Por Agroempresario.com
En una época donde el talento es el activo más codiciado por las empresas, tres jóvenes argentinos decidieron transformar por completo el modo en que las compañías seleccionan a sus candidatos. Joaquín Titievsky, Martín Lipovetzky e Ionatan Engelsberg, todos de 22 años, fundaron Talentum, una startup que combina inteligencia artificial con procesos de recursos humanos y que ya captó US$ 250.000 de inversión internacional. Desde Suiza, proyectan crecer en América Latina, Europa y Estados Unidos con una propuesta tan innovadora como escalable.
Todo comenzó en las aulas de la Universidad de San Andrés, donde Joaquín Titievsky cursaba la carrera de Negocios Digitales. Inspirado por las historias de Steve Jobs y otros íconos del mundo emprendedor, pronto detectó una falla estructural en el ecosistema startup: las compañías emergentes no lograban competir contra las grandes corporaciones en la atracción de talento. Así nació su primer proyecto: una agencia de recursos humanos enfocada en conectar perfiles jóvenes con startups en crecimiento.
Pero pronto surgió un nuevo problema: la agencia no daba abasto. "Hacíamos muchas búsquedas, pero cerrábamos pocas. No era por falta de ganas, sino por procesos ineficientes", cuenta Titievsky, CEO de Talentum. En esa etapa se sumó Martín Lipovetzky y, poco después, Ionatan Engelsberg como CTO. El trío detectó una oportunidad concreta: automatizar con inteligencia artificial las tareas más repetitivas del reclutamiento.
El resultado fue Sara, un agente de inteligencia artificial capaz de ejecutar tareas que tradicionalmente requieren muchas horas de trabajo humano: búsqueda y contacto de candidatos en LinkedIn, envío de correos personalizados, validación de perfiles mediante screening y hasta la programación de entrevistas. La herramienta se integra con las plataformas más utilizadas del sector (LinkedIn, email, WhatsApp) y actúa desde las cuentas del reclutador, manteniendo siempre un enfoque personalizado.
"Construir una IA que entienda el contexto, escriba como un humano y automatice todo sin perder calidad fue el mayor desafío", reconoce Titievsky. El nombre original del agente iba a ser Karen, pero lo cambiaron por sus connotaciones negativas en inglés.
Antes de desarrollar formalmente el producto, los emprendedores testearon el interés del mercado con una presentación casera. El resultado fue sorprendente: más de 20 empresas manifestaron su voluntad de pagar por el servicio. Con esa validación en mano, lanzaron el desarrollo en diciembre de 2024 y, apenas cuatro meses después, presentaron la segunda versión de Sara en LinkedIn.
El impacto fue inmediato: más de 300 empresas se sumaron a la lista de espera, incluyendo a las cinco consultoras más grandes de recursos humanos en Argentina. Este rápido crecimiento atrajo la atención de fondos de inversión especializados, como Allygatr, First Check Ventures y un fondo peruano vinculado al sector laboral, que aportaron US$ 250.000 en una primera ronda.
La aceleración se completó con su participación en el programa de Start Global, una incubadora suiza que los eligió entre más de 600 startups. Hoy, los fundadores se encuentran en Suiza, donde consolidan relaciones con inversores y partners europeos.
El modelo de negocio de Talentum es SaaS B2B (Software as a Service, orientado a empresas). Las compañías pagan una suscripción mensual que les permite realizar búsquedas, mensajes y correos ilimitados. La inversión obtenida se destinó principalmente a tres áreas: contratación de equipo técnico, infraestructura tecnológica y campañas de posicionamiento.
"Nuestra meta es cerrar 2025 con US$ 400.000 de ingresos anuales recurrentes", asegura el CEO. Para lograrlo, planean multiplicar por cinco su facturación mensual en los próximos seis meses y consolidarse como la herramienta más eficiente para reclutar talento tech en Latinoamérica.
Los principales mercados objetivo para su expansión son México, Perú, Colombia, España y Alemania. “Sara es una plataforma global por definición: se puede escalar sin necesidad de abrir oficinas físicas”, explican.
Lejos de posicionarse como reemplazo del trabajo humano, los fundadores de Talentum insisten en que su objetivo es complementar y potenciar el rol de los reclutadores. "La IA no va a reemplazar al recruiter, pero sí va a eliminar sus tareas más operativas, permitiéndole enfocarse en lo estratégico", resume Titievsky.
A futuro, Sara será capaz de conducir entrevistas, realizar validaciones técnicas y personalizar aún más la experiencia de los candidatos. El impacto de esta tecnología ya se ve reflejado en los números: más del 60% de los nuevos clientes llega por recomendación directa de otros usuarios.
Actualmente, Talentum trabaja con empresas tecnológicas, agencias de recruiting y firmas en crecimiento, especialmente aquellas que buscan perfiles IT. La combinación de inteligencia artificial con un modelo ágil y económico resulta irresistible para un mercado que necesita eficiencia sin sacrificar calidad.
El caso de Talentum es otro ejemplo del talento que emerge en Argentina y que, con visión global, logra proyectarse al mundo. Aunque hoy los fundadores se encuentren en Suiza, mantienen vínculos estrechos con el ecosistema local. "El mercado argentino es ideal para testear productos innovadores porque es exigente, dinámico y muy conectado", destaca Titievsky.
Las alianzas con universidades, aceleradoras e inversores locales fueron clave en el desarrollo inicial. Y, si bien la ambición es conquistar nuevos mercados, no descartan reforzar su presencia regional desde Buenos Aires.
Lo que comenzó como una inquietud universitaria hoy se convirtió en una compañía tecnológica con proyección global. Talentum demuestra que, con propósito claro, estrategia y tecnología, es posible acortar distancias entre empresas y talento, automatizar procesos sin perder el toque humano y, sobre todo, emprender desde Argentina para el mundo.
Para Titievsky, Lipovetzky y Engelsberg, el camino recién comienza. Y si el ritmo actual se mantiene, Sara será muy pronto la aliada clave de miles de empresas que buscan el mayor tesoro del siglo XXI: las personas.