Por Agroempresario.com
El mercado del trigo argentino está atravesando una paradoja productiva y comercial. Mientras Brasil incrementa sus importaciones del cereal por una caída significativa en su cosecha, los precios internos en Argentina continúan estancados, generando incertidumbre entre los productores locales.
El Centro de Estudios Avanzados en Economía Aplicada (Cepea), dependiente de la Universidad de San Pablo, destacó que los molinos brasileños vienen aumentando de manera constante sus compras externas. Solo en junio, las importaciones totalizaron 487.040 toneladas, de las cuales el 94,1% provinieron de Argentina. Este movimiento responde a una reducción en la superficie sembrada y a condiciones climáticas adversas en los estados de Paraná y Rio Grande do Sul, principales zonas trigueras brasileñas.
La consultora StoneX recortó un 10,5% su proyección de cosecha brasileña, ubicándola en 6,9 millones de toneladas. La Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab), en tanto, estima la producción en 7,81 millones, un 4,6% menos que el mes anterior. Esta caída ha obligado al país vecino a ajustar sus importaciones al alza, mientras reduce sus exportaciones y disminuyen las existencias finales en un 41,3% interanual.
Brasil, que persigue desde hace años el objetivo de la autosuficiencia triguera, ve cómo su industria molinera busca asegurarse abastecimiento a través de la provisión argentina. No obstante, la devaluación del real, que superó los R$5,60, encareció todas las importaciones y generó cautela entre productores y compradores.
Según Safras & Mercado, en Paraná los molinos ofrecen por debajo de USD 261 la tonelada, y en Rio Grande do Sul apenas USD 234. A pesar del alza en la demanda, los precios siguen deprimidos. A esto se suma el conflicto comercial entre Estados Unidos y Brasil: Donald Trump aplicará aranceles del 50% a productos brasileños desde el 1º de agosto, y se espera una represalia por parte de Lula da Silva. Esto limitaría la llegada de trigo estadounidense, encareciéndolo hasta un 51,8% más que el argentino en algunos mercados brasileños.
Este contexto beneficia al trigo argentino en Brasil, pero plantea nuevos desafíos en otros destinos. En Indonesia, el segundo mercado en importancia para nuestro cereal, se firmó un memorando con US Wheat Associates para duplicar compras de trigo estadounidense entre 2026 y 2030. La Asociación de Productores de Harina de Indonesia (APTINDO) ya se comprometió a adquirir al menos 800.000 toneladas en lo que queda de 2025.
Con Brasil e Indonesia concentrando más del 65% de las exportaciones argentinas de trigo (USD 1.301 millones y USD 498 millones respectivamente en 2024), cualquier cambio en sus preferencias impacta directamente en el agro local. El reto será mantener la competitividad, consolidar la logística y sostener la calidad en un escenario de tensiones geopolíticas crecientes.