Por Agroempresario.com
China se consolida como líder en la cadena de suministro de minerales críticos tras realizar inversiones por más de 10 mil millones de dólares en África. Este dominio se centra en recursos esenciales para la tecnología, como el cobalto, el litio y las tierras raras, poniendo a Estados Unidos en una situación desventajosa.
La República Democrática del Congo (RDC) se ha convertido en uno de los focos principales de este interés. En 2023, Pekín destinó 1.000 millones de dólares a proyectos mineros en el país africano, mientras que la compra de la mina de cobre Khoemacau en Botsuana por 1.900 millones de dólares muestra cómo China busca asegurar el acceso a estos minerales estratégicos. La expansión en otros países africanos como Sudáfrica, Zambia y Guinea refuerza su presencia en el continente. Ante esto, Estados Unidos ha comenzado a negociar con la RDC, ofreciendo apoyo militar a cambio de acceso a estos recursos, aunque su capacidad para competir con China en este terreno sigue siendo limitada.
El comercio internacional de minerales críticos, como el cobalto y el litio, es fundamental para sectores como la fabricación de vehículos eléctricos, la energía renovable y la tecnología de defensa. El control de China sobre la extracción y refinación de estos materiales le otorga una ventaja estratégica, al mismo tiempo que asegura su dominio en la exportación de productos de alto valor agregado. De esta manera, China no solo reduce su dependencia de proveedores externos, sino que también fortalece su posición en la cadena de suministro global.
Por su parte, Estados Unidos enfrenta serios desafíos. Su dependencia de China para el acceso a estos minerales ha quedado en evidencia con la reciente prohibición china de exportar ciertos metales de tierras raras. A esto se suma la dificultad de construir nuevas cadenas de suministro fuera del control chino, lo que pone en riesgo sectores clave de su economía.
La estrategia de inversión de China en África se basa en la adquisición de minas y plantas de procesamiento, asegurando un suministro constante de recursos necesarios para la producción de baterías, paneles solares y vehículos eléctricos. Además, la capacidad de refinación que posee China le permite mantener su liderazgo en la cadena de suministro global, una ventaja que Estados Unidos no ha logrado igualar.
A medida que Pekín sigue afianzando su dominio, Estados Unidos busca recuperar terreno mediante proyectos como el Corredor Lobito, una iniciativa ferroviaria destinada a mejorar el acceso a minerales en África. Sin embargo, los analistas coinciden en que la ventaja de China en este sector es tal que podría resultar casi imposible para otros países recortar la diferencia en el corto plazo.
Este conflicto no solo tiene implicaciones para el comercio, sino también para la seguridad nacional. El control de recursos estratégicos ha pasado a ser una prioridad económica, ya que las grandes economías dependen de estos minerales para mantener su competitividad. La hegemonía de China en este sector podría afectar las balanzas comerciales de países como Estados Unidos y la Unión Europea, que se ven obligados a buscar alternativas para no quedar atrapados en la cadena de suministro china.
La carrera por los minerales críticos no es solo una cuestión de comercio, sino también una pieza clave en la guerra geopolítica más amplia que involucra tecnología, energía y seguridad nacional. Con su agresiva estrategia de inversión y su capacidad de liderazgo, China sigue adelante, mientras Estados Unidos y otras economías luchan por reducir la brecha que se ha abierto en este sector.