Por Agroempresario.com
La confirmación de un brote de influenza aviar altamente patógena (IAAP) en Brasil encendió las alarmas sanitarias en todo el Cono Sur. El hallazgo, detectado en una granja avícola del estado de Rio Grande do Sul, motivó una respuesta inmediata por parte de Argentina: el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) anunció la suspensión preventiva de las importaciones de productos y subproductos avícolas procedentes de Brasil, en los que se certifique la condición de país libre de gripe aviar. La medida busca preservar la sanidad del sector avícola argentino y prevenir la propagación del virus dentro del territorio nacional.
El organismo sanitario argentino confirmó oficialmente la decisión como parte de las estrategias de control frente a enfermedades exóticas de alto impacto. La suspensión afecta principalmente a productos cárnicos, huevos y otras mercancías avícolas que podrían actuar como vectores de la enfermedad. A su vez, el SENASA instó a todos los establecimientos avícolas del país a fortalecer sus protocolos de bioseguridad, reforzar la vigilancia sanitaria y aplicar controles más rigurosos para reducir el riesgo de diseminación viral.
La preocupación radica en la cercanía geográfica del foco: el brote se identificó en la localidad brasileña de Montenegro, situada a unos 620 kilómetros de la frontera con Argentina. Si bien la distancia brinda cierto margen de seguridad, el carácter altamente contagioso del virus obliga a actuar con máxima precaución.
Según comunicó el Ministerio de Agricultura y Ganadería de Brasil, la detección en la granja de Rio Grande do Sul activó un operativo de emergencia que incluyó el sacrificio de las 35 aves afectadas, así como la eliminación de huevos y materiales biológicos de riesgo. El ministro Carlos Fávaro aseguró que se están cumpliendo todos los protocolos internacionales para aislar el brote y prevenir una propagación regional: “Estamos destruyendo todo para bloquear el caso antes de los 60 días que marca el protocolo sanitario. Queremos restablecer la normalidad más rápido de lo previsto”, afirmó.
La Secretaría de Agricultura de Rio Grande do Sul también informó que se delimitó una zona de aislamiento de 10 kilómetros alrededor de la granja afectada, donde se realizarán muestreos y monitoreos intensivos para descartar nuevos focos.
La repercusión del brote fue inmediata a nivel internacional. China, principal destino de las exportaciones avícolas brasileñas, anunció la suspensión de compras por un período inicial de 60 días, en cumplimiento del acuerdo bilateral sanitario firmado con Brasil. En lo que va de 2024, China había importado más de 562.000 toneladas de carne de pollo brasileña, según datos de la Asociación Brasileña de Proteína Animal (ABPA).
La Unión Europea también adoptó medidas restrictivas, aunque sin especificar plazos concretos. Otros países como Reino Unido, Japón, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita optaron por limitaciones regionales específicas, circunscribiendo las restricciones únicamente a productos avícolas provenientes del estado de Rio Grande do Sul.
En respuesta, el ministro Fávaro destacó la solidez del sistema sanitario brasileño: “Nuestro sistema de control es eficiente y confiable. Por eso, muchos países no han suspendido las compras a nivel nacional”, subrayó.
En Argentina, el SENASA redobló las medidas de vigilancia epidemiológica. La preocupación no solo radica en proteger el sistema productivo interno, sino también en evitar que el país quede excluido de mercados externos en caso de detectar algún brote. La influenza aviar, aunque no afecta a los humanos a través del consumo de carne o huevos, puede tener efectos devastadores en la industria por las pérdidas económicas y comerciales que genera.
Por su parte, Paraguay también activó protocolos preventivos. El Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) emitió una alerta sanitaria nacional y ordenó a sus 18 regiones sanitarias, productores avícolas y puntos de control fronterizos a reforzar la vigilancia ante la aparición de aves enfermas o muertas. El mensaje fue claro: actuar con rapidez y transparencia ante cualquier sospecha.
Este episodio reafirma la necesidad de fortalecer los mecanismos de bioseguridad y cooperación sanitaria regional frente a enfermedades zoonóticas de alta propagación. La gripe aviar es una amenaza constante para el comercio internacional de productos avícolas, y los brotes, aunque aislados, generan reacciones en cadena que afectan las economías locales y los sistemas alimentarios globales.
Argentina cuenta con un sistema avícola altamente profesionalizado, con niveles crecientes de tecnificación y control sanitario. Sin embargo, la cercanía geográfica con uno de los principales exportadores mundiales, como es Brasil, obliga a mantener niveles de alerta constantes.
La gripe aviar altamente patógena (IAAP) es una enfermedad viral que afecta principalmente a aves de corral, pero también puede transmitirse a especies silvestres. El contagio en humanos es extremadamente raro y suele estar asociado a personas con contacto directo e intensivo con aves infectadas. Por eso, el consumo de carne aviar y huevos no representa un riesgo para la población, siempre que los productos estén bien cocidos y provengan de circuitos sanitariamente seguros.
No obstante, el virus posee una alta tasa de transmisión entre aves y puede ocasionar una elevada mortalidad en planteles avícolas si no se contiene rápidamente.