Por Agroempresario.com
El inicio del invierno 2025 en el Cono Sur llega con lluvias focalizadas en la zona norte del área agrícola y una importante presencia de heladas en diversas regiones, según el último informe climático divulgado por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) para el período del 26 de junio al 2 de julio.
El reporte oficial advierte que, debido a la falta de humedad atmosférica, la masa de aire polar que avanza sobre la región no generará precipitaciones generalizadas, dejando la mayor parte del área agrícola con lluvias escasas o nulas. Sin embargo, las regiones extremas noroeste y nordeste del área agrícola tendrán focos de lluvias moderadas a abundantes, e incluso algunos eventos tormentosos. Además, la Cordillera Sur experimentará precipitaciones y nevadas moderadas a abundantes.
Las provincias del noroeste argentino (NOA), especialmente su zona oeste, junto con gran parte del Paraguay y Misiones, serán las principales receptoras de precipitaciones significativas que oscilarán entre 10 y 25 milímetros. Por su parte, el resto del territorio agrícola argentino tendrá lluvias aisladas y de escasa intensidad, con valores inferiores a los 10 milímetros en general.
Respecto a las temperaturas mínimas, el informe de la BCBA señala que continuará la influencia del aire polar que ingresó días atrás, provocando heladas localizadas en el oeste, centro y sur del área agrícola. Amplios sectores serranos y cordilleranos del oeste y centro de la Región Pampeana, así como el sur de la Mesopotamia y gran parte de Uruguay, registran heladas generales.
En tanto, el este de Salta, la mayor parte de la Región del Chaco, Paraguay y el norte de Misiones tendrán temperaturas mínimas superiores a 5°C, aunque con focos puntuales que podrían descender por debajo de ese umbral.
Las temperaturas mínimas oscilan entre 0 y 5°C en el este del NOA, sudeste del Chaco, centro de Cuyo, Mesopotamia, oeste y sudeste de la Región Pampeana, sudeste de Paraguay y el noroeste y sudeste de Uruguay, con presencia de heladas localizadas.
El centro del NOA, centro y este de Cuyo, gran parte de la Región Pampeana y la mayor parte de Uruguay enfrentarán temperaturas mínimas inferiores a 0°C, acompañadas de heladas generales. En las zonas serranas y cordilleranas del oeste del NOA y oeste de Cuyo, las mínimas podrán alcanzar valores de hasta -5°C, intensificando el riesgo de daños a cultivos sensibles.
En cuanto a las temperaturas máximas, la BCBA prevé que los vientos del Trópico regresarán con poca intensidad, lo que limitará su avance hacia el sur y generará un marcado contraste térmico. Mientras el norte del área agrícola experimentará temperaturas superiores a la media estacional, con focos de calor intenso, el centro y sur de la región mantendrán registros algo por debajo de lo normal para esta época del año.
Específicamente, el este de Salta, gran parte del Paraguay, el oeste de la Región del Chaco y el norte de Misiones tendrán temperaturas máximas superiores a 20°C, con puntos que podrían superar los 25°C, sobre todo en el noroeste paraguayo. Por el contrario, el oeste del NOA, oeste de Cuyo, sur de la Región Pampeana y la mayor parte de Uruguay experimentaron máximas inferiores a 15°C, con focos aún más fríos en el NOA.
Este panorama climático presenta un desafío para los productores agropecuarios, ya que las lluvias en el norte son fundamentales para mantener los niveles de humedad en el suelo y asegurar la continuidad de la siembra y desarrollo de cultivos. Por otro lado, las heladas generalizadas pueden impactar negativamente en cultivos de invierno como el trigo y la cebada, especialmente en las zonas pampeanas y mesopotámicas.
Desde la BCBA remarcan que es importante que los productores monitoreen continuamente las condiciones meteorológicas y adopten estrategias de manejo que mitiguen los posibles efectos adversos del frío intenso y las heladas, tales como el uso de coberturas, selección de variedades resistentes y ajuste en fechas de siembra.
Este inicio de invierno, con contrastes térmicos marcados y precipitaciones focalizadas, refuerza la importancia de la adaptación y la previsión en un contexto climático cada vez más variable y cambiante para el sector agrícola en Argentina y países vecinos.