Por Agroempresario.com
El exsecretario de Agregado de Valor del Ministerio de Agroindustria, Néstor Roulet, abordó los complejos desafíos que enfrenta el sector agropecuario argentino. En una entrevista reciente, el ingeniero agrónomo, ex vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), reconoció que si bien hay algunas mejoras, como la reducción de impuestos, la situación de los productores sigue siendo complicada. A su juicio, el sistema impositivo sigue siendo asfixiante, y la falta de un sistema adecuado de seguros multirriesgo y flexibilidad en los contratos de venta anticipada son problemas que deben resolverse con urgencia.
Roulet se mostró particularmente crítico con la presión fiscal sobre el sector y remarcó la importancia de las medidas urgentes para incentivar la inversión en tecnología y aumentar la competitividad. “Nos robaron 200 mil millones de dólares y, a pesar de todo, el productor sigue apostando por la Argentina”, afirmó, resaltando cómo, a pesar de las dificultades, el campo sigue demostrando resiliencia.
Uno de los temas recurrentes que Roulet mencionó fue el riesgo climático que enfrentan los productores. En Argentina, las contingencias climáticas son una constante. Desde sequías hasta inundaciones, los productores deben convivir con riesgos que no son comprendidos en su totalidad por quienes viven en las ciudades. “El riesgo que tiene esta fábrica sin techo es enorme”, expresó Roulet, destacando que la incertidumbre climática es una de las grandes amenazas para el campo.
En relación a esta problemática, Roulet explicó que, pese a las largas discusiones, nunca se logró implementar un sistema de seguros multirriesgo en el país. “Por sequía, por inundaciones, o por otros factores, desde hace años se habla de un sistema de seguros multirriesgo en Argentina, pero nunca se llega a un acuerdo”, comentó. Esta herramienta, si bien ha sido debatida, podría ser fundamental no solo para los productores, sino para la economía nacional, ya que serviría para mitigar los impactos económicos de las contingencias climáticas y permitiría una mayor estabilidad en la producción.
Otro de los puntos que Roulet destaca es la falta de flexibilidad en los contratos de venta anticipada de granos. Explicó que, si bien los productores pueden realizar ventas anticipadas de cosechas, este tipo de contratos no tienen en cuenta las variaciones climáticas que pueden afectar el volumen de la producción. “Uno hace una venta pensando en una cosecha de 350 toneladas, pero si las condiciones climáticas te impiden cosechar, no podés salir a comprar granos para cumplir con el contrato, y esas son cosas que debemos corregir en Argentina”, puntualizó.
Además, el exfuncionario se refirió a la presión fiscal que enfrentan los productores agropecuarios, en particular las retenciones. “Lo que pedimos es que nos saquen la mano del bolsillo porque los números no dan”, sostuvo Roulet, resaltando que el rinde de indiferencia en la soja se encuentra en 35 o 38 quintales según la zona, lo cual es insostenible frente al nivel de retenciones que se mantienen. En su opinión, una reducción de las retenciones, aunque sea de 4, 5 o 6 puntos, tendría un impacto positivo y permitiría que los productores reinviertan en tecnología y mejoren la productividad.
Roulet comparó la situación de Argentina con la de países vecinos como Uruguay, Brasil y Paraguay, donde los productores logran mejores rendimientos debido a una menor carga fiscal. “En Uruguay, Brasil y Paraguay el productor cobra 380 dólares por tonelada, mientras que en Argentina son 290. Esa diferencia de 100 dólares allá se usa para tecnología; aquí, para la casta política”, explicó, demostrando cómo la carga impositiva argentina perjudica la competitividad de los productores nacionales.
El exfuncionario también detalló el impacto de las políticas fiscales sobre los costos de producción. Aunque el precio de la soja ha aumentado un 86 % desde 2002, los costos directos (insumos, labores y seguros) se incrementaron un 176 %, mientras que los indirectos (cosecha, flete y comercialización) aumentaron un 139 %. Además, los alquileres también subieron un 180 %. Todo esto ha llevado a que, a pesar del aumento de los precios de los productos, los márgenes de ganancia de los productores continúen siendo negativos.
Roulet, quien también es productor en la provincia de Córdoba, hizo hincapié en los riesgos que enfrenta el productor en el día a día. “Hoy tener 350 toneladas de soja expuestas a la intemperie significa tener 110 millones de pesos en riesgo”, detalló, subrayando la vulnerabilidad del sector ante las inclemencias del tiempo. En este contexto, la falta de medidas efectivas para proteger a los productores y mejorar su competitividad es uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta el sector agropecuario argentino.
Para Roulet, la clave del futuro está en reformar el sistema impositivo y poner en marcha un plan integral que permita al productor argentino afrontar las crisis de manera más efectiva, tanto las climáticas como las económicas. “Es un país con mucho potencial, pero necesitamos políticas que nos den un respiro, que nos permitan invertir en tecnología y mejorar nuestra competitividad”, concluyó, advirtiendo que, de no implementarse cambios estructurales, el campo argentino seguirá enfrentando obstáculos que amenazan su viabilidad a largo plazo.