Por Agroempresario.com
En una cumbre clave para el sector agroindustrial realizada en el Goldencenter de Costanera durante el Congreso Maizar 2025, ministros de producción y desarrollo de las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos compartieron un mensaje contundente sobre la situación actual del agro argentino. Con un denominador común: la necesidad urgente de políticas nacionales claras, reglas equitativas y un mayor protagonismo provincial en la definición de estrategias productivas.
El panel “Las provincias: protagonistas de la agrobioindustria federal” reunió a Javier Rodríguez, ministro de Desarrollo Agrario de Buenos Aires; Sergio Busso, ministro de Bioagroindustria de Córdoba; Gustavo Puccini, ministro de Desarrollo Productivo de Santa Fe; y Guillermo “Willy” Bernaudo, ministro de Desarrollo Económico de Entre Ríos. Los funcionarios destacaron la importancia de fortalecer el campo desde una mirada federal y advirtieron sobre los desafíos estructurales que limitan el crecimiento y la competitividad del sector.
Javier Rodríguez, ministro de Desarrollo Agrario de la provincia de Buenos Aires, destacó la necesidad de integrar a su provincia en una estrategia nacional común. “Somos parte de una estrategia federal. Con 30 millones de hectáreas y más de 4 millones de habitantes en el interior provincial, Buenos Aires tiene un peso clave en la producción agropecuaria”, explicó. Según sus datos, la provincia liderada por Axel Kicillof se consolidó como principal productora de maíz en el país, con un crecimiento del 20% en los últimos años, un indicador de su potencial productivo.
Rodríguez valoró además el acompañamiento del sector bancario y el trabajo conjunto con el sector privado para enfrentar un contexto económico complejo. “No podemos analizar la provincia aislada del escenario nacional. Buscamos motorizar acciones que mitiguen los efectos negativos actuales y permitan mantener la producción”, expresó.
Otro aspecto que resaltó fue la implementación del programa de Buenas Prácticas Agrícolas, que ayuda a diferenciar la producción local en un momento de incertidumbre. El ministro también mostró preocupación por el crecimiento de las importaciones de carne porcina, tema que calificó como una amenaza para el sector. “Debemos agregar valor a la producción y mitigar las consecuencias de las importaciones”, concluyó.
Por su parte, Sergio Busso, ministro de Bioagroindustria de Córdoba, subrayó el protagonismo de las provincias productoras en la cadena del maíz: “El 80% del maíz argentino proviene de cuatro provincias y Córdoba es una de ellas, siendo líder desde hace años.” Busso advirtió que para aprovechar este potencial es imprescindible corregir errores estructurales que, a su juicio, han frenado el desarrollo del sector.
En un mensaje autocrítico, señaló: “Cuando analizamos lo que pasó en países vecinos, nos damos cuenta de que algo hicimos mal.” Definió a la agrobioindustria como un motor para el desarrollo sustentable y arraigo en el interior, pero lamentó la falta de avances concretos en políticas públicas.
Busso criticó además los comentarios del ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, sobre la ley de semillas y el modelo brasileño. “Es cierto que sin retenciones la frontera agrícola puede expandirse, pero hoy los altos costos hacen inviable esa expansión en zonas alejadas.” Recordó que muchos productores dejaron de invertir por la baja rentabilidad derivada de las retenciones y reclamó una toma de decisiones firme a nivel nacional para dar certidumbre.
Desde Santa Fe, Gustavo Puccini, ministro de Desarrollo Productivo, aportó una mirada integral centrada en la recuperación económica y la institucionalidad. “Nuestro objetivo fue dar un impulso económico junto con mejoras en seguridad y educación", señaló. Explicó que para lograrlo fue necesario ordenar las cuentas públicas: “Reducimos un 40% los gastos de funcionamiento y revisamos empresas públicas para sanear el Estado.”
Este saneamiento fiscal permitió canalizar más recursos hacia el sector productivo. En 2024, la provincia logró un ahorro superior a 54.000 millones de pesos y lanzó “Catalizar”, un fondo innovador que busca combinar recursos públicos y privados. “Invertiremos 30.000 millones de pesos e invitamos a privados a participar en un fideicomiso con total transparencia", adelantó Puccini.
El ministro enfatizó que la infraestructura, especialmente el acceso a puertos de exportación, es clave para el desarrollo sostenible del agro y la economía nacional en general.
Guillermo “Willy” Bernaudo, ministro de Desarrollo Económico de Entre Ríos, centró su exposición en la cadena avícola y la importancia de transformar el maíz en valor agregado local. “Consumimos todo el maíz que producimos y también importamos. Queremos transformar esa cadena para generar más valor,” dijo.
Bernaudo señaló que la producción avícola consume el 71% del maíz provincial, seguida por la bovina, y que el consumo de huevo es también significativo, lo que sustenta una política pública provincial activa. Criticó la carga impositiva que soporta la cadena avícola: “Pagamos 6,75% de retenciones, pero la coparticipación es injusta. De cada peso generado, el 94% va a Nación y solo el 6% queda en la provincia.”
Alertó que del total de impuestos que paga el productor, el 70% no es coparticipable, afectando la recaudación local y la inversión en infraestructura rural. “Necesitamos reglas fiscales más equitativas para seguir desarrollando caminos rurales y potenciar el sector,” reclamó.
La cumbre provincial en el Congreso Maizar 2025 dejó en claro que las provincias productoras del país exigen un lugar real en la construcción de las políticas agroindustriales. La crítica hacia el modelo nacional actual y la demanda de equidad fiscal y reglas claras fueron los mensajes unánimes.
Los ministros coincidieron en que, aunque el sector tiene potencial y avances concretos, “algo hicimos mal” en términos de política pública y estructural, y que es fundamental corregir esos errores para asegurar un desarrollo sostenible y federal. El trabajo conjunto entre provincias y Nación, junto con la participación activa del sector privado y una infraestructura adecuada, aparece como la hoja de ruta para fortalecer el agro argentino.