Por Agroempresario.com
La campaña agrícola en Santa Fe enfrenta un balance marcado por contrastes climáticos y productivos: mientras la cosecha de soja finalizó con una demora debido a los excesos hídricos en el norte provincial, la siembra de trigo pisa fuerte y ya creció un 7,6% en superficie respecto al ciclo anterior, según datos recientes de la Bolsa de Comercio de Santa Fe (BCSF).
El Sistema de Estimaciones Agrícolas (SEA) de la BCSF informó que se cosecharon 593.150 hectáreas de soja tardía, casi la totalidad de las 594.000 hectáreas sembradas inicialmente. El rendimiento promedio alcanzó los 31,5 quintales por hectárea, con una producción total estimada en 1.868.600 toneladas. Sin embargo, las lluvias persistentes en departamentos del norte provincial prolongaron las labores de cosecha más allá del calendario esperado, generando un cierre demorado en esta campaña sojera.
En paralelo, la siembra de trigo en Santa Fe avanzó con mayor dinamismo y registró un aumento significativo del 7,6% en área implantada en comparación con la campaña 2024/25. Los productores están apostando al cereal en medio de un escenario climático incierto para los cultivos estivales, beneficiándose además de una mayor disponibilidad de agua útil en los suelos y una atractiva relación costo-beneficio.
La tercera semana de implantación triguera mostró un buen ritmo en casi todos los departamentos santafesinos, consolidando una expansión que suma cerca de 35.000 hectáreas adicionales. Esta tendencia confirma el interés creciente por diversificar y potenciar la rotación de cultivos en la provincia.
No obstante, la cosecha del maíz tardío transita su etapa final bajo condiciones complicadas. La alta humedad ambiental y del grano, junto a lluvias persistentes y suelos saturados, ralentizan las tareas de trilla, picado y embolsado. En las zonas lecheras y de feedlot, los rendimientos fluctúan entre 7 y 12 metros por bolsa por hectárea, con estados del cultivo que varían entre bueno y regular, según la acumulación de precipitaciones.
Los lotes de maíz sembrados más tarde responden mejor a las condiciones actuales, mientras que aquellos implantados anticipadamente sufrieron el impacto negativo del exceso hídrico, evidenciando una evolución dispar dentro de la región.
Por su parte, la recolección de algodón también se vio afectada por la humedad elevada, alcanzando apenas entre un 58% y un 60% de avance. Los rendimientos de fibra oscilaron entre 400 y 1900 kg/ha, con lotes regados que lograron hasta 2500 kg/ha, pero con calidad general comprometida por la alta humedad.
Desde la Bolsa de Comercio de Santa Fe se destaca que esta diversidad de resultados y condiciones climáticas obliga a los productores a ajustar sus estrategias agrícolas, adoptando medidas de manejo flexibles para mitigar los riesgos y aprovechar las oportunidades que brinda el contexto climático variable.
Por otra parte, en la vecina provincia de Entre Ríos, la campaña sojera 2024/25 cerró con una cosecha total de 3.426.210 toneladas en 1.268.800 hectáreas sembradas. Los rindes promedio fueron de 2750 kg/ha para soja de primera y 2650 kg/ha para soja de segunda, ubicándose entre los tres mejores registros históricos para la provincia, según informó la Bolsa de Cereales local. Esto evidencia el potencial productivo y la resiliencia del sector ante las fluctuaciones climáticas que marcaron el ciclo.
El escenario en Santa Fe y las provincias aledañas refleja las complejidades actuales del agro argentino: la combinación entre lluvias irregulares, heladas, excesos hídricos y la necesidad de diversificar los cultivos para mantener la rentabilidad y la sustentabilidad productiva. Así, mientras la soja finaliza su ciclo con demoras, el trigo emerge como un cultivo clave para la próxima temporada, en un contexto donde la planificación y adaptación serán esenciales.