Por Agroempresario.com
En medio de la transición hacia un nuevo régimen cambiario y la salida del cepo, el ministro de Economía, Luis Caputo, destacó públicamente la decisión de la empresa Molinos de retrotraer los aumentos de precios anunciados días atrás. La medida, que había generado polémica en el sector comercial, fue revertida tras la negativa de los supermercados a aceptar listas con subas de entre 9% y 12%.
“Molinos retrotrajo toda la suba de precios. Buena reacción. Y sobre todo, gran gestión de los supermercados, cuidando a sus clientes”, expresó Caputo a través de su cuenta oficial en X. El ministro había apuntado previamente contra Molinos y Unilever por intentar aplicar aumentos significativos sin justificación válida, en un contexto económico sensible y con niveles de consumo deprimidos.
La controversia se desató luego de que distintas cadenas recibieran listas con aumentos de entre 7% y 12%, en productos esenciales de consumo masivo. En medio de esta tensión, tanto la Asociación de Supermercados Unidos (ASU) como la Cámara Argentina de Supermercados (CAS) salieron a rechazar de forma tajante cualquier incremento que no tuviera fundamentos económicos sólidos.
“No vamos a convalidar listas especulativas. Nuestro compromiso es defender al consumidor”, aseguró Juan Vasco Martínez, director ejecutivo de ASU. A su vez, la CAS emitió un comunicado en el que remarcó que, dada la situación actual, “no existen motivos para aumentos masivos e indiscriminados”.
Entre las compañías señaladas por intentar aplicar subas figuran Unilever, SC Johnson (fabricante de Raid y Off), Softys (con marcas como Higienol y Babysec), Aceitera General Deheza y Bunge. Si bien algunas justificaron sus decisiones en los componentes importados o en la suba del tipo de cambio, desde el gobierno descartaron que existiera una razón concreta para trasladar aumentos a los consumidores en este momento.
En paralelo, el subsecretario de Defensa del Consumidor y Lealtad Comercial, Fernando Blanco Muiño, advirtió que no hay fundamentos tributarios ni cambiarios para avalar tales incrementos. “En el gobierno de Javier Milei no hay lugar para oportunistas”, afirmó.
El escenario económico actual está marcado por la implementación de un esquema de flotación cambiaria entre bandas de $1.000 y $1.400, con un deslizamiento mensual del 1%. El nuevo dólar oficial se ubicó en torno a los $1.230 en los primeros días sin cepo, aunque luego retrocedió a $1.160. Pese a ello, algunas empresas intentaron adelantarse a una posible suba hacia el techo de la banda, lo que motivó sus listas con aumentos preventivos.
Sin embargo, desde los propios supermercados reconocieron que la demanda actual no convalida subas. “La venta está baja. No es momento para hacer ninguna locura”, afirmó Fernando Savore, presidente de la Federación de Almaceneros de la provincia de Buenos Aires.
La consultora Scentia, en tanto, informó que el consumo masivo cayó un 5,4% interanual en marzo, acumulando una baja de 8,6% en el primer trimestre de 2025. De esta forma, el sector ya suma 16 meses consecutivos de retracción en las ventas. Solo algunos rubros, como alimentos y perecederos, muestran signos de leve recuperación.
En este contexto, la decisión de Molinos de revertir sus aumentos fue recibida como una señal de distensión en un mercado aún frágil. El mensaje oficial es claro: no hay espacio para especulación, y el compromiso con el consumidor será el eje rector del nuevo escenario económico.