Por Agroempresario.com
El precio de la hacienda en pie atraviesa una etapa de estancamiento en el Mercado Agroganadero de Cañuelas (MAG), justo cuando se avecina el periodo de mayor presión de oferta. Según datos del Rosgan, el novillito se mantiene estable desde mediados de marzo, con valores entre $3.000 y $3.100 por kilo vivo. Esta estabilidad nominal ocurre en un contexto donde los feedlots exhiben niveles de ocupación superiores a los del mismo período de 2024, lo que genera expectativas de una mayor oferta en los meses venideros.
Aunque en términos acumulados el precio de la hacienda subió un 27,9% en lo que va del año, superando la inflación (13,5% IPC), las principales alzas se concentraron en los primeros meses de 2025. Desde abril, el mercado dejó de convalidar nuevas subas. El comportamiento estacional indica que, con la salida de animales de los corrales, el valor de la hacienda tiende a bajar en julio, tocando su piso en octubre, según advierte Ignacio Iriarte, analista ganadero.
La mayor presión de oferta prevista para el segundo semestre se combina con márgenes de engorde cada vez más ajustados. Los costos de reposición de terneros aumentan y los feedloteros advierten sobre la dificultad de proyectar precios para la hacienda gorda. Esta incertidumbre se ve reforzada por la caída de las exportaciones, que bajaron un 25%, obligando al mercado interno a absorber entre 80.000 y 90.000 toneladas adicionales de carne que no encontraron destino externo.
En este marco, los técnicos del Rosgan anticipan una mayor claridad en los movimientos estacionales de precios. Con una economía más estable y una inflación desacelerada, la carne vacuna debería tender a buscar su piso en octubre, siguiendo el comportamiento histórico que combina oferta elevada y menor demanda relativa.
Los datos del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) refuerzan esta visión: en mayo, el precio al mostrador subió un 2,6%, frente a una inflación general del 1,5%, consolidando una suba acumulada del 27,5% para la carne en lo que va del año. Este desfase con la inflación general, explican los expertos, responde a los picos de ajuste del primer semestre.
Históricamente, entre marzo y mayo, la carne suele cotizar entre un 3% y un 4% por encima del promedio anual. A partir de junio, la curva se aplana o desciende hasta alcanzar su piso en octubre o noviembre, antes de un posible repunte. Este patrón se explica por la estacionalidad de la producción ganadera y las pautas de consumo.
En el frente externo, el sector exportador celebra un tipo de cambio unificado y sin restricciones, pero sigue sufriendo los altos costos internos medidos en dólares, lo que lo deja en desventaja frente a competidores regionales. Esta situación se refleja en el incremento de importaciones: entre enero y abril de 2025, Argentina compró 3.455 toneladas de carne de Brasil por USD 13,9 millones; 790 toneladas de Uruguay (USD 2,1 millones) y 470 de Paraguay (USD 1,66 millones). Principalmente se trata de carne para industria, destinada a hamburguesas, embutidos y otros productos elaborados.
Con este panorama, el precio de la hacienda en pie enfrentará desafíos importantes en los próximos meses. La incógnita es si el mercado interno podrá seguir absorbiendo altos volúmenes con precios sostenidos o si el aumento de oferta derrumbará los valores en términos reales, en un contexto donde los márgenes del engorde ya están bajo presión.
