Por Agroempresario.com
Fernando Furci, representante de la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA), advirtió que operar en los puertos argentinos puede costar hasta un 500% más que en otros países de la región. Lo hizo en una entrevista con Infobae en Vivo, donde destacó algunos avances del Gobierno en materia de apertura comercial, pero también señaló deudas pendientes en infraestructura, costos impositivos y funcionamiento portuario.
Según Furci, el comercio internacional en la Argentina enfrenta obstáculos que atentan contra la competitividad. “Todavía hay una agenda pendiente de temas que se tienen que empezar a trabajar, pero creemos que se van a abordar en la medida en que la economía termine de consolidar este camino de recuperación”, sostuvo.
Uno de los principales problemas es el precio de la logística portuaria. La CIRA relevó que operar en terminales argentinas es hasta cinco veces más costoso que en otros países vecinos. Entre los factores mencionados se encuentran el costo del trabajo, los impuestos, la obsolescencia en infraestructura y la falta de eficiencia operativa. Además, el contexto internacional tampoco ayuda: más del 80% del transporte marítimo global de contenedores está en manos de sólo tres grandes alianzas operativas, lo que reduce la competencia.
Furci también enumeró otros elementos que encarecen las operaciones. Señaló inconvenientes informáticos que limitan la cantidad de turnos disponibles para el ingreso de mercaderías y la falta de actualización en estudios sobre tarifas portuarias. “Esos estudios no contemplan mejoras en los costos y competitividad de los usuarios finales ni incluyen sus propuestas de mejora”, explicó.
Además, cuestionó la falta de eficiencia en algunos tributos, como la tasa estadística del 3%, que califica como anacrónica. “Ese servicio ya no existe. Antes había personas que revisaban documentos manualmente. Hoy todo está digitalizado”, afirmó.
Furci destacó la carga tributaria que enfrentan los importadores: doble pago de IVA, aranceles de hasta el 35% y la mencionada tasa estadística. A pesar de esa presión fiscal, muchas veces los productos importados siguen siendo más baratos que los nacionales, lo cual expone los altos costos estructurales de producción en el país.
Entre los aspectos positivos, celebró que el Gobierno eliminó 23 resoluciones generales que exigían intervenciones de cámaras y asociaciones en las verificaciones físicas de importaciones. Este paso va en línea con una desburocratización del comercio exterior que podría agilizar operaciones.
Para Furci, sin embargo, aún hay sectores que deben repensar su estructura. “Hay algunos que van a crujir. La industria textil, los neumáticos y el calzado son algunos de ellos. Todo lo que pagues caro en Argentina probablemente sea un sector que va a tener que discutir cómo continuar”, dijo.
El representante de CIRA remarcó que entre 1980 y 2024, entre el 70% y el 84% de las importaciones estuvieron destinadas a la industria productiva. “Es nuestro principal cliente. Necesitamos más importaciones de materias primas, insumos, tecnología y bienes de capital para producir más y exportar más”, explicó.
En ese sentido, vaticinó la llegada de nuevas marcas internacionales al país, en un contexto de flexibilización de las reglas comerciales y posible baja de aranceles.
Furci se mostró crítico con el pasado reciente: “Hace un año, el Estado nos decía cuánto podíamos comprar. Fueron momentos difíciles y se han hecho avances interesantes”. Pero también advirtió que el debate sobre la integración internacional debe seguir. “Tenemos que discutir si el MERCOSUR ha dado respuesta a los intereses de la Argentina en los últimos años. Y también cómo podemos sacar provecho de acuerdos con Estados Unidos, la Unión Europea o China. Todo eso está sobre la mesa, tras años de aislamiento”, concluyó.