Por Agroempresario.com
En mayo de 2025, las exportaciones argentinas mostraron un desempeño desigual entre regiones, con un crecimiento sostenido en el norte del país (NOA y NEA), mientras que la Región Pampeana y la Patagonia registraron caídas significativas, arrastrando a la baja el resultado general.
Según el último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el total exportado alcanzó los USD 7.096 millones, de los cuales más del 70% provino de la Región Pampeana, que sin embargo tuvo una contracción del 7% respecto a mayo de 2024.
El Noroeste Argentino (NOA) fue la región con mejor desempeño relativo, incrementando sus exportaciones un 15,6% interanual, llegando a USD 141 millones. Este crecimiento estuvo impulsado principalmente por las ventas de productos primarios, que aumentaron un 15,9%, y manufacturas de origen agropecuario, con un destacado avance del 25,2%. A pesar del bajo peso que el NOA tiene en el total nacional, su tendencia positiva marca una luz de esperanza en el sector exportador regional.
El Noreste Argentino (NEA) también registró una mejora leve, con un aumento del 1,7% y exportaciones por USD 471 millones. Destacaron las manufacturas de origen industrial, que crecieron un 26,7%, aunque otros rubros como productos primarios y manufacturas de origen agropecuario sufrieron caídas de 3,4% y 11,3% respectivamente.
La Región Pampeana, epicentro de la producción agroindustrial argentina, explicó más de USD 5.155 millones en exportaciones durante mayo, pero cayó USD 391 millones en comparación con el año anterior. Las caídas se concentraron en productos primarios (–12,4%), combustibles y energía (–11,5%) y manufacturas de origen industrial (–2,4%). Esta región representa el principal motor del comercio exterior argentino, por lo que su desempeño impacta directamente en el balance general.
En la Patagonia, la situación fue aún más preocupante, con una caída del 24,9% interanual, totalizando USD 690 millones. El desplome se explicó principalmente por la fuerte baja en combustibles y energía, que cayeron un 40,6%, sector que representa más de la mitad de las exportaciones patagónicas. También descendieron las manufacturas industriales (–5,8%) y agropecuarias (–45,2%), aunque los productos primarios mostraron un leve repunte del 9,8%.
La región de Cuyo no logró escapar de la tendencia negativa, con exportaciones que sumaron USD 403 millones y una caída del 10,2% interanual. Las manufacturas de origen agropecuario y los productos primarios presentaron descensos de 10,9% y 3,2%, respectivamente, mientras que las manufacturas industriales mostraron un leve crecimiento del 1,5%.
Por otra parte, las exportaciones desde plataforma continental y el extranjero alcanzaron USD 122 millones, con un aumento significativo del 29,8%. Asimismo, se registraron exportaciones indeterminadas por USD 114 millones, con un notable crecimiento del 54,2%.
El informe del Indec pone en evidencia la fuerte concentración geográfica y sectorial de las exportaciones argentinas. La Región Pampeana aporta más de siete de cada diez dólares exportados, mientras que la Patagonia depende en gran medida del sector energético. Esta concentración genera vulnerabilidades ante fluctuaciones de precios internacionales y condiciones climáticas adversas.
Las regiones del norte, pese a mostrar avances alentadores, aún representan una pequeña parte del total exportado y no alcanzaron a compensar la caída en las zonas de mayor peso. El comercio exterior argentino, por lo tanto, sigue marcado por una fragilidad estructural que se acentuó en mayo de 2025.
En un contexto global donde factores como la volatilidad en los precios internacionales, los costos logísticos y las condiciones climáticas inciden cada vez más en la producción y el comercio, los datos regionales reflejan las dificultades para sostener el crecimiento exportador.
El avance del NOA y NEA abre una oportunidad para diversificar la base exportadora y reducir la dependencia histórica de la Región Pampeana y sectores como la agroindustria tradicional y la energía fósil. Sin embargo, el impacto de las caídas en estas últimas regiones sigue pesando en el balance general y plantea la necesidad de políticas públicas que fomenten la competitividad y el desarrollo en todas las regiones.