Por Agroempresario.com
Las reservas internacionales del Banco Central de la República Argentina (BCRA) continúan disminuyendo, un fenómeno que se ha vuelto cada vez más notorio en las últimas semanas. Desde el pico alcanzado a finales de abril, tras los desembolsos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, el stock de reservas ha caído casi USD 1.300 millones. Con esta caída reciente, el total de reservas cayó por debajo de los USD 38.000 millones, luego de haber tocado los USD 39.300 millones a fines de abril. Este descenso, aunque esperado, genera preocupación en el mercado y pone a prueba la capacidad del gobierno para gestionar la economía sin aumentar la presión sobre el tipo de cambio.
El Banco Central de la República Argentina ha tomado la decisión de no intervenir activamente en el mercado cambiario, incluso mientras el tipo de cambio se mantiene dentro de las bandas establecidas por el gobierno. La estrategia actual del gobierno busca evitar una presión adicional sobre el tipo de cambio, ya que una intervención directa podría generar un aumento de la cotización del dólar y dificultar el proceso de desinflación que se intenta implementar.
Desde el BCRA, se sostiene que no es necesario realizar compras de divisas en el mercado para fortalecer las reservas en este momento. Sin embargo, esta estrategia tiene detractores. Según expertos de la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas (ESEADE), sería prudente que el BCRA aprovechara la coyuntura actual para acumular dólares, ya que en época de liquidación de cosecha se presenta una oportunidad estacional para ello. Aprovechar este momento podría ayudar a aliviar las futuras dificultades para acumular reservas en los meses venideros, cuando la liquidación de divisas se reduzca considerablemente.
Uno de los compromisos más importantes del gobierno argentino en relación con las reservas internacionales es el acuerdo con el FMI, que establece una meta de acumulación de USD 4.400 millones hasta el 13 de junio de 2025, fecha de la primera revisión del acuerdo. A pesar de las medidas adoptadas, no se percibe un repunte inmediato en las reservas, lo que plantea serias dificultades para alcanzar la meta. De hecho, la meta de fin de año, que exige acumular USD 8.903 millones, parece ser aún más ambiciosa considerando los desafíos de los próximos meses.
Los próximos vencimientos de deuda también afectan negativamente el nivel de reservas. En julio, Argentina deberá enfrentar un pago de deuda de aproximadamente USD 4.400 millones, y en noviembre se sumará otro vencimiento de USD 1.600 millones. Estos pagos no solo afectan el flujo de reservas, sino que también complican aún más el panorama económico del país, haciendo mucho más desafiante cumplir con las metas establecidas con el FMI.
A pesar de la caída en las reservas, el gobierno argentino sigue confiando en otros mecanismos para fortalecer las arcas del Banco Central sin tener que intervenir directamente en el mercado cambiario. El director del BCRA, Federico Furiase, aseguró que la compra de dólares no es la única herramienta disponible para acumular divisas. En su lugar, se están explorando alternativas como el ingreso de divisas a través de la cuenta capital. Este mecanismo permitiría al BCRA adquirir dólares sin necesidad de que el tipo de cambio toque el piso de la banda establecida por el gobierno.
Además, se están buscando otras fuentes de financiamiento, como nuevos préstamos de organismos internacionales y la posibilidad de realizar un nuevo "repo" (operación de recompra) con bancos internacionales por un monto de hasta USD 2.000 millones. Estas medidas buscan evitar la presión sobre el tipo de cambio mientras se fortalece el balance del BCRA.
A largo plazo, la principal apuesta del gobierno es recuperar el acceso a los mercados financieros internacionales. La mejora en la cotización de los bonos argentinos, junto con la reducción del riesgo país, podría abrir la puerta a nuevas emisiones de deuda. Sin embargo, este escenario no parece probable en el corto plazo, lo que deja a las autoridades con pocas opciones para mejorar la situación financiera del país sin recurrir a fuentes externas de financiamiento.
Javier Milei, presidente de Argentina, enfatizó recientemente que el riesgo país ha caído por debajo de los 700 puntos, lo que considera un paso importante para mejorar la estabilidad económica. Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer para reducir aún más este indicador y mejorar el acceso a los mercados internacionales.
El desafío principal sigue siendo la acumulación de reservas, que sigue siendo una prioridad para el gobierno. Sin embargo, desde la consultora Equilibra señalan que el incumplimiento de las metas de reservas tiene un impacto directo en el riesgo país, ya que complica la capacidad de Argentina para obtener financiamiento a tasas competitivas. En este sentido, la falta de reservas aumenta la dependencia del gobierno de los mercados internacionales y dificulta la posibilidad de financiar el déficit fiscal sin recurrir a la emisión monetaria o a fuentes de financiamiento más caras.
En resumen, la caída de las reservas internacionales del Banco Central de la República Argentina es un síntoma de los desafíos económicos que enfrenta el país en un contexto de alta inflación y pagos de deuda pendientes. Si bien el gobierno sigue apostando por métodos alternativos para acumular dólares sin intervenir directamente en el mercado cambiario, los próximos meses serán cruciales para determinar si las metas de reservas establecidas con el FMI pueden cumplirse sin comprometer la estabilidad del tipo de cambio.