Por Agroempresario.com
El exceso de lluvias mantiene bajo agua más de 700.000 hectáreas en el centro oeste bonaerense, afectando directamente la producción agropecuaria. Según un relevamiento de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), la situación compromete la siembra de maíz, soja y trigo, así como la lechería y la ganadería en la región.
El informe de Carbap detalló que los partidos más afectados son 9 de Julio y Pehuajó, aunque también presentan complicaciones Trenque Lauquen, Carlos Casares, Bolívar, Daireaux, General Villegas, Salliqueló, Pellegrini, Rivadavia y Guaminí. En muchos casos, las lluvias acumuladas superan los promedios históricos, saturando los suelos y bloqueando el ingreso de maquinaria agrícola.
“La situación está prácticamente congelada desde hace tres meses. No ha cambiado demasiado y seguimos con todos los problemas”, explicó Pablo Ginestet, secretario de Carbap. Por su parte, el ex presidente de la entidad, Matías de Velazco, aseguró que “el agua cubre zonas productivas enteras. Hay lotes que no van a poder sembrarse y tambos que no pueden sacar la producción”.
El exceso hídrico también genera problemas sanitarios en el rodeo bovino debido a la falta de piso y forraje, mientras que la siembra de maíz y soja queda suspendida en numerosas parcelas. En 9 de Julio, por ejemplo, 118.929 hectáreas están afectadas, de las cuales 31.151 están inundadas y 87.778 anegadas. En Pehuajó, la proporción de superficie inundada alcanza el 35,4% del total.
Desde Carbap advirtieron que, sin intervenciones rápidas y coordinadas, “el impacto económico será millonario y dejará secuelas para varias campañas”. Los productores reclaman obras de
infraestructura y un plan sostenido de mantenimiento de canales y caminos rurales para evitar que la situación se profundice, sobre todo ante pronósticos de nuevas precipitaciones que podrían agravar la emergencia.
En el sur del partido de 9 de Julio, productores del Cuartel 14 alertan sobre el ingreso de agua desde el vecino distrito de Bolívar, que mantiene anegadas miles de hectáreas. La presencia de agua en los lotes impide el ingreso de maquinaria agrícola y pone en riesgo la siembra de esta campaña, generando preocupación por las pérdidas económicas que podrían derivarse.
La situación se ve agravada por el deterioro de los caminos rurales, que se encuentran intransitables. Esto dificulta tanto el traslado de insumos como la salida de la producción, complicando la logística y la operatividad de los establecimientos afectados. Los productores señalaron que el problema no se limita al Cuartel 14, sino que se replica en otras zonas del distrito.
La combinación de lluvias persistentes, falta de mantenimiento de canales y ausencia de soluciones estructurales mantiene la actividad agropecuaria en una encrucijada. Sin medidas inmediatas, no solo esta campaña, sino también la economía regional, corre riesgo de sufrir consecuencias duraderas.
Los productores del centro oeste bonaerense enfatizan que la solución pasa por un trabajo coordinado entre productores, entidades rurales y el gobierno provincial, priorizando el mantenimiento de la infraestructura hídrica y la planificación de obras que aseguren el correcto drenaje de los campos.
“El impacto económico será millonario si no se actúa rápido. Necesitamos medidas estructurales y sostenidas para garantizar que la producción pueda continuar y no se pierdan hectáreas productivas en el futuro”, concluyó Ginestet.