Soja: ROSARIO
$320.000 0.95%
Maíz: ROSARIO
$209.000 -0.33%
Trigo: ROSARIO
$235.800 0.43%
Por Agroempresario.com
En los últimos años, el concepto de agrobioindustria ha tomado un protagonismo creciente en el sector agrícola y ganadero argentino. El enfoque ya no es solo producir, sino hacerlo de manera innovadora, sustentable y con visión de largo plazo, apuntando a una integración entre biotecnología, cuidado ambiental y desarrollo económico.
Este proceso acelerado, que ya venía gestándose lentamente, se consolidó a partir de la década pasada y hoy es una realidad ineludible para quienes trabajan en el agro. La agrobioindustria surge como una evolución natural, una fusión entre las prácticas tradicionales y las innovaciones tecnológicas y biológicas que están redefiniendo el modo de producir.
No es nuevo hablar de agricultura en Argentina. De hecho, desde 1813, con Manuel Belgrano como primer secretario de Comercio Interior, ya se promovían ideas clave como la rotación de cultivos y el cuidado de los recursos naturales, sentando las bases para una producción planificada y sustentable.
Sin embargo, durante muchos años, la agricultura y la industria transitaron caminos separados. Fue recién en la década de 1990, con la irrupción de la siembra directa y el auge incipiente de la biotecnología, cuando empezó a gestarse una convergencia importante. La agroindustria, como término, comenzó a usarse para describir la integración entre la producción primaria y los procesos industriales asociados.
Desde 2015, y especialmente a partir de 2018/2019, esta tendencia cobró velocidad, impulsada por innovaciones disruptivas, como la agricultura de precisión, la aparición de empresas agtech, y la fabricación de productos biológicos que complementan los agroquímicos tradicionales, promoviendo una producción más amigable con el medio ambiente.
El crecimiento de la agrobioindustria está ligado a la búsqueda de soluciones que permitan aumentar la productividad sin comprometer la biodiversidad ni la sostenibilidad del sistema. Se han desarrollado productos biológicos como bioinsecticidas, biofungicidas y bioherbicidas, cada vez más utilizados en el manejo integrado de plagas, y se proyecta un mercado global más equilibrado entre insumos químicos y biológicos para las próximas décadas.
Además, la agrobioindustria está asociada al impulso de la agricultura y ganadería regenerativa, control biológico de plagas mediante organismos benéficos como las abejas, y a la medición de la huella de carbono y agua, que son herramientas indispensables para evaluar el impacto ambiental de las actividades productivas.
En paralelo, la adopción de energías renovables y la producción de biocombustibles de segunda generación, con cultivos como camelina y carinata, posicionan a Argentina en un rol estratégico para la transición energética global, alineándose con exigencias internacionales como las de la Unión Europea.
El mercado local de bioinsumos viene creciendo sostenidamente. En 2024, el aumento de productos biológicos fue cercano al 11%, con los bioinsecticidas duplicando su facturación y el tratamiento de semillas representando más de la mitad del mercado total. Los biofungicidas también han mostrado un crecimiento sólido, mientras que los bioherbicidas están en pleno desarrollo, con numerosas empresas invirtiendo en su expansión.
Este dinamismo no solo responde a una demanda creciente por parte de los productores, sino también a políticas públicas y eventos que destacan la relevancia del sector. Por ejemplo, el Gobierno argentino habilitó el uso de biodiésel en embarcaciones fluviales y marítimas, ampliando la demanda local. Asimismo, congresos como el de Distribuidores de Agroquímicos (CDA), Maizar, Fertilizar y el simposio de Jonagro en CRA, entre otros, han puesto foco en el presente y futuro de la agrobioindustria.
Varias provincias argentinas han adoptado la agrobioindustria como una política estratégica para el desarrollo regional. Córdoba y Santa Fe lideran proyectos y acciones concretas para fomentar el uso de bioinsumos y promover modelos productivos sostenibles, integrando tecnología, investigación y producción.
En el ámbito académico, universidades como la Universidad Católica Argentina (UCA) han incorporado el concepto de agrobioindustria en sus planes de estudio, programas de investigación y ofertas académicas, formando profesionales preparados para enfrentar los desafíos futuros del sector.
Este compromiso institucional y provincial evidencia que el camino hacia una agricultura y ganadería más sustentable y biotecnológica está cada vez más claro y es ineludible.
Para que la agrobioindustria continúe su desarrollo, es fundamental sostener la inversión en investigación y desarrollo, el conocimiento aplicado y la innovación tecnológica. La articulación entre empresas, productores, centros de investigación y organismos públicos es clave para consolidar esta nueva etapa del agro argentino.
Las herramientas digitales, la inteligencia artificial aplicada al campo, los sistemas de trazabilidad de alimentos y la mejora continua en los modelos de producción sustentable no solo aumentan la productividad, sino que además aseguran la calidad y la competitividad internacional de los productos argentinos.
El futuro de los agrobionegocios está directamente ligado a la capacidad de innovar y adaptarse a las demandas del mercado y del planeta, donde la agrobioindustria es la puerta de entrada a esa transformación.
Argentina tiene una oportunidad histórica para posicionarse como líder en agrobioindustria, una visión que integra sustentabilidad, innovación, economía y bienestar social. La convergencia entre biotecnología y producción agropecuaria no es una tendencia pasajera, sino un cambio estructural que puede asegurar la competitividad y la preservación de los recursos naturales a largo plazo.
El desafío es claro: seguir invirtiendo en ciencia y tecnología, potenciar la formación profesional y adoptar políticas que acompañen este crecimiento. El futuro del agro argentino, y de la economía nacional en general, depende de apostar por la agrobioindustria. Y, sin dudas, es por ahí.
