Por Agroempresario.com
¿Le habrá servido a los vecinos de la Ciudad de Buenos Aires el extenso debate entre los 17 candidatos a legislador porteño? Esa fue la pregunta que sobrevoló el estudio de televisión donde se realizó la transmisión, con una dinámica marcada por las chicanas políticas, escasez de propuestas concretas y estrategias de campaña que priorizaron los golpes de efecto sobre el contenido.
Organizado por el Instituto de Gestión Electoral de CABA y transmitido por el Canal de la Ciudad, el debate se extendió durante tres largas horas —175 minutos exactos—, con apenas dos cortes publicitarios. La organización fue prácticamente impecable y los candidatos respetaron en general las reglas establecidas. Sin embargo, el formato, la cantidad de postulantes y el enfoque adoptado por muchos de ellos dejaron gusto a poco a quienes esperaban un verdadero intercambio de ideas orientadas a resolver los problemas cotidianos de los porteños.
Desde el principio, quedó claro que la prioridad de varios participantes no sería la presentación detallada de propuestas legislativas. Muchos apelan a slogans, frases impactantes y réplicas ensayadas que provocaron algunos momentos de tensión y risas en un auditorio integrado por unas 80 personas, entre asesores, invitados y periodistas.
Ricardo Caruso Lombardi, conocido ex director técnico de fútbol y candidato del Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), aportó algo de frescura y espontaneidad. Sin el filtro habitual del coaching político, Caruso comparó la política con el fútbol, señalando que "mandan los resultados", en alusión al despido del entrenador Fernando Gago en Boca Juniors. Sus intervenciones, plagadas de referencias deportivas, fueron de las pocas notas de color en una noche cargada de formalidades y frases hechas.
La nacionalización del escenario porteño también fue evidente. El nombre de Javier Milei sobrevoló todo el debate, mencionado tanto por sus aliados como por sus críticos. Manuel Adorni, vocero presidencial y candidato de La Libertad Avanza, fue uno de los principales portadores del "modelo Milei" a nivel local, aunque evitó detallar cómo lo implementaría en la Legislatura. Lo más concreto de su parte fue la promesa de cerrar el Canal de la Ciudad para "ahorrarles 4.500 millones de pesos a los porteños".
En el mismo estudio, Santiago Caputo, asesor clave de Milei, se mantuvo como figura silenciosa pero visible, mascar chicle mediante. Caputo tuvo un tenso intercambio con un fotógrafo, al que increpó por enfocarlo, en una escena que reflejó el clima de hostilidad latente durante toda la noche.
Silvia Lospennato, candidata del PRO, se mostró sólida en su exposición, destacando su pertenencia al partido que, según remarcó, mejor conoce la Ciudad y más veces venció al kirchnerismo. Sin ser agresiva, Lospennato dejó en claro que Horacio Rodríguez Larreta ya no representa al PRO, subrayando las divisiones internas tras el desprendimiento de su nuevo espacio, Volvamos Buenos Aires.
El propio Rodríguez Larreta, exjefe de Gobierno, enfocó su discurso en resaltar las obras realizadas durante su gestión y lanzó una frase resonante al final: "Quiero volver a ser jefe de Gobierno porque aprendí". Más allá de su postulación a legislador, Larreta evidenció que su mirada está puesta más allá de esta elección, en un posible regreso al Ejecutivo en 2027.
Lula Levy, representante de Evolución Radical, arrancó el debate visiblemente nervioso, pero ganó firmeza con el correr del tiempo, logrando incomodar a varios rivales con comentarios punzantes. Levy buscó posicionarse como una renovación dentro del radicalismo porteño, mientras que los tres candidatos peronistas presentes —Leandro Santoro (Unión por la Patria), Juan Manuel Abal Medina (Justa, Libre y Soberana) y Alejandro Kim (Principios y Valores)— cruzaron críticas como si proviniera de fuerzas enfrentadas, aunque todos tengan raíces en el mismo tronco partidario.
Santoro, el más experimentado de los tres, fue quien más atacó al oficialismo porteño, señalando irregularidades en contrataciones y tercerizaciones. Sin embargo, fue blanco de ataques cuando sus contrincantes recordaron su cercanía con el expresidente Alberto Fernández durante la pandemia, episodio que generó momentos incómodos para el legislador.
Entre los candidatos menos conocidos, Mila Zurbriggen (El Movimiento-Nueva Generación) buscó destacarse por su juventud y su falta de experiencia política como atributos positivos, mientras que María Eva Koutsovitis (Confluencia por la Unidad y la Soberanía) intentó acorralar a sus oponentes, aunque su lectura constante de apuntes restó naturalidad a su discurso.
César Biondini (Frente Patriota Federal) reafirmó su postura nacionalista, pero evitó responder de forma clara cuando Santoro le preguntó si era o no nazi. Ramiro Marra, ahora referente de Libertad y Orden tras su ruptura con La Libertad Avanza, defendió el programa económico de Milei y lanzó fuertes críticas contra el kirchnerismo y "los zurdos", centrándose en temas de seguridad y orden público.
La izquierda también tuvo su representación. Federico Winokur (La Izquierda en la Ciudad) y Luca Bonfante (Frente de Izquierda) se alternaron en ataques al FMI y denuncias contra los ricos. Bonfante, en particular, protagonizó uno de los momentos más comentados al señalar: "Celebro que haya venido Adorni porque hoy es 29, el día del ñoqui", lo que provocó risas en el estudio. Sin embargo, ni Bonfante ni Winokur presentaron propuestas legislativas concretas, más allá de declaraciones grandilocuentes como la intención de establecer un salario mínimo de dos millones de pesos, tema fuera de competencia de la Legislatura.
Paula Oliveto Lago (Coalición Cívica) centró su discurso en su experiencia combatiendo la corrupción y defendiendo a los jubilados. Marcelo Peretta (Remedios para CABA) sorprendió con intervenciones concisas y algunas propuestas específicas, como la reducción de precios de medicamentos.
Por su parte, Yamil Santoro (Unidad Porteña Libertaria) —quien llegó al estudio acompañado por su bulldog, en homenaje al Día del Animal— recordó que ya presentó más de 100 proyectos de ley en la Legislatura, en un intento de reforzar su imagen de legislador activo y comprometido.
Pese al tono combativo del debate, el cierre fue cordial: casi todos los candidatos se saludaron, salvo los representantes de la izquierda. Sin embargo, cuando intentaban abandonar el estudio, se encontraron atrapados debido a un improvisado "piquete" protagonizado por Leandro Santoro, quien monopolizaba la salida conversando largamente con periodistas. La situación provocó sonrisas de resignación y fue resuelta finalmente cuando Jorge Telerman abrió paso.
Afuera, sobre la calle Esparza, más policías y bomberos que ciudadanos esperaban el desenlace de un debate que, pese a su duración, dejó en el aire más preguntas que respuestas sobre el futuro legislativo de la ciudad.