Por Agroempresario.com
En la inmensidad de los Valles Calchaquíes, donde el cielo parece fundirse con la tierra y los cardones se erigen como centinelas silenciosos del tiempo, se encuentra uno de los recorridos más deslumbrantes de la Argentina: la llamada “ruta del cielo”. Este tramo, parte del ancestral Qhapaq Ñan o Camino del Inca, representa un verdadero viaje en el tiempo que hoy puede vivirse en pleno siglo XXI.
Con poco más de 19 kilómetros de extensión, el sendero conecta hitos naturales e históricos en el Parque Nacional Los Cardones, en la provincia de Salta. A través de la Recta del Tin Tin y la Cuesta del Obispo, esta ruta no solo invita a los turistas a desconectarse de la rutina y reconectar con la naturaleza, sino también a transitar por una vía construida hace más de cinco siglos por el Imperio Inca.
La llamada “ruta del cielo” no es otra cosa que un legado de la ingeniería vial incaica. El Qhapaq Ñan, Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, era una red de caminos que conectaba las regiones más importantes del Tahuantinsuyo, y que se extendía por seis países de Sudamérica. En territorio argentino, uno de sus tramos mejor conservados atraviesa Salta y se modernizó para formar parte de la actual Ruta Nacional 33, respetando en gran medida su trazado original.
Este camino fue utilizado también durante la colonización española, y su eficiencia llamó la atención de los ingenieros modernos, que evitaron modificar su curso. Su rectitud, incluso en terrenos montañosos, es una prueba del avanzado conocimiento geográfico y astronómico de los incas.
La ruta une dos puntos clave: la ciudad de Salta capital, al este, y el pintoresco pueblo de Cachi, al oeste. En el trayecto se encuentran sitios como:
El recorrido puede realizarse en vehículo y se recomienda hacerlo con tiempo para detenerse en los múltiples miradores naturales. Ideal para quienes buscan hacer turismo fotográfico, observar aves o simplemente disfrutar del silencio y la inmensidad.
El Parque Nacional Los Cardones es el alma de este recorrido. Con más de 64.000 hectáreas, resguarda uno de los ecosistemas más característicos del noroeste argentino: el monte altoandino de cardones. Los Echinopsis atacamensis, cactus gigantes que pueden superar los cinco metros de altura y vivir más de dos siglos, dan nombre al parque y crean un paisaje surreal.
Allí, entre formaciones rocosas rojizas y cielos despejados, conviven especies como guanacos, zorros, cóndores y aves endémicas. Si bien el parque no cuenta con infraestructura turística como camping o baños, se puede recorrer en su totalidad desde el vehículo por la Ruta 33, o hacer caminatas en las cercanías de los puntos panorámicos.
Entre los sitios más destacados para visitar dentro del parque se encuentran:
Quienes deseen visitar la “ruta del cielo” durante el próximo fin de semana largo o en otra ocasión, deben tener en cuenta algunas recomendaciones importantes:
Además, esta experiencia puede complementarse con visitas a pueblos tradicionales como Molinos o Seclantás, donde la hospitalidad local, la gastronomía regional y la calma de los Valles Calchaquíes terminan de redondear un viaje inolvidable.
La “ruta del cielo” no es solo una carretera panorámica: es una línea de conexión entre el pasado y el presente, entre el hombre y la naturaleza, entre la historia y el paisaje. Un recorrido ideal para quienes buscan explorar lo profundo del norte argentino y dejarse maravillar por la simpleza majestuosa de lo andino. ¿El mejor momento para ir? Ahora. Antes de que el tiempo y el cemento nos borren estos tesoros del horizonte.