Por Agroempresario.com
En el corazón del norte argentino, donde la selva chaqueña se mezcla con el monte y los ríos marcan la vida de las comunidades, se desarrolla una de las iniciativas de conservación más ambiciosas del país: la recuperación del yaguareté y la nutria gigante en el Parque Nacional El Impenetrable. Estas dos especies, consideradas en peligro de extinción, representan no solo un desafío científico, sino también una causa que moviliza pasión, compromiso y trabajo conjunto entre especialistas, voluntarios y pobladores locales.
Ubicado en el límite entre Chaco y Formosa, el Parque Nacional El Impenetrable fue creado en 2014 y comenzó a recibir protección activa en 2017. Con más de 128.000 hectáreas de superficie, es uno de los últimos refugios de una biodiversidad única en el país. Allí habitan desde grandes felinos hasta aves endémicas, reptiles y mamíferos acuáticos que dependen del delicado equilibrio del ecosistema chaqueño.
En este entorno, el yaguareté y la nutria gigante cumplen un rol clave como depredadores tope: regulan poblaciones de otras especies y mantienen la salud del ecosistema. Sin embargo, la caza furtiva, la pérdida de hábitat y las alteraciones provocadas por el hombre los han llevado al borde de la desaparición en Argentina.
El yaguareté (Panthera onca), el felino más grande de América, había desaparecido del Parque Nacional El Impenetrable por más de 35 años. En 2019, un hecho cambió el rumbo: la inesperada aparición de Qaramta, un macho silvestre, abrió la puerta a un ambicioso proyecto de recuperación impulsado por la Fundación Rewilding Argentina.
Al año siguiente, Qaramta fue apareado con Tania, una hembra proveniente de un centro de cría en cautiverio. En septiembre de 2021 nacieron Takajay y Nalá, dos cachorros que simbolizaron el renacer de la especie en la región. Tres años más tarde, en agosto de 2024, Nalá fue liberada y comenzó a vivir en libertad. El 30 de julio de 2025, fue vista junto a su primera cría en las orillas del río Bermejo, marcando el primer nacimiento confirmado de yaguaretés libres en más de tres décadas.
“Cada ejemplar cuenta. Tener a Nalá criando a su cachorro en su hábitat natural es un hito que nos llena de esperanza”, expresó Agustina Donini, veterinaria de la fundación, quien participa activamente en el monitoreo de estos felinos mediante collares satelitales y cámaras trampa.
La nutria gigante (Pteronura brasiliensis), también conocida como lobo de río, no se veía en Argentina desde hacía 100 años. En 2021, las cámaras trampa captaron a un macho solitario que fue bautizado Teuco. Aunque su rastro se perdió, ese avistamiento impulsó un plan para reintroducir la especie en la región.
Actualmente, el proyecto cuenta con tres machos y cuatro hembras provenientes de programas de cría en cautiverio. Estos ejemplares pasan por un proceso de adaptación en recintos construidos sobre lagunas y cursos de agua, donde aprenden a cazar y pescar antes de ser liberados.
Mario Tarragó, responsable del programa de reintroducción, explica: “Al ser animales curiosos, la nutria gigante fue históricamente un blanco fácil para los cazadores. Recuperarlas es devolverle a los ríos un depredador fundamental para su equilibrio”.
La labor de Rewilding Argentina combina ciencia, manejo de hábitats, monitoreo tecnológico y educación ambiental. Las cámaras trampa, los collares GPS y las patrullas de guardaparques permiten seguir de cerca los movimientos y comportamientos de las especies liberadas.
Este trabajo cuenta con el apoyo del Gobierno del Chaco y la Administración de Parques Nacionales, además de alianzas con organizaciones privadas como el programa Voces de Nuestra Tierra, impulsado por Chevrolet e Infobae, que documenta las historias de personas que generan cambios positivos en sus comunidades.
La presencia de estas especies emblemáticas abre la puerta a una oportunidad económica para las comunidades cercanas: el turismo de observación de fauna. En El Impenetrable, las visitas guiadas, la fotografía de naturaleza y la experiencia de avistamiento generan ingresos y promueven un modelo de desarrollo sostenible.
Rewilding Argentina también capacita a habitantes de la región para convertirse en “guardianes del monte”, formando guías, monitores y técnicos que participan en la conservación y, al mismo tiempo, encuentran en ello una fuente de empleo.
La recuperación de especies amenazadas es un proceso de largo plazo. Los especialistas saben que para consolidar poblaciones autosustentables se necesita tiempo, control del hábitat y protección continua contra amenazas humanas.
El objetivo es que, en el futuro, tanto el yaguareté como la nutria gigante vuelvan a tener una presencia estable en los ríos, montes y humedales del Chaco y Formosa, asegurando que las generaciones futuras puedan verlos libres en su entorno natural.
En palabras de Donini: “Cada liberación es un paso hacia un sueño mayor: que no necesitemos reintroducir animales porque las poblaciones silvestres se mantendrán solas”.