Por Agroempresario.com
En el marco de la Cuarta Temporada de “Comunicándonos en Agroempresario.com”, recibimos a Mayco Mansilla, CEO y Co-Fundador de Innventure,en una entrevista exclusiva junto a Fernando Vilella, Director de Desarrollo Estratégico y Contenidos de Agroempresario.com. Durante el diálogo Mansill, compartió su visión sobre el futuro de la agroindustria argentina y la revolución tecnológica que está transformando el sector.También destacó cómo la combinación de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial, blockchain, biología sintética e Internet de las Cosas (IoT) están marcando un hito en la forma de producir alimentos y gestionar la cadena agroalimentaria.
La tecnología es la columna vertebral de la cuarta revolución industrial, que está impactando todos los sectores de la economía, especialmente el agro. Mansilla subrayó cómo estas innovaciones no sólo están aumentando la productividad y la eficiencia en el campo, sino que también están creando nuevos negocios, nuevas formas de financiarse y modelos de negocios completamente diferentes. Según él, “Argentina tiene la oportunidad de liderar esta revolución tecnológica, ya que está un paso adelante en el uso de estas tecnologías disruptivas”.
En Argentina, más de 400 startups están liderando el cambio, convirtiéndolo en uno de los países con mayor número de estas empresas emergentes, sólo detrás de Israel. Esto ha colocado al país en una posición privilegiada para captar inversiones globales y hacer avanzar la innovación en el agro. Sin embargo, a pesar de este potencial, Mansilla alertó sobre la falta de inversión y la necesidad de alianzas estratégicas con empresas que comprenden las sinergias entre el desarrollo tecnológico y la industria agroalimentaria.
Un claro ejemplo de cómo la tecnología puede transformar el agro es la lucha contra las malezas, una de las principales preocupaciones para los productores. Gracias a la inteligencia artificial, los productores pueden ahorrar hasta un 90% en el uso de herbicidas, ya que las máquinas son capaces de detectar la maleza de forma precisa y solo aplicar productos en las zonas afectadas. Además, se están desarrollando soluciones basadas en nanotecnología que permiten reducir el uso de químicos sin sacrificar resultados. Mansilla destacó que estas tecnologías ya están disponibles en el mercado y son cada vez más accesibles, mejorando la relación costo-beneficio para los productores.
Otro gran avance es el uso de herramientas de prescripción y monitoreo en tiempo real, que permiten a los productores tomar decisiones más informadas sobre el control de malezas. Estas innovaciones ya están validadas y ofrecen un gran potencial para la reducción de costos y la mejora de la productividad.
Argentina se destaca por su gran cantidad de startups que están liderando el cambio en el sector agropecuario. Sin embargo, uno de los principales obstáculos que enfrentan estos emprendedores es el acceso al financiamiento. Según Mansilla, las startups agropecuarias no solo necesitan capital, sino también apoyo en la comercialización, la creación de una marca fuerte y la capacidad de distribución. Es aquí donde los fondos de inversión, como Innventure, juegan un papel fundamental al reunir inversores para apoyar a las empresas emergentes.
Además de los fondos tradicionales, las aceleradoras y los inversores internacionales están comenzando a ver el agro como una oportunidad estratégica. La vinculación con estos inversores y el apoyo a la innovación local puede ser la clave para acelerar el desarrollo de tecnologías que no solo beneficien al sector agropecuario argentino, sino que también puedan ser exportadas al resto del mundo.
El uso de tecnologías como sensores, plataformas digitales y la trazabilidad a través de IoT están abriendo nuevas puertas a la financiación y creación de valor en el agro. Estas tecnologías permiten monitorear en tiempo real el estado de los activos, como vacas o granos almacenados, lo que facilita su monetización. Esto ha dado lugar a un nuevo tipo de economía, donde los activos antes no considerados como garantías financieras ahora pueden respaldar créditos y ser utilizados en transacciones comerciales.
Mansilla compartió un ejemplo concreto de un productor del interior de Santa Fe que, gracias a una plataforma que utiliza sensores, logró acceder a un crédito de 300 millones de pesos, mucho más que los 3 millones que podía obtener con un banco tradicional. Este tipo de soluciones están creando nuevas oportunidades para los productores, que ahora pueden obtener financiamiento en función de sus activos digitales y tecnológicos.
El liderazgo de Argentina en la innovación agroindustrial es innegable, pero Mansilla señaló que aún falta apoyo institucional y un cambio en la mentalidad para que el país pueda aprovechar todo su potencial. El acceso a financiamiento sigue siendo una limitante clave, pero con más inversiones y el trabajo conjunto entre emprendedores, empresas y fondos de inversión, Argentina puede convertirse en un referente global en tecnología aplicada al agro.
En este sentido, Mansilla destacó que el impulso de la bioeconomía en Argentina es fundamental. “Las tecnologías son la máxima expresión de la bioeconomía, porque transforman el conocimiento en valor económico y nos permiten competir en mercados globales”.
El país tiene todas las condiciones para liderar este proceso: un agro consolidado, productores innovadores y un ecosistema emprendedor que está preparado para afrontar los desafíos. Mansilla destacó la importancia de trabajar con los emprendedores y apostar a la innovación, no solo a nivel local, sino con una visión global.
Los fondos de inversión y las aceleradoras están siendo fundamentales para el crecimiento de las startups tecnológicas en el agro. En este contexto, el compromiso del Estado y de las provincias, como el reciente anuncio del fondo de fondos en Santa Fe, es clave para generar confianza y más inversión en el sector. Mansilla concluyó: “El futuro está en la innovación y la tecnología aplicada al agro, y tenemos la oportunidad de liderar este proceso a nivel global”.
Como mencionó Mansilla, los inversionistas no solo buscan retornos financieros, sino también estar cerca de la innovación. En este camino, las aceleradoras y fondos de inversión están actuando como catalizadores, facilitando el proceso de transformación digital en el agro y ayudando a las empresas a posicionarse en un mundo cada vez más competitivo.
Para seguir impulsando esta revolución, es crucial que Argentina continúe invirtiendo en tecnología, apoyando a los emprendedores y fomentando una mayor colaboración entre los diferentes actores del ecosistema agroalimentario.