Por Agroempresario.com
Los aranceles del 25% impuestos por Estados Unidos sobre todas las importaciones de acero y aluminio entraron en vigor este miércoles, lo que generó una rápida respuesta de la Unión Europea, que implementará sus contramedidas a partir de abril. Esta disputa comercial entre dos de las mayores potencias económicas del mundo amenaza con afectar productos por un valor de 26.000 millones de euros, lo que genera incertidumbre en los mercados internacionales.
La Unión Europea, a través de un comunicado, expresó su profunda preocupación y descontento por la medida adoptada por el presidente estadounidense Donald Trump, quien se mantiene firme en su política de “Estados Unidos primero”. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, destacó que los aranceles impuestos son “malos para los negocios” y aún más perjudiciales para los consumidores. La UE, en respuesta, impondrá aranceles de igual valor sobre productos estadounidenses que incluyen desde el bourbon hasta motos Harley Davidson y yates de lujo.
“El bloque europeo renovará los aranceles que ya habían sido adoptados en 2018 y 2020, y que habían sido suspendidos anteriormente. Además, se sumará un nuevo paquete que afectará productos icónicos de EE.UU.”, explicó Von der Leyen. A pesar de estas medidas, la UE dejó claro que está abierta al diálogo y dispuesta a trabajar junto a la administración de Trump para encontrar una solución negociada que permita revertir las contramedidas.
“En un mundo lleno de incertidumbres geopolíticas y económicas, no es de interés común sobrecargar nuestras economías con aranceles”, subrayó Von der Leyen, apelando a la cooperación para evitar mayores tensiones. A pesar de esta disposición, las contramedidas de la UE entrarán en vigor a partir del 1 de abril, afectando productos de consumo diario, maquinaria y más, con el objetivo de equilibrar el impacto económico.
Por otro lado, China, también afectada por los aranceles, prometió tomar “todas las medidas necesarias” para defender sus intereses. En un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores de Beijing, se destacó que las acciones de EE.UU. violan las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y ponen en riesgo el sistema comercial multilateral basado en reglas. China, mayor productor de acero en el mundo, se mostró firme en defender sus derechos e intereses en este contexto de creciente proteccionismo.
En medio de esta guerra comercial, otros países como Japón, Canadá y Australia también expresaron su descontento, con Japón calificando como “lamentable” la falta de exención para sus productos y Australia denunciando los aranceles como “totalmente injustificados”. El Reino Unido, aunque decepcionado, no ha anunciado medidas inmediatas.
El impacto de esta disputa va más allá de los aranceles sobre acero y aluminio, afectando a industrias clave en EE.UU., como la automotriz, la aviación y la construcción, que dependen en gran medida de estos metales. Clarke Packard, investigador del Cato Institute, destacó que sectores como la automotriz y la construcción son los más vulnerables, ya que consumen la mayor parte del acero en el país.
Esta guerra comercial, iniciada por Trump, está teniendo un impacto notable en los mercados. Wall Street, por ejemplo, ha visto cómo se desvanecen las ganancias obtenidas desde la elección de Trump, mientras los temores de una posible recesión en Estados Unidos aumentan, lo que genera incertidumbre tanto a nivel global como en los mercados internos.