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Por Agroempresario.com
En la apertura del Congreso Maizar 2025, el presidente de la entidad, Federico Zerboni, marcó con claridad el rumbo que debe tomar el Gobierno nacional si desea que el agro argentino recupere competitividad y protagonismo en la economía del país. El evento, que se desarrolla bajo el lema “Por más valor”, fue el escenario elegido por la cadena del maíz y el sorgo para elogiar el rumbo económico actual, pero también para poner sobre la mesa reclamos históricos del sector: la eliminación de las retenciones fue uno de los puntos centrales.
Zerboni abrió su exposición con una mirada retrospectiva sobre el agro argentino. Recordó su experiencia como ingeniero agrónomo desde fines de los años '80 y cómo fue testigo del auge del agro nacional durante los '90, impulsado por la biotecnología, la siembra directa y la ampliación de la frontera agrícola. Sin embargo, señaló que ese empuje fue truncado por decisiones fiscales que transformaron al agro en una fuente de recursos y no en un socio estratégico para el desarrollo.
"Casi ningún país del mundo penaliza la exportación con retenciones, pero aquí las repusieron. La presión fiscal fue creciendo hasta la resolución 125, que produjo un quiebre con el sector", afirmó con firmeza Zerboni. En ese sentido, advirtió que el estancamiento productivo iniciado entonces aún persiste y que el campo enfrenta hoy condiciones adversas que amenazan su subsistencia.
Zerboni describió los factores que limitan la competitividad del productor argentino: desde el aumento de los costos por malezas resistentes hasta la degradación de los suelos por la baja reposición de nutrientes. También mencionó la falta de infraestructura adecuada, la presión fiscal con triple imposición, la obsolescencia del parque de maquinaria agrícola, el proteccionismo global, la caída de la demanda china, el estancamiento poblacional y la baja de precios internacionales.
"Estas condiciones amenazan la viabilidad de los productores, no por falta de productividad, sino por malas políticas agropecuarias y fiscales", remarcó.
En un contraste contundente, Zerboni citó el caso de Brasil, que en pocas décadas pasó de producir 55 a más de 320 millones de toneladas, con la expectativa de alcanzar 500 millones. En ganadería, la diferencia también es abismal: Brasil pasó de 70 a 240 millones de cabezas, mientras que Argentina redujo su stock de 60 a 50 millones.
“Brasil logró esto por una visión estratégica y una relación fluida entre agro y política. Nosotros también apostamos a eso”, subrayó Zerboni, destacando la participación de Maizar en el Comité Agrobioindustrial (ABI) y en el Espacio Legislativo Interpartidario del Agro (ELIA), que reúnen a legisladores de 18 provincias.
Asimismo, el presidente de Maizar anunció que Argentina presidirá desde junio la alianza internacional Maizall, junto con Brasil y Estados Unidos, a través de Manuel Ron. “Representamos el 50% de la producción global y el 80% de las exportaciones. Es una gran responsabilidad”, afirmó.
Otro tema central fue la aparición de la chicharrita, plaga que en la última campaña generó una pérdida de 11,5 millones de toneladas de maíz, con un impacto económico de US$2000 millones. Zerboni destacó la creación rápida de la Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis como ejemplo de reacción eficiente.
En cuanto a logística, recalcó la urgencia de transformar el maíz en origen para hacer viable la producción en zonas alejadas de los puertos. “La alternativa más rentable es agregar valor local: producir alimentos, biocombustibles, insumos industriales y proteínas animales”, expresó.
Zerboni reconoció el esfuerzo del Gobierno en estabilizar la economía, controlar la inflación y reducir la pobreza. “Valoramos ese rumbo, pero sabemos que aún falta. Necesitamos una reforma impositiva y laboral integral, con la eliminación de las retenciones como prioridad”, advirtió.
Con un tono esperanzado, pero firme, Zerboni concluyó su discurso haciendo un llamado a la acción: “Argentina tiene el potencial y la resiliencia para ser protagonista. Es hora de actuar y exigir reglas claras que liberen al agro”.
Por su parte, Marcelo Mc Grech, presidente del Congreso Maizar 2025, agradeció la confianza de la entidad para encabezar el evento y desarrolló los pilares conceptuales del lema “Por más valor”: el valor del conocimiento, del trabajo, de la innovación, de los consensos y de pensar en grande.
“El maíz y el sorgo ya no son sólo cultivos. Son vectores de cambio, claves para generar energías renovables, alimentos, insumos industriales, y arraigo en cada rincón del país”, señaló. Enfatizó la necesidad de integrar la matriz productiva con la industrial y el sistema financiero para generar desarrollo real.
Mc Grech planteó que uno de los grandes desafíos del sector es crear un mercado de capitales fuerte, confiable y profundo. “Sin plantas, sin infraestructura, no hay proceso industrial. Y sin proceso industrial, el valor generado en el campo se diluye”, remarcó.
Asimismo, sostuvo que el sector necesita dejar de pensar con "fórmulas viejas" y tener el coraje de anticiparse a escenarios futuros, como la sobreproducción global de alimentos o la transición energética. “¿Vamos a diferenciarnos o a seguir vendiendo commodities? ¿Tenemos estrategia para contar nuestra historia al mundo?”, desafió.
Tanto Zerboni como Mc Grech coincidieron en que el camino es con la política, pero con una visión clara y compartida: “un acuerdo estratégico, sostenido, que trascienda gobiernos”. Solo así se podrá aprovechar el potencial del maíz y el sorgo como motores del desarrollo federal.
