Por Agroempresario.com
El Gobierno de Río Negro reafirma su compromiso con el desarrollo ganadero en la Región Sur con una inversión de $109,5 millones destinada a mejorar la infraestructura productiva, fomentar el arraigo rural y consolidar una ganadería más eficiente y sustentable. Desde octubre de 2024, los fondos han sido canalizados a través de dos herramientas clave: el Programa Ganadero Bovino Provincial “Gustavo Cecchi” y el Fondo Fiduciario para el Desarrollo Ganadero Rionegrino.
Durante este período, se aprobaron y financiaron 17 proyectos productivos presentados por productores de las localidades de Valcheta, Ministro Ramos Mexía, Sierra Colorada, Los Menucos, Maquinchao, Ingeniero Jacobacci y Comallo. Estas iniciativas permiten incorporar bienes de capital, mejorar la infraestructura predial, y adquirir insumos estratégicos para enfrentar las condiciones climáticas adversas y ampliar la capacidad productiva.
Esta política de financiamiento se enmarca en una estrategia más amplia del Gobierno Provincial orientada a diversificar la matriz productiva y promover el desarrollo equitativo del interior rionegrino. Según destacaron desde el Ministerio de Producción y Agroindustria, los créditos fueron diseñados en función de las necesidades reales de los productores, con especial énfasis en la sustentabilidad ambiental y el arraigo en el territorio.
“El financiamiento no es un fin en sí mismo, sino una herramienta para construir futuro en el campo. Apostamos a que más familias puedan desarrollarse en sus lugares de origen, con infraestructura adecuada y condiciones de producción competitivas”, indicaron desde la cartera productiva.
Este impulso a la ganadería bovina también busca reactivar economías regionales y generar empleo local, en un contexto donde el acceso al crédito se vuelve un factor decisivo para sostener y ampliar la actividad agropecuaria.
Con esta inversión, el Gobierno de Río Negro da un paso más en la consolidación de una política pública integral que entiende a la producción ganadera no solo como motor económico, sino como eje fundamental del desarrollo territorial y la soberanía alimentaria en la Patagonia.