia de adaptarse al ritmo de la naturaleza, respetando lo que ella ofrece sin tratar de controlarlo. Como él, otros habitantes de la región, nativos o llegados de otros rincones, se han integrado a un ecosistema dinámico y mutante, donde lo único constante es el cambio.

El turismo en la laguna

A medida que el kayak avanza hacia el delta más profundo, se hace evidente que la Laguna Setúbal no solo es un refugio para los habitantes nativos y la fauna, sino también un destino turístico en auge. Los turistas de todo el país, especialmente de la ciudad de Santa Fe, llegan a este punto para disfrutar de los deportes náuticos, la pesca deportiva, y los paseos en kayak, que permiten adentrarse en un ecosistema tan único como inaccesible para otros medios de transporte.

La pesca deportiva es una de las actividades más populares en la zona, especialmente en las aguas más tranquilas, donde las especies locales, como el dorado y el surubí, se encuentran en su mayor esplendor. Los amantes del esquí acuático también se sienten atraídos por las aguas calmas que rodean las islas flotantes y las pequeñas bahías, ideales para practicar este deporte.

Sin embargo, el kayak es, sin duda, la actividad que mejor permite disfrutar de la laguna en toda su esencia. Los guías como Busaniche han sabido organizar la experiencia de forma tal que, ya sea un recorrido corto o de varios días, los visitantes no solo se adentran en la laguna, sino que se convierten en parte de ella. “El kayak nos da esa posibilidad: meternos en todos los rincones de la laguna, sin dejar huella. Solo somos espectadores del milagro natural”, reflexiona el guía mientras rema junto a su grupo.

Kayak

La historia de la laguna

La Laguna Setúbal, o Quiloazas como la llamaban las tribus originarias, tiene una rica historia, tanto natural como humana. Desde sus primeros días, esta laguna ha sido un lugar de paso, de pesca, y de encuentro para los habitantes de la región. Hoy, en pleno siglo XXI, sigue siendo una fuente vital de agua para la ciudad de Santa Fe, que depende en un 40% de las tomas de agua de la laguna para abastecerse.

Gustavo Villa Uría, ex Subsecretario de Obras Hidráulicas de la Nación, destaca la importancia de la laguna en la historia de la ciudad: “Las obras hidráulicas que se realizaron en el siglo XIX, a mano y con bueyes, establecieron las bases para las futuras ampliaciones. La laguna ha sido siempre parte del desarrollo de la ciudad, y su fluctuación es natural, pero siempre será esencial para el bienestar de la región”.

Reflexión final

Al caer la tarde, el grupo de kayaks regresa hacia la orilla, con el sol ya bajo en el horizonte, tiñendo de tonos dorados y rojizos las aguas calmas de la laguna. Es el momento perfecto para una foto, el recuerdo de una jornada completa de descubrimiento y asombro. La travesía por el delta de la Setúbal, entre esteros, islas y fauna nativa, deja una huella profunda en quienes la recorren, no solo por la belleza del paisaje, sino también por la oportunidad de conectarse con una naturaleza que, a pesar de todo, sigue renovándose.

Una laguna viva

A medida que la noche cae sobre la laguna, uno no puede evitar pensar en cómo este espacio sigue siendo un espejo de la vida misma: cambiante, impredecible, y, sobre todo, lleno de historias que merecen ser contadas. La Laguna Setúbal, renacida y revitalizada, es ahora más que nunca un símbolo de la resiliencia de la naturaleza, y de la relación íntima que los humanos pueden tener con el agua.

Agua



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