Por Agroempresario.com
En medio de una escalada de tensiones comerciales entre la Unión Europea y Estados Unidos, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, confirmó este domingo que mantuvo una “buena” conversación con el exmandatario estadounidense Donald Trump, en la que abordaron las negociaciones bilaterales en curso. “Una buena llamada con el presidente de Estados Unidos”, expresó Von der Leyen en su cuenta oficial en X, reflejando una nueva disposición al diálogo que podría modificar el curso de los intercambios transatlánticos.
Según Von der Leyen, “la UE y Estados Unidos tienen la relación comercial más relevante y estrecha del mundo”. En ese sentido, remarcó que “Europa está lista para avanzar rápida y firmemente en las conversaciones”, con el objetivo de alcanzar un acuerdo antes del 9 de julio, fecha límite establecida por Washington.
Este gesto conciliador llega después de que Trump declarara, apenas días atrás, que las negociaciones con Bruselas “no van a ninguna parte” y amenazara con imponer un arancel del 50% sobre los productos europeos. El 2 de abril, en el denominado “Día de la liberación”, el republicano anunció aranceles del 20% sobre todos los productos importados de la Unión Europea. Sin embargo, poco después suspendió su implementación durante 90 días, manteniendo en vigor una tarifa general del 10%.
También fijó aranceles del 25% para las importaciones de automóviles y piezas de automóviles procedentes de la UE, lo que generó gran preocupación en sectores industriales clave, como el automotriz alemán.
A pesar de esta breve tregua, la Comisión Europea expresó su intención de llevar el caso ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), acusando a Estados Unidos de aplicar barreras comerciales injustificadas a todas las importaciones extranjeras, incluidas las del bloque comunitario. En paralelo, Bruselas anunció su disposición a aplicar una segunda ronda de represalias por un valor cercano a los 100.000 millones de euros, aunque aclaró que la “prioridad” sigue siendo alcanzar un entendimiento negociado con la administración Trump.
En ese contexto, la conversación entre Von der Leyen y Trump fue recibida con expectativa en los mercados, que aún acusan el golpe de las amenazas arancelarias del expresidente. Un memorando interno del 14 de mayo, difundido por The Economist, reveló que funcionarios europeos mantenían la esperanza de una posible desescalada, argumentando que Estados Unidos ya había empezado a sufrir el impacto económico de su política comercial agresiva.
Según ese documento, la Unión Europea estaría analizando contramedidas por un valor comercial de 100.000 millones de dólares anuales, que incluirían represalias tanto tradicionales como innovadoras. Entre las medidas “clásicas” se mencionan nuevos gravámenes a productos agrícolas estadounidenses, maquinaria, productos químicos, chatarra e incluso bienes simbólicos como las montañas rusas, ícono del entretenimiento made in USA.
Por otro lado, Bruselas también explora alternativas más modernas. Se especula que una eventual represalia podría incluir restricciones a los servicios digitales estadounidenses, considerados un punto vulnerable por su importancia creciente en la economía global. “Trump se queja de las sanciones que la UE ha impuesto a las tecnológicas norteamericanas, pero el bloque podría ir mucho más allá”, advirtió una fuente diplomática europea.
La estrategia de Von der Leyen busca equilibrar la firmeza con diplomacia, apelando a un lenguaje constructivo y recordando los intereses económicos mutuos. “Necesitamos estabilidad y reglas claras”, señaló una funcionaria de la Comisión. “La relación con Estados Unidos es demasiado importante como para reducirla a una guerra de aranceles”.
Mientras tanto, el tiempo corre: si no se llega a un acuerdo antes del 9 de julio, Estados Unidos podría reactivar automáticamente las subidas de aranceles anunciadas. En este sentido, la reanudación del diálogo entre Trump y Von der Leyen podría ser la última oportunidad para evitar una guerra comercial a gran escala entre las dos mayores economías occidentales.