Por Agroempresario.com
En su informe técnico correspondiente a la primera revisión del programa con Argentina, el Fondo Monetario Internacional (FMI) incluyó un análisis detallado sobre el impacto de los recientes aranceles de Estados Unidos. El documento examina cómo estos cambios afectan a las exportaciones argentinas, al riesgo país, a las reservas internacionales y la dinámica inflacionaria.
El análisis recuerda que Estados Unidos representa aproximadamente el 8 % de las exportaciones totales de bienes argentinos, lo que equivale a cerca del 1 % del PIB argentino. A pesar de esto, la balanza comercial bilateral ha mostrado un déficit promedio del 0,2 % del PIB, lo que indica una limitada inserción global de Argentina.
Desde marzo, productos como el acero y el aluminio enfrentan un arancel del 25 %, mientras que la mayoría de las exportaciones argentinas comenzaron a pagar un arancel del 10 % desde abril. Según estimaciones del FMI, esta medida podría reducir las exportaciones a EE.UU. entre 300 y 500 millones de dólares por año.
Sin embargo, el informe señala que una reestructuración del comercio global podría mitigar el impacto, si empresas afectadas por aranceles más severos en mercados como Brasil, China o la Unión Europea reubican producción en Argentina.
En materia financiera, el organismo puntualiza que los diferenciales de los bonos soberanos y corporativos argentinos se han mejorado levemente desde el inicio del conflicto comercial, aunque se mantienen riesgos financieros latentes. La vulnerabilidad de las reservas internacionales expone al país a presiones cambiarias que podrían afectar depósitos en dólares, crecimiento del crédito y acceso a mercados internacionales.
Si esas tensiones se materializan, advierte el FMI, la economía argentina podría sufrir una contracción y un incremento inflacionario por presión sobre el tipo de cambio. Un dólar débil podría amortiguar ese impacto, aunque con efectos limitados.
El informe reduce la expectativa global de crecimiento en 0,3 puntos porcentuales para 2025, pero mantiene para Argentina una proyección del PIB del 5,5 %, siempre que no se profundice la desaceleración mundial.
Una caída adicional en los precios de commodities, como ocurrió con el petróleo (–15 % en la primera mitad del año), agravaría los efectos sobre las exportaciones argentinas, presionando el tipo de cambio y debilitando las reservas.
Pese a ello, el FMI considera que una posible desviación comercial podría elevar el precio de productos argentinos como la soja, lo que funcionaría como mecanismo compensatorio ante una demanda global acotada.
Según el FMI, una combinación de medidas locales podría limitar los riesgos:
El organismo también resalta que, si se concretan acuerdos bilaterales con Estados Unidos para exenciones o regímenes especiales, será esencial contar con medidas internas que fortalezcan la competitividad sin comprometer la estabilidad macroeconómica.
En suma, el FMI considera que, aunque el impacto directo de los aranceles pueda ser limitado, el panorama internacional más incierto obliga a Argentina a fortalecer su marco político y financiero. La combinación de comercio global volátil, riesgos sobre reservas y amenazas inflacionarias exige un enfoque preventivo y adaptable.