Por Agroempresario.com
En el contexto de las medidas anunciadas por el presidente Javier Milei para eliminar las restricciones cambiarias a fin de año, el economista Miguel Kiguel compartió su estimación sobre el valor del dólar para finales de 2025. Según el análisis de Kiguel, el dólar oficial mayorista podría alcanzar los $1.200, lo que implicaría una devaluación moderada de aproximadamente un 15%.
Kiguel, quien en el pasado ha trabajado con distintas entidades gubernamentales y organismos internacionales, explicó que la remoción del cepo cambiario podría no generar un impacto significativo sobre la inflación. Según su opinión, una devaluación gradual de esta magnitud no alteraría severamente el poder adquisitivo de la población ni desestabilizaría de forma abrupta los mercados financieros.
La proyección de Kiguel se alinea con las estimaciones del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que elabora el Banco Central de la República Argentina (BCRA). Según dicho relevamiento, el tipo de cambio oficial podría situarse en torno a los $1.201 a fines de diciembre. Este dato surge del consenso de analistas de diferentes consultoras económicas, bancos privados y otros expertos del mercado.
El REM es una encuesta mensual que incluye opiniones sobre distintas variables económicas claves, y ha mostrado un consenso general sobre un tipo de cambio mayorista cercano a los $1.200. Sin embargo, algunos informes internacionales proyectan cifras superiores.
Por ejemplo, un informe de Bank of America (BOFA) sostiene que el dólar podría llegar a los $1.400 en un escenario en el que el gobierno logre cerrar un acuerdo formal con el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que permitiría una mayor acumulación de reservas internacionales. Según BOFA, esta asistencia financiera sería clave para implementar la unificación cambiaria sin generar mayores sobresaltos en los mercados. Sin embargo, también advierte que la inflación podría generar presión sobre el tipo de cambio, lo que limitaría la estabilidad a largo plazo.
En paralelo, el LatinFocus Consensus Forecast, un relevamiento que incluye las estimaciones de 50 consultoras y bancos privados, ha proyectado un dólar mayorista que podría llegar a los $1.348 para fin de año, mientras que el dólar paralelo podría situarse en torno a los $1.332. Esta diferencia refleja la incertidumbre que existe sobre los efectos de la unificación cambiaria y la evolución de las variables económicas clave.
La implementación de la unificación cambiaria representa uno de los pilares del programa económico del gobierno de Javier Milei. Desde el inicio de su mandato, el presidente ha afirmado que la eliminación del cepo es esencial para fomentar la llegada de inversiones extranjeras y mejorar la confianza en la economía local. Sin embargo, muchos analistas coinciden en que la unificación cambiaría debe hacerse de manera gradual para evitar episodios de alta volatilidad.
Según Kiguel, la expectativa de un dólar a $1.200 no debería generar un ajuste disruptivo, siempre y cuando la devaluación se realice de forma controlada. De hecho, el economista considera que una devaluación moderada de un 15% podría absorberse sin generar un impacto inflacionario desmedido. En este sentido, el economista sugirió que los valores en los distintos segmentos del mercado cambiario, tanto el oficial como los alternativos, tenderían a converger hacia un único precio de equilibrio una vez que se haya eliminado el cepo cambiario.
El valor del dólar hacia fin de año dependerá de una serie de factores internos y externos. Según Kiguel, el nivel de las expectativas inflacionarias, las negociaciones con el FMI, la evolución de las exportaciones agroindustriales y la acumulación de reservas internacionales serán variables claves para determinar el comportamiento del mercado cambiario.
La balanza comercial, especialmente en lo que respecta a las exportaciones del sector agroindustrial, juega un papel fundamental en el flujo de divisas al país. La mejora de la oferta de dólares en el mercado podría contribuir a una apreciación del peso, contrarrestando en cierta medida la presión inflacionaria.
En cuanto a las expectativas inflacionarias, Kiguel remarcó que la rapidez con la que se logre reducir la inflación tendrá un impacto directo en la capacidad del gobierno de implementar una unificación cambiaria sin generar inestabilidad. A su juicio, un ajuste fiscal adecuado, junto con un fortalecimiento de las reservas internacionales, permitiría que el proceso de unificación se lleve a cabo de forma ordenada.
Aunque el gobierno de Milei ha expresado su compromiso con la unificación cambiaria antes de fin de año, los analistas advierten que cualquier desajuste en el proceso podría generar una volatilidad peligrosa en los mercados. En particular, los especialistas señalan que una salida desordenada del cepo podría generar un fuerte aumento en el tipo de cambio paralelo y un resurgimiento de la inflación.
Por lo tanto, el equipo económico liderado por Luis Caputo se encuentra monitoreando de cerca las reservas internacionales y la balanza comercial, buscando acumular las divisas necesarias para garantizar una transición sin sobresaltos. La combinación de un ajuste fiscal profundo, junto con una política cambiaria sólida, debería permitir que el gobierno de Milei implemente la medida sin desestabilizar el mercado.