Por Agroempresario.com
En una industria tan física como la construcción, pocos imaginan una disrupción tecnológica nacida lejos del cemento y los ladrillos. Sin embargo, eso fue exactamente lo que ocurrió con Lebane, la startup latinoamericana que en solo un año revolucionó la forma en que los desarrolladores inmobiliarios gestionan sus proyectos: reemplazó decenas de hojas de cálculo con un software que centraliza datos, automatiza alertas y evita errores que suelen costar millones.
Y todo sin redes sociales, sin publicidad paga y con clientes que apostaron por adelantado. En muy poco tiempo, Lebane se posicionó como una de las empresas tecnológicas más innovadoras del ecosistema regional. Más de 150 desarrolladores utilizan su plataforma, incluyendo pesos pesados del sector como Dypsa, Urban Estate, Portland, CEK, Estudio Jaraj y ByB.
La chispa inicial fue una casualidad. En un edificio corporativo de México, Bruno Lerer, un joven argentino con ganas de emprender, coincidió en un ascensor con Lucas Glustman, otro argentino con trayectoria y hasta un IPO en su currículum.
“Fue solo un minuto, pero me dejó pensando. Su claridad y energía me hicieron querer conectar con alguien así”, recuerda Lerer.
Durante dos años, Lerer lo buscó, compartió ideas y pidió consejos. Hasta que lo convenció de fundar una empresa juntos. Eligieron una industria con gran potencial de disrupción: el real estate.
“La veíamos como un gigante dormido: enorme, con mucho dinero, pero llena de procesos manuales e ineficiencias”, explica Lerer.
Armaron una base de datos con más de 150 desarrolladores de Argentina, México y Colombia, a quienes enviaron encuestas sobre sus sistemas de gestión. Las respuestas confirmaron su intuición.
“Había exceso de planillas, información fragmentada, poca visibilidad financiera y reportes manuales a inversores. Algunos ni sabían qué unidades estaban vendidas”, cuenta.
Cuando mostraban la primera versión del software, las reacciones eran contundentes: “¡Esto es justo lo que necesitamos!”.
Con esas señales, en agosto de 2023 nació oficialmente Lebane. Se sumó al equipo Diego Sarro, especialista en ciberseguridad e integraciones bancarias, como CTO. Sin fondos externos, lanzaron una versión básica del producto y salieron al mercado.
La recepción fue tan positiva que los primeros clientes aceptaron pagar por adelantado. “Con ese dinero seguimos construyendo. Fue un proceso orgánico, con clientes que se involucraron y daban feedback para mejorar”, dice Lerer.
Ese crecimiento llamó la atención de Losa0, otra startup del sector. En vez de competir, decidieron fusionarse. “No tenía sentido pelear por el mercado local. Vimos que podíamos complementarnos y crecer más rápido”, explica Bruno.
Así se sumaron Matías Podrojsky y Diego Cabrosi, con experiencia en producto y operaciones, mientras que el equipo original traía músculo comercial y tecnológico. El nuevo objetivo: internacionalizar la compañía.
Hoy, Lebane tiene un equipo de 34 personas desde sus oficinas en Palermo, Buenos Aires. También opera en Uruguay y México, donde ya tiene 20 clientes en proceso de implementación. Con un ARR (Ingreso Recurrente Anual) de 1 millón de dólares, el crecimiento ha sido exponencial.
¿Qué ofrece Lebane? Un sistema ERP nativo en inteligencia artificial. Es decir, un software de gestión que centraliza en una sola plataforma todas las áreas: finanzas, ventas, compras, obra y administración.
En un sector donde muchas decisiones se siguen tomando en base a intuición, este tipo de soluciones permite saber en tiempo real cuánto se gasta, cuánto se gana, qué unidades se vendieron, qué riesgos existen y cómo avanza cada obra.
A diferencia de otros ERP —que suelen ser pesados y difíciles de adaptar—, Lebane fue diseñado desde cero para integrar IA. “Más que un ERP, es un asistente inteligente para la gestión cuantitativa y cualitativa de proyectos inmobiliarios”, resume Lerer.
Además de los módulos clásicos (compras, ventas, contabilidad, tesorería, obra), Lebane permite automatizar reportes, recibir alertas en tiempo real y operar directamente desde WhatsApp.
Gracias al uso de IA generativa y procesamiento de lenguaje natural, cualquier usuario puede consultar el estado de una obra, generar informes o subir remitos escribiendo un simple mensaje en la app. Incluso se pueden enviar fotos del avance físico y recibir análisis automáticos.
“Estamos eliminando tareas repetitivas para que el equipo se enfoque en decisiones estratégicas. Eso mejora la ejecución”, explica el fundador.
Pero la tecnología no solo ahorra tiempo: también mejora la toma de decisiones. Según datos de Lebane, hoy se subestiman entre un 35% y un 50% los costos reales de construcción. Además, los plazos suelen extenderse sin una razón clara.
“Con datos precisos y en tiempo real, todo eso se puede evitar”, afirma Lerer.
De tener apenas 10 clientes en marzo de 2024, Lebane superó los 150 a mitad de 2025. En paralelo, levantaron una ronda de inversión de 1 millón de dólares. “Fue todo smart money: elegimos a quienes podían aportar valor más allá del capital”, aclara Lerer.
El objetivo no es levantar fondos por levantar: “Pensamos en cuánto crecimiento nos permite generar el equity que entregamos”.
Lebane también presta servicios a constructoras, inmobiliarias y gerenciadoras, aunque el foco sigue puesto en el desarrollador profesional.
Aun así, la industria sigue mostrando cierta resistencia. “Durante años, funcionó con márgenes altos y sin presión por modernizarse. Cambiar eso requiere tiempo y educación”, reconoce Lerer.
Pero el cambio ya comenzó. Con márgenes más ajustados y proyectos más complejos, la profesionalización es inevitable.
El objetivo final de Lebane va más allá del software. “Queremos que los desarrolladores tomen mejores decisiones, más rápido y con datos reales. Si logramos eso, estamos transformando la manera en que se construyen las ciudades”, concluye Lerer.
La historia de Lebane demuestra que no hace falta venir del mundo de la construcción para innovar en él. Solo se necesita detectar un problema real, rodearse de talento y construir, paso a paso, una solución con impacto tangible.