Por Agroempresario.com
El próximo 7 de agosto entrará en vigor el nuevo esquema arancelario anunciado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que impone gravámenes mínimos del 15% para los países con déficit comercial con EEUU y del 10% para aquellos con superávit. Esta medida, publicada justo antes del vencimiento del plazo para negociar, marca un nuevo capítulo en la política comercial estadounidense, con impactos variados a nivel global.
El esquema arancelario busca equilibrar la balanza comercial estadounidense, un tema que ha sido central en la agenda de Trump desde el inicio de su administración. El plan contempla también tarifas superiores para ciertos países por motivos políticos o por no haber alcanzado acuerdos comerciales a tiempo.
El presidente Donald Trump anticipó la medida en sus redes sociales, describiendo a Estados Unidos como “el país más atractivo del mundo” tras un período que calificó como “muerto”. La orden ejecutiva establece un mínimo global del 10% de aranceles para socios comerciales con superávit, y del 15% para aquellos con déficit.
Países que antes enfrentaban aranceles mucho más altos han visto reducciones sustanciales. Por ejemplo, Camboya pasó de un 49% a un 19%, Lesoto de 50% a 15%, Vietnam de 46% a 20%, Tailandia de 36% a 19% y Madagascar de 47% a 15%. Estas disminuciones forman parte de los ajustes realizados para mitigar tensiones comerciales y negociar acuerdos.
La Unión Europea logró un acuerdo que le dejó un arancel fijo del 15%, mientras Corea del Sur quedó en la misma categoría. Reino Unido y Australia, por su parte, se situaron en un arancel del 10%. En declaraciones oficiales, el Ministerio de Comercio australiano afirmó que “ningún país tiene aranceles recíprocos más bajos que Australia”.
En contraste, países como Siria, Laos y Myanmar enfrentan los aranceles más altos, que alcanzan hasta el 41%. Irak y Serbia tienen tasas del 35%, mientras que Argelia, Bosnia y Herzegovina, Libia y Sudáfrica fueron fijados en 30%. India quedó con un arancel del 25%, ligeramente inferior al 26% anterior.
Canadá recibió un tratamiento especial: los aranceles subieron del 25% al 35%, debido a acusaciones de no colaborar en la lucha contra el tráfico de fentanilo y represalias comerciales. Además, algunos bienes canadienses considerados como transbordados para evitar aranceles tendrán un gravamen del 40%.
Brasil, un aliado clave para Trump, enfrenta un recargo adicional del 40% sobre el 10% base, como represalia por el juicio al expresidente Jair Bolsonaro. En cambio, México logró una prórroga de 90 días para la mayoría de las tarifas tras conversaciones entre Trump y la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum.
China alcanzó un acuerdo temporal con EEUU: los aranceles bajaron de un 145% a 30% en Estados Unidos y de 125% a 10% en China. También se eliminaron restricciones a comercio de tierras raras y semiconductores. La negociación definitiva debe concluir antes del 12 de agosto.
A pesar de estos ajustes, permanecen vigentes los aranceles del 50% sobre aluminio y acero, además de la confirmación de que productos fabricados con cobre también enfrentarán gravámenes similares, con excepciones para los cátodos exportados por Chile.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, resaltó que estas políticas buscan “restaurar la soberanía económica de Estados Unidos, reducir dependencia extranjera, impulsar inversión y crear empleos bien remunerados”.
Trump ha declarado que la implementación del plan “va muy bien” y que para países sin acuerdos ya “es demasiado tarde”. Sobre los posibles efectos en los precios, minimizó su impacto señalando que el “único precio que ha subido es el de los miles de millones de dólares que entran al país”.
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva rechazó la agenda comercial estadounidense. Trump respondió que “no tiene que hacer negocios con Estados Unidos, y a mí me parece bien”, evidenciando la tensión bilateral.
Esta nueva política arancelaria pone bajo presión a múltiples países, impactando sus exportaciones hacia el mercado estadounidense y generando incertidumbre en las relaciones comerciales internacionales.
A continuación, los principales países y territorios afectados y el porcentaje de arancel aplicado:
La aplicación de estos aranceles supone un desafío para las economías que dependen en gran medida de las exportaciones hacia Estados Unidos. En particular, países latinoamericanos como Brasil, México, Chile y Argentina deberán ajustar sus estrategias comerciales ante un mercado estadounidense cada vez más proteccionista.
La región observa con atención las negociaciones entre China y Estados Unidos, cuyo acuerdo temporal abre una ventana para evitar mayores conflictos comerciales que podrían afectar las cadenas de suministro globales.