Por Agroempresario.com
La industria del vino argentino, históricamente reconocida por su calidad y producción, enfrenta un desafío cada vez más visible en comparación con su principal competidor sudamericano: Chile. A pesar de ser ambos países grandes productores de vino, la diferencia en los volúmenes de exportación de vino a granel entre ambos es notable, con Chile exportando casi siete veces más vino en este formato que Argentina. Un informe reciente de la Cámara Argentina de Vino a Granel revela la magnitud de esta diferencia y destaca las barreras logísticas y arancelarias que aún enfrenta Argentina.
El vino a granel, aquel que se comercializa en volúmenes superiores a los 10 litros y luego se fracciona en el destino final, es un segmento clave en el comercio mundial de vino. Este tipo de vino tiene como destino principalmente las bodegas o establecimientos que lo fraccionarán y lo pondrán a la venta bajo diferentes marcas o cortes.
A nivel global, el comercio de vino a granel representa una porción significativa del mercado, moviendo alrededor de 3.400 millones de litros al año, lo que equivale al 34,5% del total de vino comercializado en el mundo. Los principales países exportadores son España, Australia, Italia y Chile, que lideran el mercado. Sin embargo, Argentina ha tenido dificultades para competir en este segmento, ocupando el décimo puesto en el ranking mundial, con apenas el 1,4% del total exportado.
En el 2024, Argentina exportó aproximadamente 52 millones de litros de vino a granel, una cifra que representa un crecimiento leve respecto al año anterior, pero aún muy por debajo de su promedio de los últimos cinco años, que rondaba los 98 millones de litros. De hecho, el mejor rendimiento de la última década se dio en 2020, cuando la exportación superó los 192 millones de litros.
Por otro lado, Chile sigue siendo el gran líder del mercado de vino a granel, con más de 333 millones de litros exportados, lo que le permite representar casi el 10% del total mundial. En los últimos cinco años, Chile ha mantenido una exportación constante de alrededor de 330 millones de litros anuales, y actualmente supera a Argentina por casi siete veces en este segmento.
Argentina vende vino a granel a 21 países, pero seis de ellos concentran el 92% de las ventas: Reino Unido (66,3%), Estados Unidos (9,5%), Alemania (5,7%), Francia (4%), Canadá (3,7%) y Suecia (3,3%). El precio promedio por litro de vino a granel argentino ronda el dólar por litro, con Reino Unido siendo el mercado que paga más por el producto (1,1 dólares por litro).
En comparación, Chile tiene una cartera de 36 países compradores, siendo sus principales destinos Reino Unido (21,5%), China (17,3%), Estados Unidos (13,2%) y España (8,9%). A pesar de tener un precio promedio más bajo, 0,75 centavos de dólar por litro, los precios en mercados como Reino Unido (1,4 dólares) están por encima de los de Argentina.
La gran brecha entre ambos países en términos de exportaciones de vino a granel no es casual. Según Juan Pablo Palomo, gerente de la Cámara Argentina de Vinos a Granel, las razones de esta disparidad son estructurales. La principal desventaja de Argentina en comparación con Chile, Australia y otros competidores del hemisferio sur está en la logística.
"El principal inconveniente es geográfico. Las principales zonas productoras de vino, como Mendoza y San Juan, no están cerca de puertos, lo que implica que se deben transportar grandes volúmenes de vino a través de largas distancias, y en el caso de Argentina, incluso cruzar la cordillera de los Andes. Esto genera un costo logístico adicional de unos 8 centavos de dólar por litro, lo cual es un desafío importante", señaló Palomo.
En contraste, Chile tiene la ventaja de tener puertos cercanos a las principales zonas productoras, especialmente el puerto de San Antonio en Valparaíso, desde donde se despacha la mayor parte de su vino.
Además de la cuestión logística, Argentina enfrenta otro obstáculo: los aranceles. La falta de acuerdos bilaterales con algunos países compradores provoca que, a diferencia de Chile o Australia, Argentina no pueda exportar sus vinos a granel con beneficios arancelarios. Este factor incrementa los costos de exportación y limita la competitividad de los vinos argentinos en los mercados internacionales.
"Los aranceles son una de las principales barreras que enfrentamos. En todos los destinos de exportación tenemos que añadir un arancel que los competidores no tienen o tienen reducido", explicó Palomo.
A pesar de los desafíos, la situación no es completamente negativa para la industria vitivinícola argentina. Palomo se mostró optimista acerca de la situación macroeconómica del país. "Se está viendo una mejora significativa, ya que la estabilidad macroeconómica da previsibilidad y mejora cuestiones vinculadas con los costos, como el tipo de cambio y la inflación", señaló. Esto podría ayudar a Argentina a reducir sus costos y mejorar su competitividad frente a Chile y otros competidores.
Aunque la exportación de vino a granel no es el único nicho en el que Argentina debe competir, Palomo remarcó que el país tiene un gran potencial de crecimiento en este segmento. "Argentina tiene muchas posibilidades de aumentar sus exportaciones de vino a granel, pero debemos trabajar en una mejor promoción internacional y en acuerdos comerciales que faciliten las exportaciones".
De hecho, los acuerdos comerciales bilaterales y la promoción internacional son claves para mejorar la competitividad de Argentina en el mercado global de vino. "El desafío es aumentar nuestra participación en el mercado global del vino a granel y generar un entorno más competitivo", agregó.
A pesar de las barreras logísticas y arancelarias, Argentina tiene grandes posibilidades de aumentar su participación en el mercado global de vino a granel. Sin embargo, será fundamental seguir trabajando en la promoción internacional, los acuerdos comerciales y en mejorar los costos logísticos.
Mientras tanto, Chile continúa siendo el principal competidor en este segmento, con un liderazgo indiscutido en términos de volumen de exportaciones. Argentina, con su excelente calidad de vino y un mercado interno dinámico, aún tiene mucho que ofrecer en el mundo del vino a granel, pero el camino hacia la recuperación de la competitividad será largo.