Por Agroempresario.com
En el mundo de la tecnología, las apuestas de alto riesgo suelen definir legados. Para Tim Cook, CEO de Apple, ese legado podría estar tomando forma en un par de gafas. Según fuentes cercanas a la compañía, el ejecutivo está completamente enfocado en desarrollar unas gafas inteligentes de realidad aumentada (RA) que no solo marquen un antes y un después en la industria, sino que también superan a las que prepara Meta, la empresa de Mark Zuckerberg. “No le importa nada más”, aseguran. La afirmación, contundente y reveladora, fue publicada por el periodista especializado Mark Gurman en Bloomberg, quien sigue de cerca los movimientos de Apple desde hace años.
La carrera por dominar el futuro de la realidad aumentada está más encendida que nunca. Aunque el iPhone representa más de la mitad de los ingresos de Apple —según su reporte trimestral de enero de 2025— Cook está decidido a que la próxima gran revolución tecnológica de la empresa no venga solo de la mano de teléfonos, relojes o laptops, sino de una nueva plataforma: las gafas RA.
Este interés no es nuevo. Tim Cook ha sido un defensor entusiasta de la realidad aumentada durante casi una década. Ya en 2016 hablaba de su potencial transformador en distintos ámbitos como la educación, el entretenimiento, la salud y los negocios. Lo que ahora está claro es que esa convicción se ha convertido en obsesión. Y con razón: el éxito del iPhone fue el hito que catapultó a Apple a la cima, y repetir una hazaña similar podría consolidar a Cook como un visionario, alejando las comparaciones con Steve Jobs, su célebre antecesor.
El primer paso en esa dirección fue el lanzamiento del Vision Pro en febrero de 2024, un casco de realidad mixta que combina experiencias de RA y realidad virtual (RV) mediante sensores que permiten superponer elementos digitales en el mundo real. Aunque su precio de 3.500 dólares y su limitada adopción frenaron el entusiasmo inicial, el Vision Pro sirvió como banco de pruebas para la visión de Cook: una tecnología inmersiva que se integre en la vida cotidiana de los usuarios.
Pero Apple no está sola en esta carrera. Meta, liderada por Zuckerberg, lleva más de una década invirtiendo miles de millones de dólares en RA y RV. En 2014 compró Oculus por 2.000 millones de dólares y desde entonces ha ido puliendo su hardware y software, con lanzamientos como las gafas Ray-Ban Stories y el más reciente casco Quest 3. Además, está desarrollando Orion, un par de gafas de RA que promete cambiar las reglas del juego.
Más allá de la competencia comercial, esta batalla también es ideológica. Apple apuesta por un ecosistema cerrado, con control total del hardware y software, tal como ocurre con el iPhone. Meta, en cambio, propone un enfoque más abierto y agnóstico, con plataformas que funcionen en múltiples dispositivos, incluso de otros fabricantes. Para Zuckerberg, el metaverso es el siguiente paso lógico después del Internet móvil, un entorno donde los avatares podrán interactuar entre plataformas sin importar el dispositivo.
En esa lógica, Meta invirtió 43.900 millones de dólares en investigación y desarrollo (I+D) en 2024, un 14% más que el año anterior. Apple, por su parte, destinó 31.400 millones, también en aumento. La meta: lograr que estas gafas inteligentes sean tan pequeñas, ligeras y potentes como unos anteojos tradicionales, pero con funcionalidades que parezcan sacadas de una película de ciencia ficción.
El desarrollo de estos dispositivos no solo implica desafíos tecnológicos. También pone presión sobre Cook para demostrar que puede innovar más allá de la gestión eficiente. Aunque productos como el Apple Watch y los AirPods fueron exitosos durante su mandato, otros como el HomePod o los AirTags no generaron el mismo impacto. Y la reciente cancelación del proyecto del Apple Car —tras años de inversión— sumó dudas sobre la capacidad de Apple para sorprender con un nuevo “producto estrella”.
Para Cook, entonces, las gafas inteligentes podrían ser su “iPhone moment”. No es casual que, según Bloomberg, sea el único producto en el que está involucrado personalmente desde su concepción hasta los prototipos. Busca asegurarse de que el diseño, el software, la experiencia de usuario y el lanzamiento estén a la altura de la marca Apple.
Pero hay algo más en juego: el prestigio personal. Cook ha llevado a Apple a ser la empresa más valiosa del mundo, pero siempre bajo la sombra de Jobs, el genio creativo que supo combinar tecnología con sensibilidad estética. Ahora, con el mundo mirando hacia la RA como el próximo gran salto, el CEO de Apple quiere escribir su propio capítulo en la historia de la innovación. Y quiere hacerlo antes que Zuckerberg.
Aún no se conocen fechas oficiales de lanzamiento para las gafas inteligentes de Apple, pero los rumores apuntan a 2026 como una ventana posible. Mientras tanto, Meta avanza con sus propios planes y continúa refinando su ecosistema de RA y RV. La competencia es feroz, pero también saludable: el resultado beneficiará al consumidor final, que podría acceder a una nueva generación de dispositivos capaces de revolucionar la manera en que interactuamos con el mundo digital.
Por ahora, el campo de batalla está en los laboratorios, las líneas de código y los diseños industriales. Pero el verdadero premio será la mente —y los ojos— de millones de usuarios en todo el mundo. Tim Cook lo sabe. Mark Zuckerberg también. Y mientras ambos gigantes tecnológicos invierten fortunas en investigación y desarrollo, el mundo espera las gafas que podrían cambiarlo todo.
Una cosa es segura: esta vez, no se trata solo de ver el futuro. Se trata de llevarlo puesto