Convertir problemas en oportunidades: esa es, en esencia, la promesa que encierra el biogás. A partir de residuos que en otras circunstancias serían una carga ambiental, esta fuente renovable crea energía limpia, impulsando una transición energética más sostenible y circular. Y gracias al avance constante de la tecnología de biogás, su capacidad para transformar el mundo no ha dejado de expandirse. La innovación desafía fronteras, amplía los límites de la ciencia y perfecciona cada etapa de su aprovechamiento. Hoy, esa evolución suma un nuevo capítulo con una innovación que llega desde Dinamarca.
La empresa Biogasclean, parte de la plataforma paneuropea de biometano CycleØ, presentó recientemente en un webinar organizado por Gasworld un avance que podría marcar un antes y un después en el tratamiento del biogás. El secreto: utilizar bacterias naturales en lugar de químicos para limpiar el gas.
La tecnología ya no es una promesa lejana. Más de 370 instalaciones en más de 40 países están operando actualmente con estos sistemas, confirmando que la biología puede ser no solo una aliada de la sostenibilidad, sino también de la eficiencia industrial.
¿Cómo funciona esta magia biológica?
El proceso se llama desulfurización biológica y se basa en el uso de un tipo específico de bacterias: las Thiobacillus. Estos microorganismos, especializados en metabolizar compuestos de azufre, son el corazón del sistema.
El biogás, tal como se genera en biodigestores, suele contener entre otros contaminantes una proporción significativa de H₂S. Este gas no solo es corrosivo y tóxico, sino que también impide la inyección del biogás a las redes de gas natural si no es removido casi en su totalidad.
Aquí es donde entra en acción el innovador reactor de lecho percolador (trickle-bed reactor). En este dispositivo, el biogás circula a través de un «lecho» lleno de material de empaque, mientras una película líquida, cargada con nutrientes y bacterias, fluye lentamente por su superficie.
Las bacterias Thiobacillus forman una biopelícula sobre el material de empaque y, al entrar en contacto con el hidrógeno sulfurado, lo transforman de manera natural en azufre elemental y sulfatos, dos productos mucho menos problemáticos.
Este proceso es totalmente auto-regulable: las bacterias ajustan su actividad en función de la concentración de H₂S presente, eliminando más del 99% de las impurezas sin necesidad de agregar reactivos químicos ni comprometer los estándares de emisión o calidad del gas.
Más que un gas limpio: eficiencia y ventajas ambientales
El método propuesto por Biogasclean no solo evita el uso de químicos costosos y peligrosos, sino que además permite mantener bajos los niveles de oxígeno en el gas tratado, algo fundamental para cumplir con los exigentes estándares de inyección en las redes de gas natural.
Además, gracias a un sistema patentado de limpieza rápida de lodos, el mantenimiento de los reactores es más sencillo y menos costoso. Este mecanismo permite limpiar el material de empaque usando agua del propio proceso, reduciendo la necesidad de paradas prolongadas y mejorando la continuidad operativa.
Otro aspecto notable es la versatilidad del sistema: Biogasclean ha desarrollado versiones que se adaptan a caudales variables, como el caso de su cliente Seaboard Energy en Estados Unidos, donde las fluctuaciones estacionales en el volumen de residuos y la concentración de H₂S representaban un desafío considerable.
La empresa también ofrece versiones de bajo oxígeno para adaptarse a normativas aún más estrictas, consolidando su posición como una de las compañías más innovadoras en el sector de biogás.
¿Por qué es relevante esta innovación?
Hoy, el mundo necesita soluciones energéticas que no solo sean renovables, sino también ambientalmente responsables en todo su ciclo de vida. Eliminar las impurezas del biogás usando métodos biológicos no es solo una cuestión de eficiencia técnica: representa un cambio profundo hacia modelos de producción verdaderamente sostenibles.
A medida que crecen las inversiones en biometano como alternativa verde al gas fósil, tecnologías como la de Biogasclean permiten que esta fuente de energía sea aún más limpia, segura y competitiva.
Con la posibilidad de alcanzar concentraciones de metano superiores al 98% luego de procesos complementarios de metanización biológica, el biogás se transforma en un combustible premium para el siglo XXI.
Además, reducir la dependencia de químicos para el tratamiento del gas disminuye los riesgos de contaminación secundaria, los costos operativos y las emisiones de carbono asociadas a su fabricación y transporte.
El futuro inmediato
Biogasclean no se detiene. Sus sistemas integrados con unidades modulares de upgrading de biogás, provistas por FNX (otra empresa del grupo CycleØ), están conquistando especialmente el mercado norteamericano, donde más del 60% de los equipos ya se fabrican localmente.
Este mes, la empresa exhibirá sus avances en Biogas Americas, uno de los eventos más importantes del sector en Denver, Colorado.
Allí presentará no solo sus innovaciones en desulfurización biológica, sino también nuevas mejoras orientadas a prolongar la vida útil de los sistemas y maximizar la rentabilidad de los proyectos de biogás.
La revolución verde no se detiene, y el pequeño Thiobacillus parece estar llamado a ocupar un lugar protagónico en el futuro energético global.
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