Por Agroempresario.com
Las cabras han sido criadas para la producción lechera desde tiempos inmemoriales, incluso antes que las vacas. Gracias a su gran capacidad de adaptación a diversos entornos, en la actualidad se elaboran numerosos tipos de quesos de cabra, desde frescos y cremosos hasta los curados y de corteza lavada. Entre los más conocidos se encuentran el chèvre, el gouda, el cheddar de cabra y los quesos azules. Pero, ¿cómo se logra el maridaje perfecto con vinos que potencien sus características?
Para responder esta pregunta, conversamos con Kathleen Serino, gerente senior de Capacitación y Currículo de Murray's Cheese, con sede en Nueva York.
Según Serino, la leche de cabra se caracteriza por su sabor distintivo, influenciado por el tipo de pastura que consume el animal. Los quesos de cabra frescos suelen presentar un color blanco brillante, una textura suave y notas herbáceas con un leve toque cítrico. En cambio, los quesos curados desarrollan sabores más intensos y una textura más densa.
Las diferencias también dependen de la región de producción. Factores como el clima, la altitud y las razas autóctonas influyen en el perfil de sabor. Por ejemplo, los quesos de cabra franceses tienden a ser cremosos y delicados, mientras que los elaborados en la isla de Córcega tienen un carácter más robusto y especiado.
El queso de cabra y el vino comparten una característica esencial: la acidez. Para lograr un maridaje ideal, se recomienda combinar vinos con una acidez similar a la del queso. Algunos ejemplos incluyen:
Para disfrutar al máximo de la combinación de vino y queso, Serino recomienda:
La teoría de que "lo que crece junto, va junto" también se aplica al maridaje del queso de cabra con el vino. En regiones como Francia, Italia y España, los quesos de cabra suelen maridar con vinos locales que comparten características del terroir.
Finalmente, Serino enfatiza que el mejor maridaje es el que más disfrute cada persona. La clave está en experimentar y encontrar la combinación que mejor se adapte a los gustos personales.
Con estos consejos, cualquier amante del queso y el vino podrá elevar su experiencia gastronómica y descubrir el placer de un maridaje perfectamente equilibrado.