Por Agroempresario.com
En una jornada electoral que dejó en evidencia el cambio político en Chaco, la alianza entre el gobernador radical Leandro Zdero y La Libertad Avanza logró una victoria histórica. Con más de 45% de los votos y una diferencia de más de 10 puntos sobre el Frente Chaco Merece Más, liderado por Jorge “Coqui” Capitanich, el oficialismo provincial consolidó su poder en medio de una preocupante baja participación ciudadana.
La alianza “Chaco Puede+La Libertad Avanza” mostró una contundencia que superó las expectativas, impulsada por la aprobación estratégica de Karina Milei y la coordinación política de Eduardo "Lule" Menem. Con el 97% de las mesas escrutadas, Zdero se impuso con más de 45% de los votos, mientras Capitanich quedó relegado al 33%.
Desde el escenario montado en la calle Ayacucho, en pleno centro de Resistencia, Leandro Zdero celebró con efusividad: “Ganamos los chaqueños y reafirmamos el rumbo que esta provincia tomó el 10 de diciembre de 2023”. Evitando nombrar directamente al presidente Javier Milei, Zdero subrayó la construcción de un proyecto provincial fuerte, que ahora contará con 8 nuevas bancas en la legislatura chaqueña.
La participación de La Libertad Avanza fue clave: consiguió dos de las ocho bancas que la alianza oficialista ganó. Entre quienes acompañaron a Zdero en el festejo se destacaron Julio Ferro, subsecretario de legales, y Susana Maggio, intendenta radical, aunque ninguno tomó la palabra durante la celebración.
El reparto de las 16 bancas en juego fue el siguiente: 8 para el oficialismo, 6 para el Partido Justicialista (PJ), y 2 para una línea disidente peronista, liderada por Magda Ayala, intendenta de Barranqueras. Este ordenamiento legislativo anticipa una dinámica política renovada en la provincia.
La buena performance de Magda Ayala representó otro golpe para Capitanich. Con solo 34 años, la intendenta de Barranqueras, exaliada del histórico líder peronista, logró una ruptura significativa dentro del PJ chaqueño. Su espacio, que obtuvo más del 11% de los votos, capturó dos bancas legislativas y dejó claro que existe una corriente anticoquista dentro del peronismo local.
“Muchos piensan igual que yo, pero no se animan a decirlo”, declaró Ayala, quien sostuvo que su distanciamiento de Capitanich fue por diferencias en las “formas de trabajar” y la “falta de diálogo”.
Desde el búnker de Capitanich, las lecturas del resultado fueron variando conforme avanzaba el escrutinio. Inicialmente, confiaban en que el oficialismo no superaría los 42 puntos. Sin embargo, al confirmarse la amplia ventaja de Zdero, el propio Capitanich reconoció la tendencia adversa y justificó la derrota en la fragmentación del voto peronista.
Algunos dirigentes del PJ sostenían que la incorporación de los votos de Ayala como propios era una ilusión: “La línea anticoquista tiene peso propio”, admitieron. Así, el peronismo chaqueño deberá enfrentarse a un proceso interno de reconstrucción tras una de sus peores derrotas en los últimos años.
Una de las curiosidades de esta elección fue la exclusión del Pro de la alianza oficialista. Aunque desde el partido amarillo deslizaron que la orden vino directamente de Karina Milei, Zdero lo negó enfáticamente al ser consultado durante la jornada electoral.
Pese a quedar fuera del armado principal, figuras provenientes del Pro, como Carina Botteri —exministra de Zdero—, ocuparon lugares destacados en la lista ganadora. Este dato alimenta la expectativa de que, aunque oficialmente marginados, los vínculos entre radicales, libertarios y el Pro podrían mantenerse activos dentro de la legislatura.
La elección chaqueña se transformó en un termómetro político para todo el país. El éxito de la fórmula Zdero-La Libertad Avanza puede replicar un esquema de alianzas a nivel nacional, donde el radicalismo moderado y el espacio libertario colaboren en elecciones legislativas o incluso presidenciales futuras.
El respaldo de figuras clave del oficialismo nacional y la habilidad de Zdero para articular un mensaje provincialista sin romper del todo con Milei serán elementos cruciales en la evolución del escenario político chaqueño.
Además, el dato de la baja participación —apenas poco más de la mitad del padrón— dejó en evidencia el cansancio y la desafección de un electorado que, si bien avaló el rumbo actual, también manifestó su desencanto con la política tradicional.