Por Agroempresario.com
Un equipo de científicos del CONICET y de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ), junto con colegas nacionales e internacionales, está trabajando en el desarrollo de un producto biotecnológico para mejorar la calidad de las pasas de uva producidas en la provincia de San Juan. El proyecto, que cuenta con el respaldo de empresas paseras de la región, busca reducir las pérdidas en la producción y aumentar la cantidad exportable de esta fruta seca, fundamental para la economía regional.
San Juan es la principal provincia productora y exportadora de pasas de uva de Argentina. En 2024, el país exportó 43.515 toneladas de pasas, lo que representa un aumento del 70% respecto al año anterior. El principal destino de estas exportaciones es Brasil, que absorbe el 59% del total, seguido por Estados Unidos y Colombia. Argentina ocupa el octavo lugar a nivel mundial en producción de pasas de uva.
El desafío al que se enfrentan los exportadores de pasas de uva es el estricto control de las ocratoxinas, un grupo de micotoxinas producidas por hongos del género Penicillium y Aspergillus. Estas toxinas son perjudiciales para la salud humana, ya que pueden causar daños a los riñones, malformaciones en los embriones y cáncer. La legislación de los países importadores establece un límite máximo de 10 microgramos por kilogramo de ocratoxinas. Cuando las pasas de uva superan estos valores, la producción es rechazada, lo que genera pérdidas económicas significativas para los productores.
María Cristina Nally, directora del proyecto e investigadora del CONICET en el Instituto de Biotecnología (IBT) de la UNSJ, explica que el objetivo del equipo es identificar levaduras nativas que puedan inhibir el crecimiento de estos hongos productores de ocratoxinas. En este sentido, el equipo ya ha trabajado en cultivos como pistacho, cebolla, lechuga, tomate y uva para consumo en fresco, donde lograron identificar algunas levaduras que inhiben el crecimiento de hongos. "La efectividad de estas levaduras sugiere que pueden ser aplicadas como biocontroladores en pasas de uva", afirma Nally.
El proyecto consiste en llevar a cabo ensayos de antagonismo, tanto in vitro como in vivo, entre las levaduras seleccionadas y las cepas de hongos ocratoxicogénicos nativos aislados de pasas de uva de San Juan. El uso de estas levaduras como biofungicidas permitirá evitar la contaminación por hongos y, al mismo tiempo, reemplazar los fungicidas químicos, que además de ser costosos, representan riesgos para la salud humana y el medio ambiente.
Según Nally, hasta el momento, en Argentina no existen productos biológicos registrados para reducir el crecimiento de hongos productores de ocratoxinas en pasas de uva. El equipo de investigación espera poder desarrollar uno o varios biofungicidas basados en levaduras que mejoren la calidad de las pasas de uva y, de esta forma, fortalezcan la economía regional a través de la producción de alimentos más saludables.
Además de los investigadores del IBT, participan en el proyecto científicos de la Planta Piloto de Procesos Industriales Microbiológicos (PROIMI, CONICET), la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), y colaboradores internacionales de Chile, Uruguay, Brasil y México. El proyecto fue recientemente seleccionado para recibir financiamiento del Fondo Fiduciario Pérez Guerrero para la Cooperación Sur-Sur, un fondo de las Naciones Unidas que promueve la cooperación entre países en desarrollo.
"Somos un grupo de investigadores muy activos, siempre estamos buscando financiamiento nacional e internacional para continuar con nuestras investigaciones", comenta Nally.
A través de este proyecto, se espera que la biotecnología aplicada a la producción de pasas de uva contribuya a una mejora en la calidad del producto, lo que a su vez permitirá ampliar las exportaciones de pasas de uva argentinas y consolidar a San Juan como líder mundial en la producción de esta fruta seca.
El desarrollo de este bioinsumo también podría generar un cambio en la industria de la fruta seca, abriendo nuevas oportunidades para otros productores de la región y el país. La mejora en la calidad de las pasas de uva no solo beneficiará a los productores locales, sino que también ofrecerá un producto más seguro y saludable para los consumidores internacionales.