En la Quinta Temporada de “Comunicándonos en Agroempresario.com”, junto a Fernando Vilella, Director de Desarrollo Estratégico y Contenidos de Agroempresario.com, tuvimos el honor de conversar con Torsten Sven Ericsson, Embajador de Suecia en Argentina. Su profunda visión sobre las relaciones comerciales entre la Unión Europea y el Mercosur, forjada a lo largo de más de 25 años de carrera —desde que se decidió el mandato del acuerdo en 1999—, ofrece un panorama optimista y estratégico para el sector agroempresarial
El Embajador, cuyo trabajo de representación en Bruselas lo involucró directamente en la génesis del Acuerdo UE-Mercosur en 1999, expresó su confianza en que este año se concrete la aprobación por parte del Consejo de la Unión Europea y el Parlamento Europeo. "Tengo buenas esperanzas de que se dé el Consejo de la Unión Europea, que son los 27 países miembros, y el Parlamento Europeo lo vayan a aprobar este año", afirmó. Si bien aún restan trabajos con el texto legal y traducciones, se espera que la Comisión lo presente a los países miembros en el segundo semestre de este año para la decisión final
Suecia siempre ha sido un firme partidario de este acuerdo. Torsten Sven Ericsson destacó que su país ve "solo potencial positivo y no vemos escollos" en la relación con el Mercosur. Por el contrario, se vislumbran grandes beneficios para las exportaciones suecas de maquinaria y vehículos, que podrían acceder a aranceles más bajos, tanto para el agro como para la minería.
Sin embargo, el interés de Suecia no es unilateral. Existe una fuerte demanda por los productos del Mercosur, incluyendo los de Argentina. Suecia, con un sector agrícola limitado por sus condiciones climáticas, siempre ha dependido en gran medida de las importaciones de productos agrícolas y agroindustriales. "Tenemos una situación climática que nos impide producir varios productos, frutas, etcétera, así que siempre hemos tenido que importar mucho y, por supuesto, no solo, pero, por supuesto, productos agrícolas, agroindustriales de Argentina de los otros países del Mercosur son de gran interés para Suecia", explicó el Embajador. La búsqueda es clara: "más posibilidades de elegir los mejores, las mejores calidades y los mejores precios".
La historia de Suecia, marcada por la industrialización a partir de sus recursos naturales —principalmente la silvicultura (70% de su territorio cubierto por bosques) y minerales—, ha forjado una economía abierta al mundo. El mercado interno sueco, relativamente pequeño, hizo de la exportación y la importación pilares fundamentales para el consumo y para mantener la competitividad industrial. Esta vocación global se refleja en la fuerte presencia de empresas suecas en Argentina.
El Embajador enfatizó la complementariedad entre ambos países: "lo que tenemos en un país es lo que falta un poco en el otro". Esta visión de integración y aprovechamiento mutuo de recursos y capacidades es la base de las "solo posibilidades" que vislumbra en esta relación bilateral.
La presencia de empresas suecas en Argentina es un testimonio de esta relación duradera. El Embajador destacó casos emblemáticos:
Torsten se mostró cauteloso con las estadísticas comerciales oficiales, argumentando que las actuales cadenas de valor globales pueden distorsionar los datos. Muchas importaciones suecas de productos agrícolas, por ejemplo, pueden pasar por depósitos en Alemania o Países Bajos, subestimando el volumen real de intercambio con el Mercosur. Además, muchas empresas suecas con operaciones en Argentina abastecen la región desde plantas en Brasil, lo que también afecta las cifras directas. "Estoy convencido de que el intercambio comercial entre Argentina y Suecia es ya mucho más importante y dominado tal vez por otros productos también", afirmó.
El Embajador compartió su experiencia al lidiar con la diversidad política y económica de los países del Mercosur:
Torsten también hizo hincapié en el caso de Arla Foods Ingredients, una empresa danesa con una importante presencia en Argentina, que transforma la materia prima local (leche) en la provincia de Córdoba en leche en polvo y proteínas para la industria láctea, exportando entre el 80% y 90% de su producción, principalmente a Brasil. Esto la convierte en una empresa exportadora argentina, lo que demuestra la inversión y el valor agregado que se genera en el país.
Aunque el turismo sueco en Argentina no es masivo, el Embajador identificó un potencial de crecimiento. Los costos de los viajes y la percepción de Argentina como un destino caro son factores limitantes. Sin embargo, los turistas suecos que visitan Argentina lo hacen por intereses específicos:
Estos nichos específicos sugieren un tipo de turismo de alto valor que podría ser desarrollado. Por otro lado, los turistas argentinos que visitan Suecia buscan experiencias únicas como la aurora boreal, el Hotel de Hielo o los fiordos noruegos, aprovechando las largas noches de verano y las "noches claras".
Torsten concluyó con una visión optimista. El Acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur, una vez aprobado, abrirá un abanico de posibilidades para el intercambio en todos los niveles: comercial, interurbano, turístico y político. La complementariedad entre Argentina y Suecia, donde las fortalezas de uno suplen las carencias del otro, es la base de un futuro de crecimiento mutuo. "Solo veo posibilidades", reiteró, invitando a la comunidad de Agroempresario.com a explorar y capitalizar estas oportunidades.