Por Agroempresario.com
La computación cuántica ya no es solo una promesa teórica ni un concepto reservado a científicos de bata blanca. El universo digital está entrando en una nueva era, y los qubits —unidades mínimas de la computación cuántica— son sus protagonistas. Aunque invisibles, su influencia será cada vez más tangible. En una década, se estima que esta tecnología movilizará más de USD 100.000 millones, transformando radicalmente sectores como ciberseguridad, energía, salud, defensa, industria y finanzas.
Mientras los bits tradicionales solo representan un 0 o un 1, los qubits pueden adoptar múltiples estados simultáneamente gracias a fenómenos como la superposición y el entrelazamiento cuántico, permitiendo realizar cálculos en paralelo y resolver problemas que las computadoras clásicas tardarían siglos en procesar.
Este salto cuántico —literal y figurado— no es ciencia ficción. Grandes empresas tecnológicas como IBM, Google, Microsoft y Intel, junto a startups, universidades y gobiernos, compiten por alcanzar la ventaja cuántica: la capacidad de resolver tareas imposibles para las computadoras clásicas en tiempos razonables.
Una de las voces más autorizadas en este campo es Zaira Nazario, directora de Matemáticas de la Computación en IBM Research, que visitará Buenos Aires en agosto como invitada al Digital Finance Forum organizado por el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF).
“En cuatro años IBM lanzará el primer procesador cuántico completamente tolerante a errores”, anunció Nazario en una entrevista reciente, adelantando que esa innovación marcará un nuevo punto de inflexión.
Según Nazario, la computación cuántica permitirá simulaciones químicas y moleculares imposibles de lograr hoy, mejorando procesos industriales, desarrollando materiales anticorrosivos, optimizando el uso de fertilizantes y acelerando la transición energética.
“Permitirá entender mejor la energía, cómo usarla y transportarla de forma eficiente. También mejorará las energías renovables y la producción de alimentos”, explicó.
La agricultura inteligente también se beneficiará. Mediante simulaciones cuánticas, será posible modelar procesos de catálisis química que afectan al rendimiento de fertilizantes, detectar compuestos para suelos degradados y crear soluciones más ecológicas.
Las finanzas cuánticas serán una de las primeras áreas con impacto tangible. Varias entidades ya investigan cómo aplicar algoritmos cuánticos para detectar fraudes, predecir eventos anómalos y valorar derivados financieros complejos.
“No es tanto para pronosticar valores, sino para entender riesgos ocultos y patrones no triviales”, señaló Nazario.
Este enfoque permitirá analizar grandes volúmenes de datos no estructurados, ejecutar simulaciones más rápidas de escenarios y tomar decisiones con un nivel de precisión inédito.
Uno de los debates más intensos gira en torno al potencial de la computación cuántica para romper los sistemas de encriptación actuales, incluyendo el que sustenta el Bitcoin y otras criptomonedas.
Nazario confirma que esa amenaza existe, pero también destaca que ya se están desarrollando algoritmos resistentes, conocidos como Quantum Safe, capaces de resistir ataques cuánticos.
“Si una organización tiene información que debe proteger a largo plazo, necesita migrar desde ya a una encriptación cuánticamente segura”, explicó.
A simple vista, una computadora cuántica no se parece en nada a una clásica. Se asemejan a grandes candelabros metálicos o cámaras criogénicas, operan cerca del cero absoluto y requieren condiciones de aislamiento extremo.
El sistema desarrollado por IBM, por ejemplo, usa qubits superconductores enfriados a -273°C. Las instrucciones se envían en forma de bits clásicos que se convierten en microondas para manipular los estados cuánticos.
IBM lanzó en 2016 su plataforma Quantum Experience, permitiendo el acceso gratuito a una computadora cuántica en la nube. Este año presentó Quantum Starling, una computadora con 200 qubits lógicos y tolerancia a errores, que estaría operativa en 2029.
En paralelo, trabaja en Blue Jay, una máquina con 2.000 qubits lógicos que permitirá realizar mil millones de operaciones cuánticas para 2033.
“Mi equipo ya diseña los algoritmos cuánticos que vamos a usar dentro de 10 años”, reveló Nazario.
La consultora McKinsey estima que este mercado podría alcanzar USD 100.000 millones hacia 2035, destacando que las organizaciones deben comenzar hoy mismo a preparar talento, explorar casos de uso y forjar alianzas estratégicas.
Los gobiernos también están invirtiendo fuerte. Estados Unidos, China, Alemania, Reino Unido y Canadá han lanzado programas públicos para liderar la carrera cuántica, conscientes de su potencial geopolítico.
En América Latina, la tecnología aún está en una fase incipiente. Sin embargo, la visita de referentes como Nazario y el físico teórico Michio Kaku al Digital Finance Forum indica un creciente interés por parte del mundo financiero y corporativo argentino.
“Estamos ante una revolución que impactará en todos los sectores. Quien no se prepare, quedará fuera del mapa competitivo”, advirtió un alto ejecutivo del sector fintech local.
La computación cuántica no es una moda pasajera. Es una transformación estructural comparable con la invención del transistor o la llegada de internet. Su impacto disruptivo alcanzará todos los aspectos de la vida: desde la producción agroindustrial hasta el manejo de enfermedades, la defensa, el análisis climático y la seguridad digital.
Quienes abracen la transición con visión estratégica, formación y alianzas tecnológicas estarán mejor posicionados para aprovechar esta nueva era digital. El resto, verá cómo el futuro los pasa por encima a velocidad cuántica.