Por Agroempresario.com
En un mundo donde casi un tercio de los alimentos se pierde o desperdicia, la innovación se vuelve clave para enfrentar este desafío global. Kigüi, una startup nacida en Argentina, propone transformar ese desperdicio en una oportunidad rentable y sostenible. Creada por tres ejecutivos que se conocieron durante un MBA en el IAE Business School, Kigüi combina tecnología, inteligencia artificial y un fuerte propósito sustentable para revolucionar la gestión de inventarios en supermercados y cadenas de consumo masivo. Además, su crecimiento ha sido respaldado por inversiones de gigantes como Amazon, BID Lab y The Yield Lab Latam, entre otros fondos.
La historia de Kigüi comenzó casi por casualidad, cuando Mauricio Kremer, Maximiliano Dicranian y Gonzalo Castro coincidieron en un MBA con la intención de desarrollar un proyecto vinculado a la gastronomía y el consumo. "Maxi quería hacer algo relacionado con restaurantes, pero yo venía del consumo masivo y le propuse trabajar en una solución para prevenir el vencimiento de alimentos en supermercados", recuerda Kremer, CEO y cofundador.
Así, un proyecto académico se transformó en un emprendimiento con propósito: reducir el desperdicio de alimentos, que hoy representa casi un 30% del total producido a nivel mundial. Para sumarse a la iniciativa, Diana de la Sancha se incorporó como Chief Business Officer desde México, completando el equipo fundador.
El gran diferencial de Kigüi está en su plataforma SaaS (software como servicio), que se conecta a los sistemas internos de supermercados para monitorear en tiempo real los productos que están próximos a vencerse. A través de algoritmos de machine learning, el sistema anticipa posibles pérdidas y lanza alertas para que el supermercado pueda ejecutar promociones o redistribuir stock antes de que los alimentos se conviertan en merma.
"No vendemos productos, ofrecemos una herramienta que permite a los supermercados actuar antes de que se generen pérdidas", señala Kremer. La plataforma también brinda insights a las áreas de logística para optimizar la reposición y evitar excedentes innecesarios.
Aunque Kigüi arrancó con un enfoque B2B (business to business), rápidamente pivotó a B2C para escalar más rápido. Sin embargo, tras analizar el mercado, regresaron a un modelo B2B, entendiendo que supermercados y marcas necesitaban soluciones integrales para gestionar sus inventarios y reducir mermas.
Con un crecimiento sostenido, la startup cerró 2024 con una facturación cercana a los US$ 90.000 y en la primera mitad de 2025 superó los US$ 100.000, triplicando su crecimiento respecto al año anterior. El objetivo para los próximos 12 meses es alcanzar US$ 1 millón en ingresos.
Actualmente, Kigüi opera en Argentina, México y Perú, con clientes destacados como Cencosud, Walmart, YPF, Farmacity, Nestlé y Arcor. La empresa está en proceso de cerrar una nueva ronda de inversión por US$ 500.000 liderada por The Yield Lab Latam y con participación de fondos de Estados Unidos, México, Perú y Centroamérica.
A mediados de 2023, la startup tomó la decisión estratégica de pausar operaciones en Argentina debido a la incertidumbre y la falta de inversiones para empresas con base local. "Nadie quería invertir si la base operativa estaba en nuestro país", cuenta Kremer. Sin embargo, a principios de 2025, tras contratar un nuevo representante comercial y con una estrategia renovada, Kigüi reabrió operaciones en Buenos Aires y Córdoba.
El equipo actual está conformado por seis empleados permanentes y colaboradores externos en diseño y desarrollo. La aplicación de inteligencia artificial les permitió optimizar recursos técnicos, logrando escalar sin una gran estructura física.
El desperdicio alimentario no es solo un problema económico, sino también social y ambiental. Se estima que el 17% de la merma ocurre en supermercados, por lo que la propuesta de Kigüi para reducir esas pérdidas en un 40% resulta sumamente relevante.
El objetivo de la empresa es crear un mapa completo de trazabilidad que abarque desde el fabricante hasta la tienda, para optimizar todo el ciclo de vida del producto y reducir la huella ambiental vinculada a la producción de alimentos desperdiciados.
El interés de Amazon, BID Lab y The Yield Lab Latam entre otros, refleja la confianza en el modelo de negocio de Kigüi y su potencial para escalar en América Latina y eventualmente en Estados Unidos. La startup argentina está bien posicionada para liderar el segmento de tecnología aplicada a la reducción del desperdicio alimentario, un mercado que se espera crezca significativamente en los próximos años.
El nombre de la empresa tiene un origen curioso y “cábala”: los socios querían una fruta que fuera reconocible a nivel internacional. "Kiwi ya estaba registrado como dominio, entonces modificamos las letras y así nació Kigüi", comenta Kremer. Una fruta, entonces, como símbolo de frescura, naturalidad y buen gusto.
Con planes de seguir expandiendo su presencia en Latinoamérica, Kigüi mira con especial atención a México y Argentina, mercados donde la demanda por soluciones tecnológicas para la eficiencia alimentaria está creciendo. A mediano plazo, la startup busca ingresar al mercado estadounidense, donde el desperdicio alimentario es también un problema crítico.
La combinación de tecnología, escalabilidad y propósito social y ambiental posiciona a Kigüi como un actor clave para transformar la industria alimentaria y mejorar la rentabilidad de supermercados y marcas de consumo masivo.