Por Agroempresario.com
En su informe semestral, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) mejoró sus proyecciones para la economía argentina. Estima que el Producto Bruto Interno (PBI) del país crecerá un 5,7% en 2025, consolidando una tendencia positiva tras años de inestabilidad macroeconómica. Además, prevé una caída significativa en la inflación y un fortalecimiento del superávit fiscal, en el marco del plan económico impulsado por el presidente Javier Milei y liderado por el ministro de Economía, Luis Caputo.
La OCDE también advirtió que aún persisten desafíos estructurales que deben abordarse para sostener esta recuperación en el tiempo, especialmente en materia tributaria, laboral y de reservas internacionales. No obstante, el informe reconoce que Argentina atraviesa una “fuerte recuperación económica” en marcha, con señales positivas en inversión, consumo y confianza empresarial.
El informe posiciona a Argentina como una de las economías de mayor crecimiento del G20 para 2025, con una expansión del 5,7%, solo por detrás de India. Esta proyección representa una mejora respecto a las estimaciones anteriores de la OCDE, que en marzo pronosticaban un crecimiento del 5,2%.
El organismo explica que este repunte estará impulsado por la recuperación del poder adquisitivo, la eliminación de restricciones cambiarias, mejores condiciones de financiamiento y una creciente confianza en el entorno de negocios. El consumo privado y la inversión son los motores centrales de este crecimiento, tras un 2024 aún marcado por la contracción (-1,8%).
Uno de los datos más alentadores del informe es la caída prevista de la inflación. Según la OCDE, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) pasará del 117,8% estimado para 2024 a 28,4% en 2025, y continuará en descenso hasta alcanzar el 24,8% en 2026. Esta desaceleración se atribuye al endurecimiento de la política monetaria, la eliminación de subsidios y un control más estricto del déficit fiscal.
La organización con sede en París señala que “la inflación seguirá disminuyendo, aunque a un ritmo más lento, a medida que se consoliden las políticas actuales y se mantenga la disciplina monetaria”.
La OCDE destaca como “impresionante” el ajuste fiscal realizado por el Gobierno argentino, que logró un superávit primario del 0,3% del PBI en 2024. El informe reconoce que este resultado no solo es relevante por sus cifras, sino también por la velocidad con que fue alcanzado, considerando el punto de partida crítico a fines de 2023.
“El Gobierno mantiene su compromiso de lograr un saldo primario positivo en 2025, en consonancia con un presupuesto global equilibrado”, indica el documento. También sugiere que se continúe eliminando subsidios, ampliando la base tributaria con impuestos al consumo y a la renta, y mejorando la eficiencia del gasto público.
El próximo 13 de junio es la fecha clave para que el Fondo Monetario Internacional (FMI) evalúe el cumplimiento de metas fiscales y de reservas por parte del Gobierno argentino. Según lo acordado, las reservas netas deben pasar de un saldo negativo de USD 5.600 millones a -USD 500 millones para esa fecha. Hacia fin de año, se espera que sean positivas en USD 4.000 millones.
La OCDE advierte que tasas de interés internacionales elevadas podrían dificultar esta acumulación de reservas, lo que representa uno de los principales desafíos externos del plan económico.
La OCDE prevé una ralentización del crecimiento de las exportaciones para 2025 debido a la reciente apreciación real del peso, aunque el sector agroexportador podría beneficiarse de cambios en los patrones comerciales internacionales. En tanto, las importaciones seguirán creciendo debido a la recuperación del consumo interno y a la liberalización del comercio exterior.
“El aumento de los aranceles estadounidenses podría afectar el comercio global, pero Argentina puede beneficiarse si redirige sus exportaciones hacia nuevos mercados”, señala el informe.
Si bien la OCDE valoró los esfuerzos del Gobierno en materia fiscal y monetaria, advierte que “para mantener los resultados alcanzados y asegurar un crecimiento sostenido, es necesaria una agenda de reformas estructurales más profundas”. Estas incluyen una reforma laboral que incentive la formalidad, la modernización del sistema impositivo y mejoras en infraestructura logística y energética.
También propone reducir la carga regulatoria y fomentar la competencia para elevar la productividad, sobre todo en sectores intensivos en trabajo y con potencial exportador.
Álvaro Pereira, economista jefe de la OCDE, afirmó que “el ajuste macroeconómico que está aplicando el Gobierno de Javier Milei va muy bien porque está consiguiendo atajar la inflación y generar superávit fiscal”.
Desde el Ministerio de Economía, Luis Caputo reiteró el compromiso de avanzar con las reformas que necesita el país: “Nuestro objetivo es consolidar un modelo económico basado en la estabilidad, el equilibrio fiscal y la apertura al mundo”.
En tanto, la directora del FMI, Kristalina Georgieva, valoró en declaraciones recientes “el camino de estabilización adoptado por Argentina, que empieza a mostrar resultados tangibles en las variables macroeconómicas”.
A nivel mundial, la OCDE redujo su proyección de crecimiento del 3,1% al 2,9% para 2025, citando el impacto de las nuevas tensiones comerciales y del ciclo alcista de tasas en los principales mercados financieros. Esta desaceleración podría limitar la demanda externa, pero también abrir oportunidades para países que logren sostener una macroeconomía ordenada y una política comercial activa.