Jorge Cervi: "Hay una tendencia fuerte a regionalizar las exportaciones, no a globalizar"

La tendencia que se ve en el mundo es que el agregado de valor no solamente debe venir por nuevas formas de producto, sino también por nuevas formas de comercializar los frutos”, comenzó Jorge Cervi, presidente de la empresa frutícola Mario Cervi e Hijos, en el congreso “Argentina Supermercado del Mundo”. En esa línea, subrayó la importancia de las estrategias de marketing para “enfocarse en cuáles son nuestras fortalezas u objetivos de desarrollo como empresa o como sector”, para definir, por ejemplo, los mercados a los que apunta; respecto de la exportación, señaló que, con la globalización, la competencia entre países que ofrecen el mismo producto aumentó y, por consiguiente, es más difícil ingresar a los mercados. En consecuencia, “hay una tendencia fuerte en casi todos los lugares de producción del mundo a regionalizar las exportaciones, no a globalizar”, explicó Cervi y aclaró que esto no significa que no se venda a otros lugares del mundo, pero se debería pensar en destinos más acotados. A modo de ejemplo, indicó que Nueva Zelanda, que antes exportaba a todo el mundo, ahora se enfoca en el Sudeste Asiático.

Debido a la falta de contratos a largo plazo entre proveedores, productores y comercializadores, es necesario “especializarse y conocer bien lo que plantea cada uno” para poder ingresar exitosamente a los mercados, afirmó Cervi. Existen diversos factores o elementos de diferenciación en el sector frutícola; el presidente de Mario Cervi e Hijos destacó los siguientes: la producción orgánica, el desarrollo de marca, las variedades ‘club’, el tipo de envases, la forma de exhibición en las góndolas, y la especialización en determinados mercados.

Producción orgánica. Cervi resaltó que al aplicarle criterios de producción y certificación orgánicas, se logra obtener un mejor resultado que con frutas convencionales. “Hoy Argentina es uno de los principales productores mundiales, sino el mayor exportador de peras y manzanas orgánicas con un agregado de valor más que importante”, remarcó.

Desarrollo de marca propia. El trabajo de la marca le garantiza al consumidor calidad, continuidad y disponibilidad del producto durante el periodo que el mercado requiera, explicó el empresario. Además, indicó que genera valores intrínsecos que son intangibles pero crean una aspiración a consumir determinada marca y no otras.

Variedades ‘club’. Actualmente, la más conocida es la manzana Pink Lady, “una variedad que fue el primer producto agrícola en salir con marca propia; o sea, la manzana esa se puede comercializar con esa marca exclusivamente”, detalló Cervi.

Envases, exhibición y especialización. Respetando la continuidad de estos factores, se van agregando valores al producto que lo hacen más rentable y sostenible en el tiempo. “Aplicando herramientas que quizás requieren de inversiones muchísimo menores, aunque sí requiere trabajo, compromiso y una conciencia muy importante, a la larga hacen que el negocio sea sostenible”, remarcó el presidente de Mario Cervi e Hijos. En ese sentido, aseguró que ambas cosas se retroalimentan ya que “para poder hacer las inversiones necesarias, debemos agregar valor a nuestra producción. Y eso no solamente va a mejorar la ecuación económica actual y futura y hacer sustentable la actividad, sino que también va a devolverle el valor a nuestras empresas”. Y, de esta forma, el negocio se volverá más atractivo para que las generaciones futuras participen como productores y no como trabajadores del sector.

“Sabemos que la fruticultura es mano de obra muy intensiva y, si no tenemos gente para trabajar, no va a ser sustentable en el tiempo. Hay que agregar valor mejorando siempre la calidad de la producción pero mejorando muchísimo o cambiando muchas de las prácticas comerciales que hoy estamos aplicando, porque el mercado así lo exige”, finalizó Cervi.