Por Agroempresario.com
Luego de una campaña fuertemente afectada por la sequía y enfermedades como el achaparramiento del maíz, provocadas por la chicharrita (Dalbulus maidis), el cultivo emblemático de Argentina empieza a mostrar señales de recuperación. Con una superficie proyectada de siembra de 7,2 millones de hectáreas para la campaña 2025/26, el sector apuesta a mejorar márgenes y rendimiento mediante genética avanzada, herramientas digitales y estrategias agronómicas integradas.
Según los técnicos, el ciclo 2023/24 representó un punto de inflexión. La sequía histórica y la fuerte presión sanitaria derrumbaron los rindes, especialmente en los lotes tardíos del centro y norte del país. Esta situación obligó a reducir la superficie sembrada en un 20% para 2024/25. Pero las proyecciones del próximo ciclo ya son más alentadoras, en un contexto de mejores lluvias y precios que, aunque aún volátiles, permiten planificar con algo más de previsibilidad.
Actualmente, existe una brecha del 36% entre el rinde potencial y el alcanzado en los lotes comerciales. Para reducir esa distancia, empresas como Bayer proponen una estrategia agronómica basada en cuatro pilares: genética adaptada, manejo eficiente, protección del cultivo y agricultura digital.
Nahuel Peralta, gerente técnico de producto maíz de Bayer, lo resume: “Para lograr niveles sostenibles de producción, debemos incrementar la eficiencia en el uso de los recursos aplicando conocimiento y tecnología en cada hectárea”. Esta filosofía responde a una lógica de agricultura regenerativa, que busca producir más con menos impacto ambiental, en sistemas resilientes al cambio climático.
Una de las herramientas clave en esta transformación es FieldView, la plataforma digital de Bayer que permite hacer una caracterización precisa de los ambientes del lote. A través de imágenes satelitales, mapas de rendimiento y modelos analíticos, el sistema brinda información detallada que facilita decisiones como densidad de siembra, nutrición y manejo sanitario.
Esta herramienta es compatible con más del 80% del parque de maquinaria agrícola del país y puede registrar tareas como siembra, fertilización, pulverización y cosecha, elevando significativamente la eficiencia operativa.
Además, el selector Experto Bayer sugiere el híbrido ideal según la zona, el ambiente y la fecha de siembra. Esto maximiza el rinde y reduce riesgos agronómicos, haciendo del asesoramiento técnico un factor clave para cada campaña.
El rendimiento del maíz no depende solo de la genética. Ajustes en la densidad de siembra, el manejo nutricional y sanitario son determinantes. Bayer desarrolló la herramienta N-Smart, que permite monitorear el estado de nitrógeno en el cultivo a través de imágenes satelitales, facilitando ajustes específicos por ambiente.
En cuanto a malezas, la compañía propone el uso de Adengo como preemergente sistémico y de Laudis como postemergente, ambos con buena selectividad y control sobre amplio espectro de especies. Para el manejo de enfermedades, destacan los fungicidas Cripton y Cripton Xpro, eficaces frente a tizón, roya y mal de Río Cuarto.
Frente a esta última, una enfermedad viral sin control químico posible, la elección de híbridos tolerantes es crucial. La prevención se convierte así en la mejor estrategia de defensa.
La genética sigue siendo una herramienta clave. Bayer refuerza su portafolio de híbridos DEKALB para la campaña 2025/26 con tres materiales destacados:
La compañía apunta a consolidar un portafolio diverso y robusto que permita responder a diferentes condiciones agroecológicas y estrategias de manejo.
Más allá del rinde, las prácticas regenerativas ganan protagonismo. Rotaciones de cultivos, cobertura vegetal permanente, nutrición balanceada y sistemas de manejo sostenible mejoran la salud del suelo, la captura de carbono, la retención de agua y la eficiencia en el uso de insumos.
Los sistemas integrados propuestos por Bayer pueden incrementar el rendimiento en un 8,7% y mejorar en un 19% la eficiencia del uso de nitrógeno. Estos datos reafirman el camino hacia una agricultura más equilibrada entre productividad y sostenibilidad.
La estrategia de Bayer combina híbridos adaptados, protección integral del cultivo —con herbicidas, fungicidas e insecticidas—, agricultura digital y asesoramiento técnico constante. Esta propuesta se apoya en plantas industriales como María Eugenia, ubicada en Rojas, Buenos Aires, la más grande del mundo en procesamiento de semillas de maíz, que emplea a más de 2900 personas.
Mirando hacia el futuro, el desafío es claro: desarrollar sistemas agrícolas que no solo aumenten la productividad, sino que reduzcan su huella ambiental. La agricultura regenerativa y la tecnología aplicada ofrecen un camino viable para lograrlo.