Por Agroempresario.com
El 25 de mayo encuentra al presidente Javier Milei en el punto más alto de confianza desde que asumió la conducción del país. Respaldado por la victoria en las elecciones legislativas porteñas, el levantamiento del cepo cambiario, una inflación en descenso y el reciente acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, el mandatario intensificó una ofensiva de reformas que combinan desregulación económica, eliminación de estructuras estatales y una fuerte carga ideológica en su batalla cultural.
Con la vista puesta en consolidar su modelo liberal libertario, Milei ha decidido avanzar con una estrategia dual: motosierra sobre el Estado y reformas para rediseñar las reglas del juego económico. Bajo la coordinación de Federico Sturzenegger y Luis "Toto" Caputo, el oficialismo busca imprimir velocidad al proceso de reformas, consciente de que en julio vencen las facultades delegadas otorgadas por el Congreso. Mientras tanto, el respaldo electoral en la Ciudad de Buenos Aires se presenta como el combustible político para profundizar el cambio.
Desregulación, simplificación y poda estructural
La Secretaría de Desregulación y Transformación del Estado, a cargo de Federico Sturzenegger, fue la encargada de anunciar el paquete de reformas más agresivo desde el inicio de la gestión. A través de tres decretos, se avanzó en la reestructuración y eliminación de más de 40 organismos públicos, con el objetivo declarado de reducir duplicaciones, eliminar gastos innecesarios y atacar la burocracia estatal.
Entre los organismos disueltos se encuentran los institutos Belgraniano, Browniano, Newberiano y Juan Domingo Perón. También se reconfiguraron espacios simbólicos como el Museo Nacional de Bellas Artes, Tecnópolis y el Palacio Libertad —ex Centro Cultural Kirchner—, que pasan a ser unidades organizativas de menor escala. Uno de los golpes más resonantes fue el recorte del rango institucional del Museo Sitio de Memoria ESMA y del Archivo Nacional de la Memoria, absorbidos por el Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos.
"Estas estructuras no sólo eran innecesarias desde el punto de vista administrativo, sino que también representaban símbolos ideológicos de un Estado politizado", argumentó Sturzenegger. Según el vocero presidencial, Manuel Adorni, ya se eliminó un total de 200 áreas del Estado, lo que se traduce en la caída de 45.000 contratos.
Ofensiva sobre la burocracia y guiños a las pymes
Otra de las prioridades del Ejecutivo es simplificar trámites y desburocratizar la vida de los ciudadanos y empresas. La renovación digital de licencias de conducir en 19 provincias y la Ciudad de Buenos Aires fue presentada como un emblema de este proceso, al igual que la eliminación de más de 20 artículos en leyes de promoción de pymes.
"Los consorcios de exportación, capacitaciones y certificados eran una maraña de trámites inútiles que sólo beneficiaban a amigos del poder", dijo Sturzenegger. En línea con su visión liberal, el funcionario plantea que la mejor manera de ayudar a las pymes es liberarlas del peso estatal y no a través de subsidios o programas de promoción.
Cambios en migraciones y tenencia de armas
La administración Milei también avanzó con medidas alineadas con los sectores más conservadores de su base electoral. El nuevo régimen migratorio restringe el acceso a la ciudadanía, limita el uso gratuito del sistema de salud y universidades nacionales para extranjeros, y habilita mecanismos de deportación exprés.
Por otra parte, se flexibilizaron los requisitos para la portación legal de armas. Ya no es obligatorio presentarse físicamente en los organismos de control, lo que facilita el acceso para particulares y coleccionistas. Esta modificación, si bien polémica, fue defendida por el gobierno como parte del respeto al derecho individual a la autodefensa.
El nuevo mapa sindical y los "servicios trascendentales"
En el terreno laboral, las reformas apuntan a limitar el poder de los sindicatos. Un nuevo decreto clasifica las actividades económicas en dos nuevas categorías: “servicios esenciales” —salud, educación, seguridad, telecomunicaciones—, que deben garantizar un 75% de funcionamiento durante una huelga, y “servicios de importancia trascendental” —alimentos, banca, exportación, construcción—, donde se exige un mínimo del 50%.
La CGT denunció un intento de restringir el derecho a huelga y una embestida contra la representación gremial. Una de las últimas medidas fue la reducción en la cantidad de delegados sindicales habilitados por empresa. Según Sturzenegger, en organismos donde deberían existir 42 delegados, había hasta 303.
Si bien no se anunciaron nuevas protestas luego del magro paro de abril, la central obrera considera que se viene una embestida mayor: reforma laboral, topes a la negociación colectiva y más restricciones al derecho de protesta.
Caputo y la macro: naftas, aranceles y apertura comercial
Mientras la motosierra avanza en lo institucional, la macroeconomía quedó bajo la tutela de Luis Caputo. La baja del 4% en el precio de los combustibles fue atribuida a una mejora de los costos de las petroleras y a la decisión del gobierno de postergar una suba de impuestos. Se trató de una señal política, pero también de un alivio para los sectores productivos, en especial el agro.
La apertura comercial siguió con rebajas arancelarias para productos tecnológicos, textiles, juguetes y electrodomésticos. Esto generó una fuerte polémica por el impacto en el empleo en Tierra del Fuego, pero Caputo redobló la apuesta bajando los aranceles a los bienes de capital utilizados por industrias clave como la petrolera y la gastronómica.
“El impacto es positivo porque las empresas reducen costos y pueden reinvertir con mayor eficiencia”, afirmó el ministro. La medida también fue bien recibida por el sector agropecuario, ya que facilita la incorporación de maquinaria y tecnología para el campo.
Un 25 de Mayo con mensaje: el cambio es ahora
El presidente Milei calificó la elección del 18 de mayo en la Ciudad de Buenos Aires como un "día bisagra", y lo repitió en su discurso del 25 de Mayo desde Córdoba. Acompañado por ministros y gobernadores aliados, aprovechó la fecha patria para reforzar su relato de cambio estructural, defensa de la libertad y confrontación con los privilegios de la casta política.
Si bien no todos los problemas están resueltos —la pobreza sigue por encima del 40%, la recesión impacta en el empleo y hay tensiones en sectores industriales—, el gobierno apuesta al efecto demostración: con inflación en baja y reservas estabilizadas, confía en que el segundo semestre muestre señales de recuperación.
En la antesala de las elecciones legislativas de octubre, Milei busca ampliar su base política y llegar al Congreso con mayor respaldo para blindar sus reformas. Si logra avanzar en ese frente, podría encarar el tramo final de su primer mandato con un poder inédito para un presidente sin estructura partidaria tradicional.
