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Por Agroempresario.com
La soja sigue consolidándose como una de las principales oleaginosas a nivel mundial. Según un informe reciente del Consejo Internacional de Cereales (IGC, por su sigla en inglés), la producción global de soja alcanzará un récord histórico de 418 millones de toneladas en la campaña 2024/25, lo que representa un aumento del 5% respecto a los 396 millones de toneladas de la temporada 2023/24. Este incremento en la producción refleja la tendencia creciente en países como Estados Unidos y Brasil, que aportarán la mayor parte del aumento.
El impacto de este récord en el mercado global es significativo, ya que no solo se espera una mayor oferta de soja, sino también un procesamiento sin precedentes y un aumento en las existencias finales, que podrían llegar a los 82 millones de toneladas, un 11% más que el ciclo anterior. Esta situación, si bien promete abundancia, también presiona a la baja los precios de la oleaginosa.
El comercio global de soja sigue siendo dominado por dos gigantes: Brasil y Estados Unidos. Juntos representan el 85% de las exportaciones mundiales de soja, con Brasil destacándose como el principal proveedor, especialmente hacia China. La demanda china sigue siendo el motor principal de las exportaciones, ya que este país concentra más del 60% de las importaciones globales. Sin embargo, las tensiones comerciales, especialmente con Estados Unidos, podrían reconfigurar este panorama.
La administración de Donald Trump, con su postura proteccionista, ha aumentado la incertidumbre en los mercados. La decisión de imponer aranceles a varios socios comerciales, incluyendo a China, ha afectado las relaciones comerciales, especialmente con este gigante asiático. Desde la primera guerra comercial entre Estados Unidos y China en 2018, las exportaciones de soja de Estados Unidos a China han disminuido en un 12% en comparación con los promedios previos a este conflicto. En contraste, Brasil ha logrado aprovechar la oportunidad, incrementando sus exportaciones a China en un 51% durante el mismo período.
La guerra comercial entre ambos países ha tenido un impacto directo en la dinámica del mercado. Brasil ha ganado terreno en el mercado chino, mientras que Estados Unidos ha visto caer su participación en el gigante asiático. Las exportaciones de soja de Estados Unidos a China representaron alrededor del 53% del total de sus exportaciones en los últimos tres años, en comparación con el 59% previo a la guerra comercial. Por su parte, Brasil ha mantenido una fuerte dependencia de China, con alrededor del 72% de sus exportaciones dirigidas hacia este país en el mismo período.
Aunque el mercado chino sigue siendo el más relevante, la Unión Europea también sigue siendo un destino clave para las exportaciones de soja. A lo largo de los años, la participación de la UE en las compras globales de soja ha disminuido considerablemente, pasando del 66% de las exportaciones brasileñas en el año 2000 a apenas el 7% en la actualidad. Para Estados Unidos, la UE representa alrededor del 11% de sus exportaciones de soja.
Sin embargo, las crecientes restricciones en Europa respecto al uso de productos químicos en la agricultura podrían representar un obstáculo adicional para los exportadores de soja, especialmente si Bruselas decide endurecer sus políticas. Esto podría obligar a los exportadores estadounidenses a buscar nuevos mercados, lo que, a su vez, podría generar tensiones adicionales en el comercio internacional.
En términos de volumen, las exportaciones de soja de Brasil superan en casi un 80% a las de Estados Unidos. Sin embargo, ambos países han visto cómo las exportaciones a destinos fuera de China y la UE han seguido trayectorias diferentes. Mientras que Brasil sigue siendo altamente dependiente de China, Estados Unidos ha logrado diversificar sus mercados, aunque su futuro en el comercio internacional depende en gran medida de las políticas comerciales del presidente Donald Trump y sus mandatos de biocombustibles.
En este sentido, los planes de Estados Unidos para aumentar la demanda interna de soja a través de mandatos de biocombustibles podrían ofrecer una salida a los problemas de exportación, pero por el momento, estas iniciativas están en una especie de espera, debido a las tensiones con la industria del petróleo.
La soja está viviendo un momento histórico en términos de producción global, con un crecimiento sostenido impulsado principalmente por Brasil y Estados Unidos. Sin embargo, las tensiones comerciales y la creciente dependencia de China presentan desafíos para los productores y exportadores. A medida que las dinámicas del comercio global siguen cambiando, tanto Brasil como Estados Unidos deben adaptarse a un entorno incierto, donde las políticas comerciales y la demanda interna podrían jugar un papel crucial en la configuración futura del mercado de la soja.
Si bien la abundancia de soja en el mercado global podría contribuir a mantener los precios bajos, la diversidad de mercados y la capacidad de adaptación de los exportadores serán factores determinantes para asegurar el éxito en el comercio internacional de esta oleaginosa.
