Por Agroempresario.com
Para el Partido Justicialista (PJ), la elección del próximo 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires y la ciudad de Buenos Aires (CABA) marcará el rumbo de la campaña hacia los comicios del 26 de octubre. La dirigencia peronista entiende que el resultado de esta primera elección será determinante para medir la capacidad competitiva del espacio y evitar que crezca la llamada “ola violeta” con sello libertario.
En la mesa chica del PJ, se definieron los nombres de los candidatos que liderarán las listas en ambas jurisdicciones. En CABA, Mariano Recalde encabeza la lista de senadores por la minoría, mientras que Itai Hagman asume la jefatura de la boleta de diputados nacionales. En la provincia de Buenos Aires, figuras como Jorge Taiana y otros referentes se presentan para consolidar la estructura territorial del peronismo y enfrentar la dura competencia que anticipan los dirigentes.
Según analistas internos, la elección de septiembre es clave porque se trata de un escenario de baja participación, donde el control territorial de los intendentes tendrá un peso determinante. “Si el poder territorial del peronismo logra imponerse en septiembre, se pone competitivo para octubre”, afirmó un diputado nacional en diálogo con este medio.
El kicillofismo, liderado por el gobernador Axel Kicillof, está trabajando con ministros y intendentes para consolidar la votación en el territorio bonaerense. Las estrategias incluyen asegurar que la boleta municipal acompañe correctamente la provincial, evitando cortes que puedan generar arrastre negativo. Se estima que el compromiso de los jefes comunales será vital, ya que la participación electoral puede ser desigual en distintas secciones de la provincia.
Algunos intendentes advierten que, mientras ciertas regiones del Conurbano y de la Primera Sección Electoral no sienten con fuerza la crisis económica, otras zonas, especialmente en la Tercera Sección, podrían experimentar un desinterés mayor en el momento de la votación. Este contexto podría favorecer el crecimiento de la “ola violeta”, que se alimenta de un electorado desencantado y de nuevas fuerzas políticas con sello libertario.
En la ciudad de Buenos Aires, la estrategia peronista apunta a consolidar el segundo lugar, asegurando que Mariano Recalde ingrese al Congreso como senador por la minoría. La oposición radical y libertaria no cuenta, en principio, con la estructura necesaria para competir efectivamente en estas elecciones. La principal amenaza al PJ en CABA proviene del radical Facundo Manes, quien mantiene cierta capacidad de instalarse como alternativa de centro, aunque la ventaja histórica del peronismo en determinados distritos le permite aspirar al segundo lugar de manera segura.
La participación de Itai Hagman en la lista de diputados también refleja el acuerdo alcanzado por Juan Grabois dentro del espacio peronista, consolidando la unidad interna y asegurando la representatividad de sectores sociales que tradicionalmente han tenido menor presencia en las listas. Hagman, a pesar de contar con dos años más de mandato, asumirá un rol central en la campaña porteña de octubre.
Uno de los principales desafíos que enfrenta el PJ es la incertidumbre sobre la incidencia de la economía en la elección. La percepción de estabilidad en precios y tipo de cambio puede favorecer la aparición de un voto “libertario” motivado por sectores urbanos jóvenes y desencantados con la gestión gubernamental. La dirigencia peronista reconoce que, si bien aún no se puede dimensionar la magnitud de esta ola violeta, es un fenómeno que podría afectar significativamente la provincia de Buenos Aires y, en menor medida, CABA.
“Hay una situación económica que hizo perder atractivo al peronismo. Las redes sociales generan expectativa, pero la elección requiere presencia territorial y gestión en la calle”, explicó una legisladora provincial. La estrategia del PJ se centra en la combinación de trabajo territorial, comunicación directa con los votantes y consolidación de la unidad interna para mitigar los efectos de la competencia libertaria.
En la provincia de Buenos Aires, la lista peronista busca enfrentar la elección con dos candidatos que surgieron de negociaciones internas, con apoyo de intendentes y referentes del partido. La intención es consolidar un piso electoral que permita disputar la elección nacional con perspectivas reales de éxito, evitando la dispersión del voto y asegurando una base territorial sólida.
En CABA, Recalde y Hagman deben sortear la competencia de figuras como Patricia Bullrich, que se proyecta como favorita para quedarse con el primer lugar, y otros candidatos como Graciela Ocaña, Martín Paleo, Diego Guelar, Esteban Paulon y Marcela Campagnoli, que enfrentan limitaciones en términos de estructura política y presencia territorial.
El PJ considera que una victoria en septiembre permitirá consolidar fuerzas y preparar la campaña de octubre con mayor solidez. En cambio, una derrota anticipada podría fortalecer la percepción de que la ola libertaria tiene fuerza y disminuir las chances del peronismo en los comicios de medio término nacional. La dirigencia insiste en la importancia de la movilización, el control del territorio y la coordinación entre intendentes, legisladores y referentes del partido.
Los resultados de septiembre serán interpretados como un termómetro del poder territorial y de la capacidad de respuesta del PJ ante nuevas fuerzas políticas. La apuesta es clara: mantener presencia, evitar dispersión de votos y consolidar al peronismo como la segunda fuerza en CABA y Buenos Aires, con aspiraciones de crecimiento hacia octubre.