Por Agroempresario.com
El consumo de huevos en Argentina alcanza niveles récord, impulsando nuevas inversiones y proyectando un crecimiento de la producción avícola de hasta 6% durante 2025. Este incremento refleja una tendencia global hacia una alimentación más saludable y revaloriza a esta proteína de origen animal, antes asociada a riesgos de colesterol.
“En el primer semestre, el consumo fue de 190 huevos per cápita, equivalentes a 380 al año, lo que significa que es el más alto del mundo. Nos pone muy contentos porque el trabajo que estamos haciendo da buenos frutos”, destacó Javier Prida, directivo de la Cámara Argentina de Productores Avícolas (Capia).
El sector avícola argentino se sostiene gracias a inversiones significativas que permiten atender la creciente demanda. Actualmente, el país cuenta con 600 millones de gallinas ponedoras que generan unos 570 millones de huevos diarios. “Calculamos que la producción va a crecer este año entre 5,8% y 6% y el parque productivo 5,5%, porque los animales son cada vez más eficientes y muchos agricultores están reemplazando galpones antiguos por otros automáticos con tecnología de punta”, explicó Prida.
A pesar del panorama positivo, existen desafíos. El contrabando de huevos representa una preocupación significativa. “Tenemos socios en el norte que cuentan con depósitos mayoristas y nos informan que dejaron de vender unos 600 mil huevos diarios, a los que se suman los de pequeños productores fuera del sistema, debido a la entrada de mercadería a valores por debajo de nuestro costo de producción”, advirtió Prida.
Este fenómeno no solo afecta la rentabilidad, sino que también pone en riesgo el status sanitario del país, que se mantiene libre de Newcastle, salmonella e influenza aviar. La vigilancia y control del contrabando son esenciales para preservar la seguridad alimentaria y la salud pública.
Otro factor que influye en la rentabilidad de los productores es el aumento en los costos de producción. La suba de los granos, derivada de la reducción de retenciones y la devaluación, impacta directamente en la alimentación de las aves. Actualmente, el productor recibe entre 1.500 y 1.600 pesos por maple, que luego llega al consumidor entre 5.500 y 6.000 pesos.
Prida agregó: “La renta es muy finita y la logramos a través del volumen y la eficiencia. El costo de la alimentación aumentó 3,1%, pero subieron otros insumos, servicios, combustibles y la mano de obra. En total, el incremento en los últimos dos meses fue de 8% y no tuvimos otra opción que absorberlo, porque estamos en la época de mayor oferta y precios a la baja. Por suerte, había un colchón financiero de meses previos”.
El récord histórico en consumo y la modernización del sector ofrecen un horizonte alentador para los productores de huevos en Argentina. Con un crecimiento proyectado de hasta 6% y una mayor eficiencia en el parque productivo, la industria avícola fortalece su competitividad, asegura empleo y contribuye a una alimentación saludable para los consumidores.