Por Agroempresario.com
Ubicada en el departamento de San Carlos, la Laguna del Diamante se erige como uno de los paisajes más imponentes de Mendoza. A 3.300 metros sobre el nivel del mar, sus aguas cristalinas reflejan los picos nevados de la cordillera, mientras el majestuoso Volcán Maipo se levanta al fondo, ofreciendo postales de gran belleza para amantes de la naturaleza y la aventura.
Declarada Área Natural Protegida Provincial, la laguna se encuentra rodeada de flora autóctona y fauna típica de alta montaña, como cóndores, zorros andinos, guanácos y pequeños mamíferos. Este ecosistema único permite realizar actividades recreativas en un entorno natural casi intacto, ideal para quienes buscan desconexión y contacto con la naturaleza.
Durante el día, los visitantes pueden disfrutar de diversas actividades:
En verano, la vegetación se torna más verde, realzando los senderos y creando un entorno ideal para la observación de flora y fauna, así como para la fotografía de paisajes.
Para los más aventureros, la reserva permite el ascenso al Volcán Maipo, una travesía de 7 días y 6 noches con 28 km de ida y vuelta. Este recorrido combina planicies arenosas, roca volcánica y, en la etapa final, penitentes de nieve.
Se exige experiencia previa en trekking de montaña, equipo de alta montaña y radiocomunicación (Handy VHF). Aunque no es obligatorio, se recomienda realizar la travesía acompañado de un guía habilitado. En la última etapa, el uso de crampones y bastones es imprescindible para avanzar con seguridad hasta el cráter.
El acceso a la Laguna del Diamante se realiza únicamente durante la temporada de verano, por un camino de ripio que parte desde El Carmen de los Andes, a unos 230 km de Mendoza capital. La entrada se adquiere online y tiene un costo aproximado de $2.400 por día.
La reserva cuenta con baños públicos y un área habilitada para acampe, pero no dispone de proveeduría, por lo que se recomienda llevar todos los insumos necesarios para la estadía. La combinación de naturaleza, aventura y paisajes únicos convierte a la Laguna del Diamante en un destino imperdible para quienes buscan experiencias en alta montaña.